Internado Jamón |S.I #1| COMPLETA

21. Aclaraciones

—¡Ya fue suficiente! ¡Ahhhhh!– llegué hasta donde se encontraban Fox y mi hermano y, con el tanque de oxígeno en las manos, golpeé a Saaid en la nuca, para que quedara inconsciente y no pudiera hacerle más daño a Fox.

Trate de levantar a Saaid para llevarlo a nuestra habitación, pero pesaba como un elefante, ¿Pues que tanto tragaba este cerdo? No creo que lleve tantos kilos encima en este delgado cuerpecito. Miré a Dixon en busca de ayuda, pero el muy imbécil solo se quedaba mirando.

—¿Qué estás viendo, pendejo? ¡Ayúdame!– le apure para que viniera y llevará a Saaid.– llévalo a mi habitación, es la 610.

Agarró a mi hermano como si fuera un costal de papas y salió de la habitación. Ahora puse toda mi atención en Fox, estaba casi inconsciente en el suelo, apenas podía mantener los ojos abiertos. Me quedé de rodillas junto a él, viendo detenidamente su rostro golpeado.

—Hey, ¿Puedes levantarte?– pregunté, a lo que solo respondió con un gemido.– supongo que no, mi hermano casi te mata.

Me levanté y lo ayude a levantarse para llevarlo a lo que supuse era su cama, al momento que se puso en pie y dejó caer todo su peso en mi caso nos vamos de hocico los dos, ¿Por qué los hombres son tan pesados? Lo ayude a acostarse en la cama y corrí al baño, ahí había un botiquín de primeros auxilios, lo había visto antes cuando Fox me tenía acorralada. De regreso a la habitación me topé con Dixon que venía en mi dirección.

—Ve a con la enfermera para que venga y cure a mi hermano.– dije antes de que pudiera decir una palabra, en realidad, Saaid también salió bastante herido, pero Fox está bastante peor.

Dixon solo asintió y se fue por las escaleras, y yo me fui con Fox. Seguía acostado en la cama, tomé una silla de un escritorio y me acerque a la cama. Saque algodón, alcohol, agua oxigenada, cinta, gasas y una pomada. Tenía los ojos cerrados, así que no tenía idea si estaba desmayado, dormido, vivo o si se había muerto.

—Hey, ¿Sigues vivo?– pregunté sacudiendolo un poco, a lo cual solo obtuve un gruñido de su parte.– supongo que sigues vivo. Eso es bueno.

Ni se inmutó, seguía con los ojos cerrados, así que aproveche el momento para poder limpiar sus heridas, o al menos tratarlas antes de que se infectaran.

—Esto te va a arder un poquito.– tome un poco de algodón y lo llené de agua oxigenada. Fui limpiando su rostro lleno de sangre, tratando de evitar el contacto con la heridas, pero se me paso un poco la mano y accidentalmente pase el algodón por una cortada.

Al instante abrió los ojos y quitó de golpe mi mano, haciendo que el algodón saliera volando hasta el piso. Me quedé sorprendida y un poco asustada ante su reacción, me mantuve inmóvil hasta que soltó poco a poco mi brazo.

—Eso ardió, deberías de tener más cuidado.– se quejó antes de volver a acostarse.

—Yo te dije que te iba a arder, no es mi culpa, además, apenas estoy limpiando tu rostro.– dije, tomé otro pedazo de algodón y lo volví a llenar de agua oxigenada.– aún no empiezo a limpiar las heridas, así que no te quejes. Se un hombre macho pecho peludo que se respeta.

Tres algodones después y ya había terminado de limpiar todo su rostro. Ahora podía ver con más claridad que tan graves eran sus heridas, tenía un gran corte en la ceja izquierda de, aproximadamente, unos 7  centímetros que le atravesaba parte del ojo, tenía los dos pómulos hinchados, su ojo derecho estaba negro, unos cuantos cortes en el labio y bastantes moretones en todo su rostro.

Y la cosa no terminaba ahí, también tenía cortés y moretones en el cuello y brazos, y debo imaginar que en el torso igual. Empezé a desinfectar las heridas, a lo que recibí muchas quejas de su parte. Una vez que termine puse un poco de pomada en las heridas más superficiales, y coloque una gasa en el corte que tenía en la ceja y parte del ojo y la sujete con la cinta, tuvo que dejar cerrado el ojo izquierdo para que no le incomodara la gasa.