W. Wonderful.

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—Pienso que las cosas suceden por una razón. Por ejemplo, no creo que las estrellas sólo existan porque sí, nuestro sol es una y es un muy importante factor para la vida en el planeta Tierra.

—Me encanta la alegría en tu cara.

—Es fantástico Seul. Es tan bonito ver las estrellas.

—En estas fechas se ven bien, decía mi abuelo que es por el viento. Ya sabes, hace que el cielo se despeje.

—Pienso que tu abuelo fue una persona muy inteligente.

—Yo pienso lo mismo.

—Hacía frío cuándo llegamos aquí, pero agradezco que hayas traído la manta.

—Probablemente esto es muy tonto, pero es nuestro presupuesto.

—Apuesto no hay persona que piense tanto en mí cómo lo haces tú, me encantan este tipo de cosas Osa.

—Wendy.

—Mande.

—¿Crees que algún día nos separemos?

—¿Tú que piensas?

—Definitivamente sí.

—Ouch.

—Es simple. ¿Y si alguna vez alguna de las dos quiere tomar un camino diferente?

—No es lindo pensar sólo en eso.

—La realidad nunca es linda. ¿No es por eso que todos prefieren la fantasía? Por eso siempre intento crear la mía.

—Yo creo entonces que mi fantasía existe.

—¿De verdad?

—Por supuesto que sí, esa eres tú.

—Eres una tonta.

—Ahhhh.

—No hablo en serio. No pongas ese puchero. Eres la más lista.

—Pues tú sí eres tonta.

Yah, no es asunto tuyo. Cobíjame. Tengo frío.

—¿Mejor? No quiero que enfermes.

—Gracias Wen.

—De nada.

—Tu sonrojo es evidente.

—Lo siento.

—Te amo.

—¿Q-Qué?

💙💛💙💛💙

A lo largo de la humanidad las torturas fueron siempre algo de que hablar. Con cadenas en las muñecas, tan ajustadas que de a poco la piel crecía sobre ellas. Leones y personas en un campo de batalla dónde el humano no veía victoria. En piedras calientes al tacto de la planta de los pies. SeulGi empezó a reír, tan fuerte que incluso pensaba la triste adolescente que algo la llenaba de dicha, tan exagerada que pensaba la joven adulta que estaba loca, tan expresiva que la madre de los niños se asustaba, y tan dolida que la anciana podía llorar. Estaba riendo de la tortura más mediocre, de la que más víctimas había, de la que más dolía, del desamor.

Rompió la lámpara que había en el estudio, arrojó la poesía apresada dentro de hojas blancas, tiró la ropa de su armario, caminó sobre el agua derramada en el suelo. Se reía de la vida, cayó dentro de una danza a la desesperación, y las uñas de sus dedos le sellaron los brazos.

Las personas comenzaron a reunirse alrededor de su departamento. "Maldita loca, mi bebé necesita dormir", "Los jóvenes de hoy siempre están estresados", "Alguien llame a la patrulla". En medio de ellos, estaba él. Subía las escaleras cuando el bullicio de los vecinos rodeaban el apartamento de su hija. Con prisa, empujando a todos pegó la oreja a la madera para escuchar lo que su hija sufría, cómo el corazón se le partía en pedazos. Gritó, una o dos veces su nombre, pero ella no lo escuchaba.

Simplemente caminaba alrededor del departamento con las manos pegadas al pecho, con los ojos hinchados. Pasó entonces a una de esas lagunas mentales, ella en la nada que lo era todo, su mente. ¿Qué tenía de malo ella que todo lo que tenía se iba, se esfumaba como la espuma hija de las olas y la costa? No tenía relación alguna, no había algo que le dijera que era cierto más que la magnitud de dolor que sentía por cada vez que alguien abandonaba su costado. En interminables historias de gente pasando a su lado, la vida le cobraba algo y ella no sabía que era. Lo único que sabía a ciencia cierta es que estaba sola de nuevo.

💛💙💛💙💛

Quise mentirte, decir que las promesas que te hice las cumplí, que me quedaría a tu lado. Pero antes de que llegues yo ya he tomado una decisión y por eso escribo sobre la mesa de la cocina ésta nota sin sentido.

Me mentiste, y vamos, no es algo que yo pueda, deba, o tan siquiera desee perdonarte, porque SeulGi, has besado otra chica.

Regresé de Canadá, en mi mente siempre estabas tú tomando la taza de café por las noches porque sé que la cafeína te ayuda a dormir. Pero no estabas aquí, no estabas sentada en el sofá leyendo libros de fantasía y romance. Entonces te busqué en todas partes, en el trabajo. Estabas tú, acompañándola, y en ese momento de sentimentalismo me di cuenta que no encajaba. En ese beso que ambas se compartieron alguien tan horrible cómo yo no tenía cabida. Así que desaparecé, recordaré esta noche con estigmas en las partes dónde tus labios rozaron.

Fuiste y siempre serás lo que más he amado. Perdón por no ser lo que esperabas.

💙💛💙💛💙

—Wendy. ¿Puedo pasar? -sin respuesta-. Te dejo la cena en la mesa. Me iré con Kevin. Regreso en un rato. Por favor sal... -se quedó unos segundos sin escuchar nada, era cómo hablar con un cadáver-.

Se había quedado sentada con la mochila en la cama. Tenía sudor en la frente, había hecho un gran esfuerzo antes de que su madre llegara y descubriera que su hija no estaba en el país, que había salido mientras ella disfrutaba fuera de Seúl un fin de semana con su pareja.

Pero entonces no pudo contener más. Primero un quejido sútil, su ceño reunido en un montón de arrugas. Después lágrimas que dejaban presencia en sus mejillas. Y finalmente en un alarido lleno de culpabilidad, porque había echado la culpa a SeulGi de su partida. Estaba consciente de que aquel beso vano no era más que la desesperación de una niña inmadura, que iba a extrañar la piel que poseía su mayor, y que sin duda alguna la había destrozado. ¿Pero no era más fácil así? Ella se iba a marchar y no quedaría como la mala frente al amor de su vida, sería la víctima de su propia historia, y la villana también. Había hecho las cosas cómo ella las creyó más fáciles, y si era así, pero simplemente en su beneficio. ¿Por qué no podía marcharse de ese paraíso apocalíptico sin culpa alguna? Tal vez también debió decirle que la amaba...

🖤🖤🖤

AreMF.

Yeah, You. (SeulDy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora