c a t o r c e

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Esta vez íbamos a ir de fiesta a las vías y nos había tocado ir a Yoongi y a mí a comprar el alcohol. Yeseul y Jessica nos mandaron a los dos –a pesar de que en realidad les tocaba ir a Namjoon y a Yoongi –, porque en las últimas dos semanas habíamos estado distantes y llevándonos peor de lo que lo hacíamos normalmente. Habíamos estado más tensos y tirándonos más pullas de lo normal, también más secos y cuando nos insultábamos ya no lo hacíamos tan de coña sino más en serio. En mi defensa debía decir que él empezaba y yo le respondía y, así, entrábamos en un bucle de insultos del que no salíamos hasta que Hoseok nos gritaba enfadado que ya era hora de parar.

Pero aquí estábamos, en la tienda de al lado, Yoongi cogiendo las botellas de alcohol y yo cruzada de brazos. El plan de Jess y Yeseul no iba saliendo muy bien porque no estábamos hablando ni nada. Además, sabía perfectamente que Yoongi seguía molesto por lo de Jimin y que a mí no me quería cerca de él por el momento. Y el haber estado estas dos semanas sentándome con Jimin en la cafetería y quedando todas las tardes con él –y Tae y Kook–, no había hecho más que aumentar la molestia de Yoongi.

Pues que le den. Si se quiere enfadar que se enfade. Yo sé porqué estoy actuando así con Jimin y no tengo que darle explicaciones a nadie, mucho menos a él. Tampoco tengo porqué excusar el no contarle a nadie con quién me acuesto. Es mi vida y debo hacer lo que quiera con ella aunque ahora mismo quiera ir a Yoongi y llenarle el cuello de chupetones.

—¿Cuánto piensas beber hoy? —me preguntó Yoongi. Su tono fue seco.

Supongo que será mejor hablar aunque sea de mala gana y con un tono de mierda que estar en un silencio que es incómodo hasta para la persona que está detrás del mostrador.

—No sé. En realidad no sé si tengo muchas ganas de beber, pero bueno... —me acerqué a su lado y le rocé la mano sin querer al coger la misma botella de vodka. —Perdón. —murmuré. Yoongi se alejó, evitando tocarme.

Genial.

La verdad es que desde que creía que Yoongi me gustaba había estado huyendo de él. Llevaba más de un mes comportándome como una niña de quince años enamorada, pero no tenía quince ni estaba enamorada, así que hoy iba a dejar todos los pensamientos sobre lo que sentía por Yoongi –y su enfado–, y me lo iba a pasar bien. Yoongi me gustaba, sí, pero no quería una relación con él. Era más bien el tipo de "me gustas" para un lío de un par de meses, y si Yoongi aceptaba que entre nosotros hubiera una amistad con roces yo también lo aceptaría porque no quería nada más serio.

Claro, que eso sería así si no estuviera enfadado conmigo. Pero ahora no quería ni tocarme.

¿Cuánto le puede herir a un hombre el orgullo masculino un beso con otro tío? ¿Y cuánto tiempo puede durar eso? Porque ya me había acostumbrado a los besos clandestinos de Yoongi y me estaba sintiendo una yonki con el mono.

—¿Cómo te va con Jimin? —preguntó seco.

Había estado pensando tanto que no me había dado cuenta de que ya estábamos en caja y Yoongi estaba sacando el dinero que habíamos puesto todos para comprar el alcohol.

—¿A qué te refieres? —pregunté a la defensiva.

—Os besásteis delante de toda la cafetería, os sentáis todos los días en la misma mesa, compartís sitio en todas las clases, quedas todos los días con él, vas a su casa, él a la tuya, subís historias a instagram juntos siendo cariñosos... Creía que esa era vuestra forma de hacer pública vuestra relación.

¿Cómo de herido tenía el orgullo? Pero es que, ¿tanto le podía afectar que hubiera besado en público a Jimin?

—No estoy en un relación ni nada parecido con Jimin, tampoco quiero estarlo. —cogí la bolsa de plástico verde que me estaba tendiendo Yoongi. Él llevaba una bolsa y yo otra. —Le estoy haciendo un favor y sólo somos amigos. No amigos con derecho, ni amigos que se besan, ni nada por el estilo. Amigos y ya está.

mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora