d i e c i s i e t e

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—No quiero estar aquí. —murmuré en mi conversación por teléfono con Yoongi.

Estaba en una de esas reuniones a las que mi madre me arrastraba. Y como eran realmente aburridas llamé a Yoongi para entretenerme con él.

—Dame la dirección y voy a par ti. —dijo por la otra línea. Sabía que estaba sonriendo.

—¿Me estás hablando en serio? —pregunté asombrada. No me esperaba esa respuesta.

—Sí. ¿Dónde estás?

—En casa de Taehyung. Ya sabes dónde es.

Y sin decir nada más colgó. Dejé el móvil en la mesa para mirar a mi al rededor. Estaba sentada al lado de Jiho y en frente de un tal Taeyeon que ni siquiera conocía pero que, por lo visto, era un candidato para ser mi esposo. Ni de coña.

—Hyosun, ¡¿le estás prestando atención a lo que te está diciendo Taeyong? —Jiho me dio un codazo para que la mirase.

Oh, con que era Taeyong. Tampoco me interesaba mucho.

—La verdad es que no. —miré a Taeyong, que me miraba como si al no escucharlo estuviera cometiendo el mayor pecado de todos. —No te ofendas, pero sea lo que sea que me estés contando no me interesa. U ofendete, es que me da igual.

—¡¿Es que acaso estás loca?! —me gritó una chica, de la que ni siquiera conocía su nombre. No sabía ni de su existencia. —¡¿Cómo te va a igual lo que te cuente Taeyong?! ¡Puede ser tu futuro esposo, por dios! Debes que reepetarlo.

Parpadeé un par de veces, incrédula. O sea, yo debía respetarlo, pero él podía mirarme de la forma que me estaba mirando. Pues muy bien. Por lo visto era uno de los chicos más populares entre todas las chicas y el preferido de muchas, aunque los que encabezaban la lista eran mis amigos. Eran los que más candidatas a futuras esposas tenían. Espero que alguna les guste de verdad.

Controlate e ignora a estos imbéciles.

Mi móvil sonó, así que lo agarré con la esperanza de que fuera Yoongi.

Yoongs🖤🎶🎹:

Estoy en la puerta

Ven

Ya

No tengo ganas de esperar

Pesada

Me levanté y fui a la puerta lo más rápido que pude, pero, cómo no, Jiho y sus amigas vinieron detrás de mí para ver lo que hacía y poder criticarme después. Estaba muy cansada de ellas ya.

Y, claro, justo mi madre tenía que estar hablando con la –estúpida– prometida de Seokjin, la madre de Taehyung, la de Jimin y la de Jungkook en la cocina. Todas llevaban una copa de vino en la mano. Al verme merodear por ahí mi madre decidió empezar a nombrarme para llamar mi atención y seguirme al ver que no respondía. Es que no quería que me siguiera, quería que me dejara en paz, ¿tan difícil era para sus cabezas?

—Señorita Kim, la han venido a buscar. —me informó uno de los empleados de la familia de Tae.

—Vale, gracias por avisarme. —le sonreí al señor nerviosa por las mujeres que tenía pendiente de mí.

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