R. Rostros.

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Muchas personas pagan por cosas vanas, cosas de las que todos aman escuchar, hablar y fantasean con tenerlas. Esas que al principio eran la ambición verdadera de alguna persona, y se volvieron en el pasatiempo obsesivo de los demás. Miraba entonces los rostros de todas esas modelos que lloraban en los baños cuándo el tacón se rompía, se sentían gordas cuando en primer lugar no pensaron que un defecto del calzado era el causante. SeulGi se miraba en ellas así, porque, no bastaba para ella ser bueno en algo, si no ser la mejor. Llevaba una semana en su empleo, unos cuantos días y no se había vuelto loca, pero la razón verdadera por la que había aguantado era por su observación personal de las modelos de la agencia. Las veía caminando de un lado a otro, luciendo muy lindas y portando ropas que de tan sólo verlas la dejaban sin aire, no exactamente por su estética o belleza. Se sintió como Andy en The Devil Wears Prada, tonta, sin estilo, todas esas cosas que caracterizaban al personaje al inicio de la película. Se miró una vez más en el espejo del enorme baño tan sólo para arreglar su  coleta, era de las cosas más intensas que hacía para sí misma, aunque, Haneul le había dicho miles de veces que por lo menos se hiciera rizos en el cabello.

Al llegar al pequeño lugar donde SooYoung siempre se sentaba y dejaba sus cosas, encontró discutiendo a dos chicas. Haneul miraba su teléfono despreocupada, parecía estar acostumbrada a eso, pero cuándo la menor se dió cuenta de que todo iba subiendo de nivel decidió intervenir en el asunto.

—Chicas yo creo que...

—Te dije maldita zorra que no te me acercaras de nuevo. ¿Acaso tratas de sabotearme? -la otra solamente la miraba con rabia-.

Estaban en una situación demasiado tensa y entonces su jefa entró provocando silencio. Sin más, agarró de la muñeca a su apenas mayor asistente y la sentó en una de las sillas mientras las otras dos chicas seguían con su discusión tratando de mantenerla dos decibelios abajo, aunque pareciera que ahora la que tendría problemas era ella.

—No seas tonta, no te metas en peleas que no son de tu incumbencia, es inútil que trates de hacer algo por ellas cuándo necesitan discutir como cavernícolas para liberar su estrés. En cualquier caso no es tu problema, no lo conviertas en tuyo a menos que tú meta en la vida sea ser el muñeco de éstas chicas.

—P-Perdón...

—Mejor dedícate a tus asuntos. Suficiente tienes con que tu jefa sea una chica de dieciséis años -asiente-. Haneul, ella es una novata, es injusto que no hagas nada al respecto. La próxima vez mantenla bajo tu campo de visión.

Ambas vieron a la más alta perderse en la segunda habitación, la cuál era más que nada como vestidor, ese día tenía más trabajo que otros. Las otras dos se quedaron calladas, Haneul le dedicaba una mirada de fastidio a la castaña que solamente movía sus manos nerviosa. A ella tampoco le agradaba la manager de SooYoung, sin embargo, hacía lo que podía para poder salir adelante con su molesta compañera de trabajo. Esperaron diez minutos más cuando vieron salir del vestidor a la menor en un vestido blanco bastante revelador para su edad, o por lo menos algo así diría Wendy en las noches cuando conversaban. SooYoung no se notaba tan contenta con su ropa tampoco, pero era su trabajo y lo debía aguantar. A SeulGi le daba mucha curiosidad su persona, porque ella no iba a la escuela y cinco horas por semana le daban clases particulares en una de las salas de la empresa. Normalmente el trabajo de Kang empezaba a las ocho de la mañana, después de la rutina de ejercicio de su jefa y el desayuno. De ahí pasaban horas moviéndose a estudios de fotografía y con una maleta de maquillaje enorme que para ella era un fastidio. A las cinco terminaban con todo y era entonces cuando la esbelta modelo se sumía en los libros de matemáticas, historia y literatura.

Caminaron a la camioneta que siempre las llevaba, en esa ocasión las acompañaba una maquillista, que según algunas chicas decían era fabulosa porque podía adaptarse a cualquier situación, habilidad muy útil cuándo la modelo se encuentra dentro de una camioneta en movimiento. Cuando acabó de maquillar a SooYoung llegaron a un campo en medio del bosque, paisaje al aire libre. Todo debido a que tomarían fotos para una revista de moda. Otra cosa que había notado SeulGi de la menor, era que siempre se mantenía con una expresión seria, siempre distante a los demás. Por ahora, la única función que ella tenía en ese lugar era la de estar al pendiente del teléfono mientras que Haneul cuidaba que todo estuviera saliendo bien con el fotógrafo y el resto del equipo. Se quedó a un lado de la camioneta, estaban el chófer y la maquillista dentro, pero le pareció raro que ambos estuviesen en la parte de atrás. Por su mente pasaron muchas cosas, sin embargo, todas fueron interrumpidas cuándo alcanzó a escuchar una pequeña parte de la conversación mientras miraba la estática pantalla del teléfono.

Yeah, You. (SeulDy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora