Internado Jamón |S.I #1| COMPLETA

26. Andrés

La mejor manera de despertar por las mañanas es con comida, sin embargo creo que mi precioso hermano no sabe eso y cree que la mejor manera es tirandome agua en la cara.

—¿Cuáles son tus últimas palabras antes de morir?– me levanté de mi cama lentamente, por culpa del agua mi cabello se pegó todo a mi cara y ahora parecía una copia de "El Aro" solo que con el cabello corto.

Me acerque lentamente hacia él, pero fue más rápido y salió de la habitación corriendo.

—No lo mato por dos razones; uno, es mi hermano y lo amo demasiado; y dos, aún soy demasiado joven como para ir a prisión.– quité el cabello de mi rostro y fui hasta el armario para sacar una polera negra y unos pantalones.

Después de vestirme salí hacia el ascensor, agradecía no haberme encontrado con nadie en el pasillo ni en el ascensor, no estaba de humor como para tener que aguantar a todos estos idiotas. No entré a la cafetería, en cambio fui a un pequeño puesto que había fuera donde vendían café, compre uno y me senté en una mesa que estaba bajo un árbol.

No entiendo porque siempre la gente les gusta molestar a las demás personas que están muy tranquilos en su soledad, o al menos yo no puedo estar ni media hora en completo silencio y tranquilidad.

—¿Por qué no estás en la cafetería?

—Porque no se me antoja aguantar a los imbéciles esos, Fox.– intenté restarle importancia a su presencia, pero todo se fue al caño cuando se sentó en frente de mi.

—Vaya, que buen humor te cargas hoy.– dijo sarcásticamente tomando de mi café.

—Y voy a tener un mejor humor si te tomas MI café.– le quite el vaso y me bebí lo que quedaba.– ¡Te tomaste casi todo el café!

—Enserio ¿Qué te sucede? ¿Andas en tus días? Porque andas de muy mal humor.

—¿Estás loco? ¡Claro que no estoy en...!– ¿Mis días? No puede ser hoy, ¿O si?– espera, ¿Que día es hoy?

—26 de julio.– dijo viendo la fecha en su teléfono.

Santa virgen de las papayas... Esto no puede estar pasando ahora. Hice cuentas y todo concordaba... ¡Hoy llegaba Andrés! Justo en ese momento sentía como "algo" mojaba mi pantalón.

—Ay no... Esto no puede estar pasando, no puede estar pasando.– repetía muchas veces en voz baja, bajé la mirada y si, había una gran mancha de sangre en mi entrepierna.– ¡Me lleva la que me trajo!

—¡¿Qué sucede?!– Fox se levantó de su lugar y se acercó a mí con los ojos bien abiertos.

—Na-nada jeje, yo...yo...yo tengo que...– no sabía que excusa poner para poder irme.

Necesitaba de Saaid en estos precisos momentos, tenía el presentimiento de que si me levantaba de esa silla iba a haber un gran charco rojo. Tomé mi teléfono y le marqué al inútil de mi hermano.

Llamando a El Perro

—¿Aló?– respondió Saaid con acento francés al otro lado del teléfono.

—¡No copies mi imitación barata de un francés, animal!

—Jajajaja tranquila no saques las garras.– al ver que no me reía de sus comentarios me preguntó.– ¿Qué sucede?

—Explotó.

—¿Quién exploto?

—¡Tu cola explotó, tarado! ¿Como que qué? ¡ESO explotó!

—¡¿El volcán?! ¡¿Justo ahora?!

—¡Si, justo ahora! Te necesito justo en estos momentos afuera de la cafetería.