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t r e c e

—Así que... —empecé a hablar. —Sois novias. —hice una pausa, asimilando lo que me decían. No por lo qué decían, sino cuándo lo hicieron. —¿Por qué no me lo dijisteis antes?

—Creíamos que ya lo sabías. —se defendió Yeseul. —Llevamos saliendo desde hace tres años y todo el mundo se ha dado cuenta de que somos novias. La gente lo daba por hecho incluso antes de que lo fuéramos.

Ahora me sentía avergonzada por no haberme dado cuenta.

—Todo el mundo se da cuenta, pero ella ha estado demasiado ocupada con Yoongi. —soltó Jessica con una sonrisa burlona.

—¿A qué te refieres? —preguntó Hoseok llegando y sentándose a mi lado.

—No me jodas que no te has dado cuenta, Hoseok. —Yeseul soltó una carcajada y señaló a Yoongi con el dedo. Él estaba jugando al baloncesto y nosotras mirando como él, Hoseok y Namjoon jugaban, hasta que Namjoon fue a por agua y Hoseok se sentó con nosotras. Yoongi seguía jugando solo.

—A Hyosun se le cae la baba por Yoongi. —Namjoon apareció con tres botellas de agua y se sentó al lado de Yeseul, entregándole una botella a Hoseok. —Pero eso no es nada nuevo. Desde el primer día no ha parado de mirarlo.

Bueno... Un poco verdad sí era. Pero no quería que lo supiera nadie.

—Y Yoongi también siente algo por Hyosun, está claro. Incluso llevan meses saltándose las clases. Juntos y solos. —comentó Hoseok.

—Eso no es verdad. Lo de saltarnos las clases sí es cierto, lo de que me guste no. —me defendí, mintiendo. Dejé de mirar a Yoongi para mirarlos a ellos. —Soy muy despistada y no me doy cuenta de las cosas la mayoría de las veces, pero eso no quiere decir que esté atontada porque Yoongi me guste.

Mierda, joder.

—¡Lo estás reconociendo! —gritó Jessica emocionada. Algunas personas miraron a nuestra dirección por sus gritos. —¡Te gusta Yoongi!

¿La mato ahora o espero a que se case con Yeseul?

—¡¿Qué coño estáis hablando de mí?! —gritó Yoongi desde las canchas. Tiró el balón a cualquier parte y se acercó.

—Que eres un cotilla que pone la oreja en conversaciones ajenas.
—le respondió Yeseul rodando los ojos.

Yoongi agarró la botella de agua que Namjoon había traído para él y nos miró a todos con los ojos entrecerrados. Todo el mundo se quedó callado, a la espera de que hablara. Me señaló con el dedo índice y dejó la botella en mi mano derecha. Cogió una bocanada de aire y la soltó. Vamos, que se tomó su tiempo para hablar.

—Otra vez te has puesto ese pintalabios de mierda.

—No es un pintalabios de mierda, es un pintalabios genial y muy resistente.

Se sentó al lado de Hoseok y sonrió. ¿Cómo podía estar tan guapo hasta sudado?

—Pues que sepas que sabe muy mal.

—¿Y tú cómo sabes eso? —Jessica lo miró emocionada y zarandeando a si novia.

—Porque sí y punto. —contestó seco. Me miró, cruzándose de brazos. —Mi hermano me ha dicho que has ido ya al taller que te recomendé.

Hoseok vio mi cara de confusión y explicó: —El taller es de su padre. Yoongi y su hermano trabajan allí de vez en cuando para ayudar.

—Seguro que la idea era que fueras en un turno de Yoongi, pero fuiste en uno de su hermano. —comentó Jessica por lo bajo.