22. ¡¿Qué haces, idiota?!

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Me quedé un rato más en la azotea, ya eran pasadas las 10 de la noche y aún no tenía sueño. Cuando estaba en casa y eran vacaciones solía dormirme a las 9 y despertar a las 2 de la tarde, lo sé, son demasiadas horas pero, me gusta dormir. Si fuera por mí dormiría 23 horas al día.

Me estaba aburriendo de estar ahí, mejor me voy a dormir, subí al elevador y en un segundo ya se estaban abriendo las puertas, salí y todo estaba oscuro, ni una luz estaba encendida, cogí mi teléfono y encendí la linterna. Camine por el pasillo y lo primero que ví frente a las puertas de las habitaciones eran dos cajas con un sobre encima.

Abrí la puerta y empuje para adentro las cajas. Saque la nota que había dentro del sobre y al leerla casi se me salen los ojos de la felicidad.

Día 2
Carreras de autos
4:00 pm
Edificio principal

Y junto a esa breve nota habían dos cartas de consentimiento, diciendo que la institución no se hacía responsable de daños al individuo y bla bla bla. Y al final de las hojas una línea donde debíamos firmar.

Cogí un bolígrafo de mi escritorio y firme mi hoja, deje la de Saaid en su escritorio y tome la caja que tenía escrito "Sebastian Ficher" con marcador negro en la tapa. La abrí y dentro había un casco blanco y un traje especial, de esos que se usan en las carreras de autos de color negro con partes blancas.

 La abrí y dentro había un casco blanco y un traje especial, de esos que se usan en las carreras de autos de color negro con partes blancas

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—No me gusta el casco

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—No me gusta el casco.– susurré.

Dejé el casco en el escritorio y fui a abrir la caja de Saaid. Dentro había el mismo traje que el mío, la única diferencia era el color del casco, el de Saaid era negro. Cogí el casco blanco y lo puse en la caja de Saaid, y el negro me lo quedé yo. Cerré las cajas y me fui a dormir, o al menos eso quería, pero me era imposible con mi cama oliendo al trasero de Dixon.

Me levanté y fui hasta mi maleta, saque mi perfume y rocíe toda mi cama dejando un olor a vainilla. Ahora que mi cama ya estaba desinfectada ahora sí podría dormir.

{❤}

30 minutos han pasado y aún no deja de sonar la alarma del teléfono. Anoche lo deje encima del escritorio y ahora estoy debatiendo en si levantarme a apagarla o dejarla que suene y no levantarme de esta cómoda cama. Mi solución llegó cuando ví sentado a Saaid a la orilla de su cama.

Internado Jamón |S.I #1| COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora