Cuando Wendy se marchó con Yeri SeulGi sintió un gran vacío, después de todo había estado muy bien acompañada, se había sentido bastante bien en esos momentos. Se quedó en su cuarto esperando un mensaje de la castaña, pero pasadas un par de horas comenzó a desfallecer en la comodidad de las mantas. Sin embargo, cuando el teléfono sonó ella estaba ahí para responder, es sólo que no se dió cuenta de quién era el que la llamaba.
-Vaya, respondiste.
-¿Qué quieres MinKi? -respondió desganada-.
-Simplemente quiero saber cómo estás -dijo-.
-Estoy bien MinKi. Pero sé que no hablas para eso, ¿qué dice tu tío? -estaba sudando en frío, ella sabía bien que la despedirían, pero tenía la esperanza de que no fuese así-.
-SeulGi, tú ya estabas despedida desde antes de desaparecer, después de todo si fue a ti a la que había escogido.
-Bueno, entonces solamente iré por mis cosas.
-Házlo hoy, por favor -aparentemente enfadado-.
-No esperaba tanta brusquedad.
-Hablas cómo si no supieras lo que hiciste.
-Definitivamente no sé a lo que te refieres.
-No voy a decir nada más. Es sólo que pensaba que mi mejor amiga era un poco más que una mentirosa -cuelga-.
Era una sorpresa bastante desagradable para ella. Quería pensar que estaría bien si lo dejaba de menos, pero cinco minutos después estaba llorando en su cama porque no tenía idea de lo que pudiese pasar. Después de haber llorado por un prolongado lapso de tiempo se metió a bañar y se lavó la cara con agua fría para desinflamar sus pequeños ojos. Se puso unos jeans, se sujetó el cabello y se puso una básica blusa blanca. Cuando salió del apartamento pereciera que todos la miraban. Quiso dejarlo de lado mientras veía las flores en las casas del barrio. Estuvo nerviosa cuando llegó entonces al restaurante dónde, solía trabajar. Miró con melancolía la fachada y los carteles de fuera, estaba segura de que las cosas se pondrían mal después de esto.
Fue entonces cuando su cerebro se puso en una especie de aislamiento, pues sus brazos, piernas e incluso labios se movían sin ella estar cien porciento consciente de lo que pasaba. El tío de MinKi no dijo nada, la hizo firmar su despido y le dio un pequeño sobre con su finiquito. Ella caminó con la cabeza gacha hasta la sala de empleados dónde iría a recoger su ropa o pertenencias que hubiese olvidado ahí. Escuchó susurros a sus espaldas por parte del resto, normalmente la saludaban, así como ella normalmente estaba llena de energía. Se sentó en la acera en frente del local, estaba muy triste. Dió una pequeña mirada atrás, a cuando por las mañanas era la chica que regalaba una sonrisa a todos, a la energía que tenía para poder cargar las bolsas de las señoras cuando iban al supermercado. Cayó en cuenta de que había cambiado abruptamente con la mal sana relación con JungHo. ¿Cuándo se dejó caer de esa manera por una persona? Se sintió furiosa, temblaba de tan sólo recordar cómo después de haberle hecho lo que le hizo se fue sin más con una sola carta mediocre como recuerdo.
Sintió un fuerte agarre en la muñeca y cuando la obligaron a levantarse bruscamente ella sólo buscó su rostro. Era MinKi, la había mandado a la mierda esa mañana y ahora ahí estaba, con el semblante serio y sus ojos penetrantes.
—¿Por qué lo hiciste? -pregunta serio- ¿Había necesidad de romperle el corazón a uno de mis mejores amigos?
—¿De qué hablas Minnie?
—¡No me digas así! -suelta su mano- Anda rondando por todas partes que le fuiste infiel a JungHo y que te encontró revolcandote con una chica en tu casa -tratando de ser discreto-.
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Yeah, You. (SeulDy)
Fanfiction¿Te puedes enamorar de alguien a quien nunca has visto? Ese ha dejado de ser un problema para las generaciones del siglo XXI, para quiénes el amor en la actualidad puede tener cientos de formas. Seulgi siente que se ha enamorado de ella, pero no es...