Internado Jamón |S.I #1| COMPLETA

20. ¿Ahora qué hago?

Tiene que ser un sueño, un jodido sueño, no me pudieron haber descubierto tan pronto. ¡Mierda! Ni una puta semana había pasado y ya tengo serios problemas, ¡Ni siquiera un día entero!

—Y-yo no se de que estás hablando.– dije por fin después de quedar un tiempo en silencio.

Estaba dispuesta a irme a mi habitación, de no haber sido por él, ni me dejó dar dos pasos y ya me estaba jalando de los brazos hacia dentro del baño y en un segundo ya estaba acorralada con sus manos en mis muñecas entre la pared y su musculoso cuerpo. Trate desesperadamente librarme de su agarre pero en vez de soltarme apretaba más mis muñecas.

—A mi no me engañas, querida. Lo sé todo, al principio no estaba bastante seguro de lo que había escuchado, pero mantener un ojo sobre ti fue lo mejor que pude haber hecho.– ¿De qué habla? ¿Qué fue lo que se supone que escucho?

No entiendo lo que dice, ¿Cuándo y dónde escucho algo sobre mi? Estoy muy confundida y asustada en este momento, está demasiado cerca, incluso se me dificulta respirar. Rápidamente un recuerdo llego hasta mi, como si me echarán un balde de agua helada en la cara.

Flashback

Nos despedimos brevemente y salimos de la oficina. Al abrir la puerta vemos que detrás de ella está el chico de antes, santa virgen de las papayas... No me digas que escucho nuestra conversación. Se nos quedó viendo fijamente y sólo se dió la vuelta y se fue por el pasillo.

—No estés jodiendo... ¡¿Escuchó nuestra conversación?!– me preguntó Saaid con los ojos muy abiertos.

—¿Y yo como voy a saber, genio? No tengo poderes mágicos como para saber si escucho o no lo que dijimos ahí dentro.– rodé los ojos, siendo lo más lógica que pude.– pero aún así no me da buena espina que, casualmente, él estuviera justo aquí cuando nosotros salimos, y menos en la forma que nos miró.

No me digas que fue en ese instante, ¿Acaso sí escucho nuestra conversación? Y si fue así doy por seguro que ya estoy muerta, tendré que decirle a Saaid que no llore mucho en mi funeral y que me ponga mis flores favoritas, los girasoles. Pero antes de eso debo asegurarme de que lo que pienso es verdad.

—¿Acaso escuchaste lo que estábamos hablando con el director?– pregunté tratando de que mi voz saliera calmada, aunque por dentro me estuviera muriendo de pánico. Rogue para que su respuesta fuera un hermoso no.

—¿Y qué si lo hice? Con esto me confirmas que si eres una chica, y una muy sexy, a decir verdad.– dijo tratando de coquetear conmigo y acercandose más a mi. ¿Acaso es idiota? Que ni crea que con eso puede conquistarme.

—¿Qué tratas de hacer? Sí, admito que sí soy una chica, pero ¿Qué ganas con decírmelo? Podrías haber ido con todos y decirles que soy mujer, ¿Porque te tomas la molestia de estar charlando conmigo?– algo me olía muy mal respecto a esto.– ¡Incluso haces el intento de coquetear conmigo!

—Vaya que si eres lenta, ya te había dicho que no estaba seguro de lo que había escuchado, así que decidí mantener un ojo en ti.– explicó detenidamente, como si le estuviera hablando a un niño de 8 años.– y esto me beneficia en muchas formas, a cambio de mi silencio podría pedirte un par de favores.

—¡Eso es chantaje! ¡A mi nadie me chantajea! No es para nada justo.– repliqué enojada e indignada.

—Entonces supongo que no te importa que le diga a los demás que eres una chica.– dijo antes de separarse y salir del baño para dirigirse a la primer habitación.