o c h o

3.3K 347 94
                                    

Estaba tirada en el sofá de lujo de la casa de los Park mientras escuchaba a Jiho intentando ligar con Chimchim y fracasar en el intento. Era obvio que Jimin no le correspondía los sentimientos. Eso sí, Jiho no se rendiría ni aunque Jimin estuviese comprometido.

Al menos yo me estaba entreteniendo hablando por Kakao con Namjoon.

—Jimin. —lo llamé desde el sofá. Se giró en mi dirección con una expresión que me decía que lo salvara de las garras de Jiho. —Me voy a ir ya, ¿vale?

—¡¿Qué?! ¡No! —gritó sentándose a mi lado, agarrándome de las manos para que no me fuera. He de decir que Jiho me estaba matando con la mirada en estos momentos. —Por favor, quedate y ayudame. —lloriqueó en mi oído para Jiho no oyera. Era tan bueno que no quería herirla.

—Lo siento, pero Hoseok y los demás han venido a por mí para ir a otra fiesta.

—Mira, ya sé que esta fiesta de niños ricos es una mierda pero mi madre me ha obligado a organizarla y a invitar a la gente que ella ha querido, además tengo supervisión. —señaló con la cabeza a su hermano pequeño que estaba hablando con un par de chicas y con Jungkook.

—Han venido a por mí, están en la entrada. —me levanté del sofá y fui seguida por Jimin hasta la puerta de salida. —Y tú mismo lo has dicho, esta fiesta es una mierda. Llevas toda la razón del mundo en eso.

Salí de casa de Jimin con él aferrándose a mi camiseta y lloriqueando para que volviera dentro.

Era difícil ir a rastras con él pero yo quería irme de allí y estar con gente que de verdad me apeteciera. Por suerte conseguí llegar a la entrada, donde el coche de Namjoon estaba aparcado. Alguno de mis amigos estaban fuera del coche y otros dentro, pero todos me esperaban.

—¿Qué tal, Hyo? —saludó Hoseok feliz cuando vi que pude llegar, que mi trabajo me costó.

—¿Y este piojo? —preguntó Yoongi sacando su cabeza por la ventanilla del coche y señalando a Jimin con su cerveza.

No pude evitar sonreír por lo guapo que se veía con esa ropa y el pelo así de bonito. Que estuviera dentro del coche y apoyado en la ventanilla con una lata de cerveza le daba un aire muy sexy.

—Es Jimin. —señalé a Chimchim, que se aferraba a mi cintura. Yoongi lo miró muy curioso. —Jimin tú ya sabes sus nombres así que adiós.

Lo separé de mi cintura y justo cuando estaba rozando la libertad se aferró a mis piernas. Empezaba a rozar lo patético.

—No te vayas, por favor. Tú eres el alma de la fiesta y la que me ayuda a quitarme a Jiho de encima. Quedate, te lo suplico.

Verlo desde abajo y haciendo pucheros casi me estaba haciendo volver.

Casi.

—No.

—Por favor. Tus amigos se pueden quedar.

Miré a los chicos que parecía que iban a aceptar, hasta que Yoongi abrió la boca.

—Ni de coña, Hyosun. Ya te tengo que aguantar a ti, no pienso aguantar a los niñitos pijos de papá.

—A mi me da pena. —comentó Namjoon. —Miralo, pobrecito.

—Pues entonces que se venga con nosotros. —propuso Yeseul, desde los asientos de atrás, mirando a Namjoon e ignorando a Yoongi.

—¿De verdad? ¿Puedo llamar a dos amigos más? —preguntó esperanzado. Hoseok le sonrió y asintió, haciendo que Jimin saliera corriendo a por Taehyung y Jungkook.

—Genial, ahora tengo que aguantar a tres piojos. —se quejó Yoongi.

—Lo siento, chicos. Mi plan era irme sin traer a nadie más conmigo.

mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora