Eran fechas muy importantes para SooYoung porque iba a promocionar una marca extranjera muy importante. Después de tres días de su descanso ya su cuerpo aclamaba morir, pues su jornada de ocho horas se había alargado a doce y su tiempo de descanso era mínimo. Tenían que ir a diversos lugares, organizar los itinerarios para que la modelo no quedara mal con otras marcas. Haneul se encontraba estresada las veinticuatro horas del día, y en una ocasión, la menor se había desmayado en medio de una rutina exahustiva en el gimnasio. La presión era para todos, parecían siempre intranquilos, nerviosos, estresados... Pero podría decirse que SeulGi había superado la paciencia de los demás, con acciones torpes y descuidadas como olvidar la maleta de maquillaje.
Caminó a lo largo del pasillo, era de noche y deslumbraba más que nada, la luz lastimaba ya sus ojos y el sonido de sus propios pasos le causaba dolor de cabeza. Sola, en medio de tanta gente y sola, se sentía de esa manera. Tenía que pensar en muchas cosas, el trabajo, el dinero, pagos, el hombre alto que se encontraba siempre, su novia... Tenía miedo de todas esas cosas.
El silencio era abrumador pero de repente y en medio de todo ese escándalo dentro de su cabeza recordó que había dejado las llaves en la mesa al lado del vestidor de las modelos. Se maldijo a sí misma porque en esos momentos ella solamente deseaba marcharse a su casa, descansar y esperar que el tiempo pasara rápido, que Wendy regresara a su cama y por las noches poder abrazarla. Antes de marcharse con ellas escuchó a alguien hipando, se quedó quieta, su curiosidad de nuevo estaba ahí, jamás le había gustado que las personas llorarán, si por ella fuera nadie lo haría. Giró la perilla del vestuario para encontrar a una SooYoung sentada en el piso con la falda arrugada y sin camisa. Le partió el corazón.
—SooYoung -dijo corriendo a su lado-, ¿q-qué pasa?
—Nada -dijo tragando saliva y limpiándose las lágrimas-. ¿N-No ya deberías estar en tu casa? -poniéndose de pie-.
—Yo... Regresé por mis llaves... -se sentía consternada-. ¿Qué sucede?
—Te dije que nada. No pasa nada.
—Parece lo contrario.
—Pues las cosas no son lo que parecen -dandole la espalda-.
—¿Por qué tratas de ocultarte de mí?
—No hago nada -avanzando dos pasos-.
—No soy tonta SooYoung. La gente no acostumbra llorar en el suelo sin ropa. Algo pasó, lo sé por tu forma de actuar, puedes decírmelo, trataré de ayudarte en medida de lo posible y...
—¡No! -se da vuelta y se acerca peligrosamente a ella-. Quiero que te vayas de aquí en este momento.
—No puedo ignorarte así. No soy ese tipo de persona, te estoy ofreciendo mi ayuda SooYoung, no hace falta que te portes de esta manera.
—Me porto como quiero. Soy yo quién da tu sueldo, porque me das lástima, tú y tu situación.
SeulGi se quedó muda. ¿Era eso lo que provocaba en las personas que le miraban? Le dolía saber eso, que las personas la veían de esa manera. La menor se dió la vuelta para continuarse cambiando.
—Entonces renuncio -exclamó con las lágrimas desbordándose-. Prefiero morir de hambre antes que trabajar para ti.
—No seas ridícula Kang, necesitas de esto, necesitas lamerme las botas para poder sobrellevar tu día.
—En realidad no. Te lo dije, renuncio.
Ella se da la vuelta, suspira y antes de abrir la puerta es interrumpida por su jefa. La mirada que en ese momento mantenían era una verdadera batalla, las dos querían dominar la situación a su manera, SeulGi quería salir de ahí dignamente antes de seguir escuchando las palabras de una chica menor que ella.
—Te he dicho que no te vayas, no te vas a ir, es una orden.
—No recibo órdenes de alguien que no me paga. Y ya no lo haces más, acabo de renunciar.
—No -empujándola contra la pared-. No te vas a ir -en voz alta-. No hoy.
Con ayuda de su mano atrajo la cabeza de la mayor, la tomó de la cintura, le dedicó una sonrisa, una que le hacía saber lo mucho que podía humillarla, y entonces la besó...En ese momento la castaña quiso desaparecer, sus mejillas estaban sonrojadas y la furia se apoderó de su cuerpo. La alejó de ella y luego le dió una bofetada. La contraria sólo sujetó su mejilla y la miró aún más furiosa, nunca se lo imaginó de una chica tan débil.
—¡Jódete Park! ¡Maldita sea jódete! -llorando- ¡No soy un maldito juguete y no tengo la culpa de las cosas que te sucedan! Jamás he hecho algo para herirte, tú al contrario me humillas cada que tienes la oportunidad y yo no voy a soportar los berrinches de una mocosa. Madura por favor.
La otra no dijo nada, ella tampoco quiso quedarse más tiempo ahí. Tomó todas sus cosas, todo lo que tenía en el estudio, veloz, furiosa. SooYoung la miraba, estaba impactada por la reacción de SeulGi, nunca habría imaginado que actuaría así, era de las que siempre bajaban la mirada y a decir verdad se había aprovechado de eso.
—No te vayas -le dijo despacio-.
—Alucinas si piensas que me quedaré.
—Por favor -la mayor se detuvo por un segundo-, hice mal, lo siento Kang. No te mereces ese tipo de trato, es mi mierda la que siempre me lleva a actuar así.
—Esa es una mala excusa.
—Es la única que tengo, porque es la verdad. Y es el último trato, este que te he dado, el el último maltrato. Déjame seguir a tu lado.
—Si me quedo contribuiré a esa humillación, estoy harta. Intenté ayudarte, intenté defender tu imagen, porque pensaba que no eras cómo las demás, hueca. Pero todo gira en torno a ti ¿no es asi?
—Lo siento. Yo no pedí esta vida, la continuo porque me siento obligada a hacerlo. La continuo porque me lo piden, los gastos y lujos de mis padres, las expectativas de las personas que dicen admirarme, pero en verdad no me conocen, en personas cómo tú qué hacen un buen trabajo para que todo suceda, para que yo salga bien en el papel impreso de revistas que sólo la gente pretenciosa lee.
—¿Debo conmoverme?
—¿Puedes? -llorando de nuevo-. Por favor.
La mayor se sentó, estaba vacía tanto como ella, estaba triste tanto como ella, se sintió miserable tanto como ella. Tal vez era momento de superar aquellas cosas, de tomar el teléfono y pedirle a SeungWan cuentas claras. Pero ¿por qué no? Por esa noche, sólo por esa noche ella podía quedarse al lado de la chica de dieciséis años, sentarse a su lado con lentitud y dejar que su hombro sirviera cómo cojín. Podía ayudar a alguien.
💛💛💛
—Estoy tan feliz por ti. Hija, has tomado una buena decisión, ver qué tienes una nueva razón para seguir por tu vida me llena de dicha. Trabaja duro por eso.
—Gracias mamá -dijo con un nudo en la garganta-.
—Te amo Wendy.
💙💙💙
AreMF.
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Yeah, You. (SeulDy)
Fanfic¿Te puedes enamorar de alguien a quien nunca has visto? Ese ha dejado de ser un problema para las generaciones del siglo XXI, para quiénes el amor en la actualidad puede tener cientos de formas. Seulgi siente que se ha enamorado de ella, pero no es...