A. SeulGi.

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Estaba agotada. El sudor recorría su cuerpo con rapidez y jadeaba más conforme veía más cerca aquel restaurante. Tragó saliva, y con sumo cuidado se metió en la fila de empleados que estaban mirando hacia el jefe. 

—Chicos, chicas. Estamos a punto de empezar una de las temporadas más difíciles en el restaurante. Les suplico por favor que den lo mejor de ustedes. 

Todos asintieron, la mayoría sin emoción alguna, pero ahí estaba ella con la cara iluminada.

—Por favor SeulGi, también llega más temprano por favor. 

Se sonrojó he hizo una exagerada reverencia. —Quiero escucharlos. "YumYum para satisfacer a los clientes" gritaron al unísono. 

Su día comenzaba ahora y tenía de quehaceres muchos por delante. Primero acomodó los frescos ingredientes para que el chef pudiera empezar a picarlos. Quito cada una de las arrugas de los manteles y acomodó bien los cubiertos. Después anotó el menú en la pizarra. Regó las flores que se encontraban fuera del local y se acomodó la camisa blanca. 

A la mayoría le ponía de buenas la energía de la chica que siempre se mostraba servicial y disciplinada. Para antes de las diez los chefs, los de limpieza, el resto de los meseros y hasta el de mantenimiento, tenían una parte de su trabajo resuelto. Finalmente, tan pulcra como salió de su casa se paró en frente de la puerta para recibir a los clientes. Aunque no hubiese nadie aún. 

—¿Soy el único al que le pone de buen humor toda la azúcar que consumes por las mañanas en tu taza de café? -habla con una sonrisa el peligris- Oh, si también tuviera esa energía en las noches para, "ya sabes", mi novia me amaría aún más. 

—Eres un cerdo MinKi -dijo entre risas la castaña- Me alegra que te de energía mi energía -sonríe y él se para frente a ella-.

—Por supuesto hermosa. Hace una semana que no te veía. ¿Acaso no has venido a trabajar Kang? -fingiendo sorpresa-.

—Como si eso fuera posible -responde divertida- No soy cómo tú. Por cierto, tu tío debe de estar furioso contigo. ¿No se supone que debías venir a verlo hace tres días? Creo que es más grave a mis tres minutos de retraso esta mañana. 

—Touché -guiñándole un ojo- Cómo sea. No creo que debas de hacer el trabajo de todos. 

—Yah~ -se queja- No digas eso. Es ayuda, todos la necesitan en algún momento.

—Debes aprender a decir no.

—Sí, y tú volverte responsable. 

—Touché de nuevo -ríe- Mejor entro ya. Cuídate noona.

🐻

Ya eran las cuatro de la tarde cuando SeulGi salió del trabajo. Se anunciaban las nubes grises cómo una futura tormenta. Con su mochila en los hombros salió del restaurante y tomó un autobús. A esas horas no había mucha gente, así que los murmullos en la parte delantera no eran una molestia para su momento de apreciación del exterior. Miraba el nombre de las paradas cuidando que no se le pasara la suya. Cuando llegó a su destino corrió con la bibliotecaria. Le saludó y pasó a vagar por las secciones. 

Había decidido el día de ayer que dejaría descansar el terror por unas semanas. Qué mejor opción para escaparse de la realidad que un libro de fantasía. Incluso ciencia ficción si se le apetecía esa tarde. Su mirada escaneó todo muy bien hasta que halló un título interesante. Hard-Boiled Wonderland and the End of the World.

Una vez libro en brazos, procedió a buscar lugar. Era una tarde agradable llena de frescas gotas acariciando las ventanas. La gente pasaba, y como si ella fuese una estatua se quedó quieta y callada. Por lo menos su cuerpo lo estaba. Sus ojos corrían por el texto dando a su mente una serie de imágenes surrealistas. En ese momento ella no era ella. Estaba bien de esa forma, casi no se acordaría que estaba sola en medio de una multitud.

Cuando miró que casi no había nadie y las bibliotecarias acomodaban los libros, supo que era hora de irse. No era tan tarde, pero la biblioteca cerraba sus puertas en medio del ocaso. Esta vez caminó a uno de los parques más cercanos. Se sentó y con cuidado apreciaba como lentamente las sombras de los árboles se movían con la luz. Inhaló aire para después sacar un paquete de galletas dulces de su mochila y un jugo de durazno. Con tranquilidad saboreaba las chispas de chocolate mezcladas con la masa horneada, y si pensaba que su boca se secaba sorbía de su jugo. 

De nuevo estaba ahí, quieta y con la mirada perdida en los colores del atardecer. Un rato después ya estaba anotando sobre su libreta nuevas ideas para futuras historias. 

Pero más pronto llegó la obscuridad infinita de la noche.

Tomó un autobús más y se despreocupó de quedarse dormida. De igual manera, tenía que llegar a la última parada. 

Estaba cerca de su calle cuando despertó y el chófer esperaba con calma a que su última pasajera bajara. Con un sonrojo en las mejillas se apresuró a salir y comenzó una rápida marcha. 

—¡Abuela! ¡Abuelo! ¡Ya llegué! -fue corriendo a su cuarto y botó sus cosas en cualquier lugar-.

Se puso pijama y trenzó su cabello. Enseguida tomó dirección a su pequeña cocina para sacar luego un vaso lleno de leche fría. 

—Hoy fue un día como el resto. Aún me falta desempacar unas cosas. Por lo menos la sala ya está bien acomodada para ustedes -metió su vaso en el lavabo y talló muy bien- Un poco más y tendré para el primer año de la universidad.

Sacó de uno de los cajones una caja de cerillos. Una vez en la sala y con la caja en mano encendió uno en medio del silencio de la noche. Compartió la llama del cerillo con la mecha de una vela azul y la acomodó en medio de una foto.

—Abuela, abuelo, dónde quiera que estén espero que me cuiden mucho. Abuelo, te prometo que pronto conseguiré una mascota, me dijiste que me haría falta. Aunque no lo entendí en el momento, supongo que ahora tiene mucho sentido -se hincó frente al pequeño altar y rezó unos minutos-.

Cuando terminó fue al baño a concluir con su rutina nocturna. Cómo si el piso ardiera bajo la planta de sus pies salto casi literalmente a su cama.

Hundida en sus gruesas mantas y la soledad del momento, se quedó dormida esperando por un nuevo día. Otro más en la rutina aburrida que llevaba. Un día más en el que no tendría a nadie físico a quién desearle las buenas noches. Sí, SeulGi estaba sola. Demasiado.

🐻

AreMF. 🖤

Yeah, You. (SeulDy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora