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d i e c i n u e v e

Una semana después de todo lo ocurrido aún seguía en la casa de Seokjin. Por suerte sí que decidió romper su compromiso y Eunbin no había vuelto a casa de Jin. Él se encargó de devolverle sus cosas sin que ella tuviera que acercarse, lo que fue genial para mí porque no quería verla ni que Jin la viera nunca más.

Por otra parte, los chicos ya sabían sobre la situación actual. Todo había sido igual que antes, incluso con Jimin, Taehyung y Jungkook. Por lo que tengo entendido sus familias les habían prohibido terminantemente que me vieran, pero ellos estaban desobedeciendo.

Seokjin se había estado ocupando de todos los trámites legales respecto a la falsa adopción y la falsa acta de defunción. Iban a costarles caro lo que hicieron. Y me alegraba por ello.

—¿En qué piensas? —Yoongi agarró mi mandíbula y la giró para que lo mirase, todo con una delicadeza increíble. Le intenté sonreír y él me besó.

Estábamos en una especie de cita en el parque de siempre. Esta vez era de día, pero no había mucha gente por allí. Los dos estábamos echados en el césped. Se giró sobre sí mismo y se acercó más. Acarició mi mejilla.

—En Seokjin y todo lo que está haciendo por mí. —agarré su mano y la dejé entre las mías, antes de darle un beso. Empezó a hacer círculos en la palma de mi mano con su pulgar.

—Es normal, eres su hermana, Hyo.

—No biológicamente.

—¿Y qué? ¿Crees que Hoseok o Namjoon son mis hermanos biológicos? Eso es lo que menos importa. Él es tu familia, te crió y cuidó de ti. Estoy seguro de que eres la persona más importante de su vida.

—Seokjin es lo mejor que me ha podido pasar en la vida. Sin él estaría perdida. No sé que sería de mí.

—Probablemente estarías prometida con alguien, habrías dejado los estudios y estarías amargada.

—Me pegaría un tiro si eso pasara de verdad.

Yoongi asintió, dándome la razón.

—Pero sin tu hermano estarías sometida a los deseos de esa mujer de casarte y sin el apoyo de Jin habrías vuelto a Corea para casarte y no hubieras tenido otra opción, por lo que probablemente no nos habríamos conocido o tal vez sí, pero no estaríamos como ahora para nada.

—Entonces debes darle las gracias a él, porque hubieras perdido mi compañía de calidad y los momentos tan geniales y el gran sexo. Todo pasa por y gracias a Jin.

Obviamente ya habíamos dejado el tema serio y estábamos más de broma que otra cosa, pero sí que había algo de verdad en lo que decíamos. Tenía miedo de estar sintiendo cosas demasiado serias por Yoongi pero debía arriesgarme y dejarme llevar. Era feliz cuando estaba con él y en la última semana me había dado toda la paz que me faltaba, ¿por qué no podía parar de pensar en lo malo y centrarme en el bien que me hacía?

Un par de horas después Yoongi se estaba quejando de que le dolía la espalda de estar tumbado en el césped, por lo que me encontraba llevándolo en coche a su casa.

—Aquí no, gira a la derecha. —me dijo.

—¿Qué? —giré la cabeza un segundo a verlo. —A tu casa no se va por la derecha. Es recto.