Yoongi y yo nos bajamos de su coche llenos de bolsas de tela con comida basura y refrescos que llevábamos a casa de los Jung. Haríamos una barbacoa en honor a Hoseok, que había recibido una prestigiosa beca de baile.
Entramos en su casa, fuimos al jardín trasero de su casa y dejamos las cosas en la mesa alargada de madera pintada de azul que tenían allí, junto al resto de comida que habían traído los demás. Vi que Hoseok estaba justo a mi lado, con los brazos abiertos, a la espera de un gran abrazo.
—¡Felicidades! —grité subiéndome a su espalda y colgándome de su cuello. Repartí besos por su mejilla, apretando mi abrazo. —¡Eres el mejor bailarín del mundo y la gente se va a enterar!
—Gracias, pero me estás ahogando. —mi amigos, el mejor bailarín del mundo, se libró de mí como pudo, dejándome en el suelo.
—¡Eres el mejor! ¡Te lo mereces, Hobi! —volví a lanzarme contra él en otro abrazo. Estaba tan feliz y tan orgullosa de él.
Se merecía todo lo bueno que le pudiera pasar en la vida y aún así el mundo y el universo entero seguirían estando en deuda con él por ser tan maravilloso, bondadoso, amoroso, y perfecto. Era un sol.
—Hoy está mejor, ¿no? —oí que Nam le comentó a Yoongi. Me separé de Hoseok, pero agarré su mano.
—Que va, no te creas. Es que está feliz por Hoseok, pero en cuanto se le pase la euforia del momento volverá a... estar mal. —le respondió Yoongi pasándole una cerveza a nuestro amigo. Se dio cuenta de que los estaba mirando y me sonrió con dulzura.
Que yo estuviera mal lo ponía mal, a él y a mis amigos, cosa que me hacía estar peor. Desearía poder borrar de mi mente todo lo que había estado pasando estas semanas: el tema de los Kim, el querer conocer a mis padres biológicos, la pelea con mis piojillos y el distanciamiento con ellos... Si todo iba mal antes ahora iba mucho peor. Y lo que más me jodía era las discusiones con Yoongi por el mismo tema. Todavía no habíamos podido hablarlo bien. Si alguno de los dos sacaba el tema de que me quería ir el otro se ponía a la defensiva y acabábamos gritando y discutiendo. Y sin sexo de reconciliación, porque mi cabeza no estaba ahora para tener sexo con, por mucho que me jodiera.
Aunque la mayor parte del tiempo estábamos bien, eso era verdad, pero teníamos que hablar sobre el tema y aclarar qué iba a pasar con nosotros de una vez. Porque si me iba no sé si íbamos a ser capaces de mantener una relación a distancia durante años y yo no me iba a quedar aquí po nadie. Era demasiado egoísta para eso. Y no iba a renunciar a mi deseo de estudiar en la universidad que yo quería ni a mi sueño de vivir del arte.
—Otra vez tienes esa cara. La de pensar demasiado. —Yoongi se acercó a mí con una lata de cerveza en cada mano. Me entregó una y se acercó a mi cara para besar mi mejilla. No me lo merecía. Iba a romperle el corazón para irme...
—¿Qué tal, parejita? —saludó la hermana de Hobi, que llevaba las manos ocupadas por bandejas de comida. Vaya, lo suyo era vocación.
—¿Necesitas ayuda, Jiwoo? —se ofreció Yoongi.
—Que va, muchas gracias, Yoons.
Con una agilidad impresionante dejó las bandejas en la mesa en la que más tarde cenaríamos todos y en la que la Yeseul y Jessica estaban aliñando la ensalada.
—¿Has visto? —Yoongi deslizó sus manos por mi cintura, hasta dejarlas a una altura considerable, sin soltar su cerveza.
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myg
FanfictionTodo se veía igual que siempre. Todos igual de arreglados y bien vestidos que siempre. Todos igual de hipócritas que siempre. •completa •capítulos largos •portada realizada por @mh_v_4d