ɴɪɴᴀ ʏ ᴍᴀᴛᴛᴇᴏ ᴘᴀꜱQᴜᴀʀᴇʟʟɪ. #ᴛᴜʏᴀ7 (ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴅᴀ)

CAPITULO 32

32-DIECIOCHO AÑOS.

CAPITULO ESPECIAL KAROL.

KAROL.

-A veces me pregunto que hice para tener hijos así-Voltee a verlo, tenía su frente arrugado como pensando muy subconscientemente la respuesta a dicha pregunta. Sonreí.

-¿Que abras hecho Ruggero Pasquarelli?-Le dije jugando con el.

-Tiene que ser mi culpa-Dijo como si dudara que fuera de otra manera.

-Obvio que es tu culpa-Me miro mal-¡Salieron iguales a ti!

-Gracias-Me dijo y sonrió.

Ruggero y yo llevábamos dieciocho años de casados, dieciocho años de locuras, celos y sexo.

Eso me recuerda...

-Dieciocho años de casados amor-Le dije y esta vez me sonrió.

-Dieciocho años bien vividos.

-¿Te ha gustado todo hasta ahora?-Pregunte.

-Eres la mejor persona que Dios pudo darme para que estuviese a mi lado-Me dijo sonriendo y lo jale para besarlo.

Dieciocho años eran muchos para un matrimonio que transcurre en el medio de la fama, pero Ruggero y yo no hacíamos caso a nada, eramos solo nosotros dos.

Ruggero  movió sus atenciones a mi cuello mientras que con sus manos trataba de desnudarme, me movió un poco para poder quitarme esa gran camisa que tenia de el dejando desnudos mis pechos.

El jadeo al verme semi desnuda con tan solo unas braguitas color lila.

Es increíble que aun luego de tanto me sigue viendo con ese deseo intenso en su mirada.

-Exquisito-Murmuro contra mi cuello mientras bajaba sus manos hasta mis pechos, todo lo que podia hacer era gemir mientras el me masajeaba mis pechos, nunca alejando su boca de su cuello-Tan sexys y tan suaves-Gruño, tocándome suavemente mis senos, sus caderas se movían contra mi involuntariamente.

La fricción se sentía increíble.

Me beso mi estomago, justo debajo de mis pechos y deposito un beso debajo de cada uno antes de tomar mi pezón izquierdo en su boca.

Grite su nombre en el éxtasis, arqueando mi espalda para acercarse mas a su boca. El chupo, lamió y mordió suavemente mi pezón. Con una mano masajeando mi cadera, el agarro firmemente mi otro pezón con la que tenia libre, pellizcandolo un poco.

-Tienes un sabor delicioso aquí...-Dijo con picardia-Quiero probarte toda-Bajo su mano hasta mis bragas metiendolas en ella.

El calor se sentía maravilloso en su mano y sin separarse de mi, se muy bien que sabe lo mojada que estoy, empujo mis caderas contra su mano, suplicando con sus movimientos. El me sonrió mientras volvía a retorcerse contra su mano que solo seguía encima mio.

-Por favor pruebame-Dije suplicándole. 

Ruggero  dejo que su dedo se deslizara en medio de mis pliegues húmedos, haciendo que los dos gimiéramos. Detuvo sus movimientos y bajo.

-Oh dios-Suelto, aferrándome de las sabanas a mi alrededor mientras Ruggero se daba un festín. El pellizco mi clítoris con sus colmillos y eso solo causo que mi cuerpo se sacudiera todavía más.

Su lengua trabajo lenta y meticulosamente, acariciando cada pulgada de mi mientras sus dedos se adentraban lentamente, en el momento en que sus dedos se doblaron aquel punto que el solo conocía tan de memoria.

-Ruggero-Dije sin aliento, mientras comenzaba a empujar mis caderas hacia su cara, tirando de su cabello con fuerza.

-Te amo-Dijo, comenzando a desabrochar sus pantalones.

El lentamente se bajó para relevar que tampoco el tenia ropa interior, gimió al quedar completamente desnudo. Su cuerpo era hermoso, cada parte de él.

Hice un intento de agarrar su miembro, pero el aparto mi mano.

-Quiero hacerte mía.

Ruggero se adentró en mí, los dos gruñimos ante la sensación, Podía llevar años casada con el, pero era una especie de sensación deliciosa para los dos.

-Karol-Gruño el mientras aceleraba sus movimientos.

-Ruggero-Grite mientras que sentía como yo misma salía de control por lo fuerte que me embestía.

Encajábamos tan bien, nos conocíamos tanto que ya sabíamos cómo nos gustaba, no tenía que decirle más rápido o lento, suave o fuerte.

Él sabía que quería y me lo entregaba.

-¡Maldición!-Grito, mientras el hormiguero familiar comenzó a avanzar desde los pies. Las embestidas de Ruggero se hicieron más frenéticas mientras agarraba mis caderas y embestía cada vez más fuerte y más profundo.

Los niños no estaban en la casa, así que a la mierda todo el mundo.

-¡Ruggero!-Grite mientras su cuerpo se convulsionaba en el orgasmo que me arrasaba.

Ruggero me sigue poco después, jadeando mi nombre, recargo la cabeza en mi hombro mientras lentamente bajaba nuestra respiración.

-Eso fue increíble-Dijo el.

-Felices dieciocho años amor-Le dije con la respiración aun entrecortada.

-Por michos años mas bebe-Dijo para finalizar con un beso tierno.

¡Por muchos años mas!