25. Videollamada

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Pensé que podríamos llegar primero, pensé que ganaríamos, ya estaba mentalizada para restregarle a Dixon Foster que quedaron en segundo lugar, para humillarlo a él y todo su equipo. Pero los que terminaron humillados fuimos nosotros.

Me sentía muy frustrada, quería estrangularlo con mis propias manos. Con esto que acaba de decir hizo explotar lo que me quedaba de paciencia, la cual era muy poca. Aunque pensé que después de tanto tiempo sus palabras no podían hacerme más daño me equivoqué, seguían doliendo, incluso cuando ya no siento nada por él.

Iba a propinarle un buen golpe pero Alexander me detuvo del brazo.

—Tranquilízate Sebastian, ya tendremos nuestra oportunidad.– dijo en tono bajo sin despegar la mirada de Dixon.– además no creo que te quieras rebajar a su nivel, eres más que eso.

¿Que soy qué? Por alguna razón mi cara se comenzó a poner roja, abrí mucho los ojos y lo miré sorprendida. Las únicas personas que me han dicho algo así son mis hermanos Saaid y Daysi. Creo que al ver mi reacción entendió que lo que dijo pudo haber tenido otro significado.

—N-no es lo que piensas, yo no lo dije en ese sentido.– giró su cabeza para un lado y quiso cubrir su rostro con su mano para no ver un leve sonrojo, pero fue inútil.– es solo que...no, olvídalo.

Se alejó de mi y fue con los demás dejándome con la duda de lo que estaba a punto de decir. Pero aún así tenía razón, no debía rebajarme al nivel de este idiota, me aleje de todo este alboroto y me fui directo a los dormitorios aún enojada con Dixon y un poco confundida y molesta con Alexander.

Al llegar a mi habitación lo primero que hice fue quitarme este maldito traje que ya me estaba empezando a molestar y me puse mi pijama, revise mi teléfono y tenía más de 200 mensajes, desde que llegué apenas he tenido tiempo de siquiera ir a hacer mis necesidades. Me recosté en mi cama hecha un lío y abrí los mensajes, la mayoría eran del grupo La Manada🐺, otros pocos eran de mis padres y mi hermana, y también tenía de Thomas, James y Zack por privado.

Ahora que recuerdo no he hablado con Zack y los chicos desde que me despidieron en el aeropuerto, realmente necesito verlos y contarles todo lo que ha pasado desde que llegué. Fui hasta el escritorio de mi hermano, saqué su laptop y me la llevé a mi cama.

—Aún es temprano así que no creo que se hayan dormido aún.– dije tratando de hacer una videollamada por Skype.

Espere unos segundos y en la pantalla apareció la mamá de Zack.

—¿Señora Grayson?– pregunté un poco sorprendida.

—¿Savannah? ¡Savannah, hija! ¿Como has estado?– preguntó muy sonriente.– Zack me dijo que te fuiste a un internado con tu hermano.

—Pues supongo que bien, aunque no he tenido mucho tiempo para contactarme.

—¡Oh! Supongo que quieres hablar con Zack, por cierto, también están Thomas y James, estarán felices de verte.– dijo mientras llevaba la laptop con ella hasta la habitación de Zack.– chicos tienen una videollamada.

El ruido de la televisión se dejó de escuchar, por lo que supuse que le pusieron pausa al videojuego. La señora Lenz volteo la laptop para que los chicos pudieran verme y yo a ellos.

—¿Sábana?... ¡Sábana!– gritaron antes de arrebatarle la laptop a la madre de Zack.

—Chicos... ¡Los extraño tanto!– no quería llorar pero las lágrimas salían solas.

—¡Te dije que no lloraras y ahí vas a llorar!– dijo Thomas intentando que no se notará que tenía los ojos llorosos.

—Pero me han sucedido muchas cosas que ya no puedo soportarlo.– sorbi mi nariz para que no se me fueran a caer los mocos.– ¡Y lo peor de todo es que el famoso Dixon Foster está aquí!

—Espera ¿Qué? ¿Foster está contigo?– preguntó Zack algo molesto.– ¿Que no debería de estar dos años adelante que tú? Además se supone que las clases aún no comienzan.

—Por lo que estuve investigando con algunos chicos a Foster lo mandaron a la escuela militar después de causar varios problemas con profesores y otros chicos.– las lágrimas no dejaban de salir, aunque les ordenara que pararan les valía un estúpido pepino y seguían saliendo.– y a parte de eso uno de los chicos de mí mismo piso ya sabe que soy una chica, no llevaba ni 24 horas aquí y ya sabía alguien.

Justo en ese momento la puerta de mi habitación se abrió, no le di mucha importancia en saber quién era ya que pensé que sería Saaid. Fue hasta que me fijé en que mi hermano no había dicho nada, usualmente me preguntaría con quién hablaba, así que se me hizo un poco extraño que no me hubiera dicho ni pío. Levanté la cabeza y vaya sorpresa que me lleve al ver quién estaba en mi habitación.

POV's Alexander

¿En qué demonios estaba pensando al decirle eso? No es normal que un chico le diga a otro que se rebaje al nivel de una persona, y además parece que lo mal interpretó, de seguro ahora piensa que soy gay.

Aunque, a decir verdad él no parece un chico, en realidad diría que es una chica pero eso sería juzgarlo solo por su apariencia, sin embargo debo decir que me atrae un poco, ¿Me estaré haciendo gay?

Por ahora debo de aclarar este asunto, luego veré si realmente me estoy haciendo gay o no. Busqué a Sebastian por toda la cafetería, hasta que lo encontrar saliendo de este lugar, fui tras él pero al salir no lo ví por ninguna parte. Fui a los dormitorios y tampoco lo encontré en la sala de juegos o por los pasillos, y no podía ir a su habitación porque no sabía cuál era, así que la última parte que se me vino a la mente fue la azotea.

Se abrieron las puertas del ascensor y salí con la esperanza de verlo, pero no estaba ahí. Me di por vencido y me quedé un rato ahí arriba, ya será mejor que me disculpe con el mañana.

POV's Savannah (Sebastian)

Fox estaba parado en medio de la habitación, estaba viéndome fijamente, no sabía que decir. Corte la videollamada diciéndoles a los chicos que les mandaría un mensaje luego, cerré la laptop y me limpié las lágrimas y los mocos.

—¿Estás bien? Vine porque ví que te fuiste de la cafetería.– se acercó y se sentó a mi lado.

—Si... Yo...– tenía miedo de hablar mucho porque sentía como se me cortaba la voz y en cualquier momento me soltaría a llorar.

—No digas nada, lo entiendo.– pasó su brazo por mis hombros y me atrajo hacia él.

Así nos quedamos unos momentos hasta que escuchamos como se abría la puerta y entraba Saaid. Nos vió y nos miró raro, pero no dijo nada, solo se acostó en su cama y se quedó viendo el techo.

—Creo que ya tengo que irme.– Fox se levantó y se fue a la puerta, y antes de salir dijo.– nos vemos luego.

Aunque me hubiera gustado que se quedará más tiempo, con mi hermano en la misma habitación resultaba incómodo. Afortunadamente no menciono nada, así que me metí en la cama y me dormí, esperando a que el próximo día no fuera un completo desastre.

Internado Jamón |S.I #1| COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora