Ruleta Rusa

Parte 44

Capítulo 44

Cerré la puerta del camarote y me tire en la cama.
Me quede viendo un rato el celular, hasta que vi que decía 20% y decidí dejarlo quieto, lo que faltase que me quedase sin batería y después no me pudiera comunicar.
Estaba dejándolo el celular en la mesita cuando Cairo entró como Pedro por su casa en el camarote.

-Te enseñaron a golpear?.-le preguntaba a la vez que me volteaba para no mirarlo, mientras me acomodaba mejor en la cama.

-No te enojes conmigo.- decía sentándose en la cama, no es que lo viese pero sentí un leve movimiento en colchón.

Yo le hacía la ley del hielo, ahora sí va a aprender.

-Estoy arto de perder el tiempo contigo..- estaba diciendo.

-Perdona!.- le interrumpí volteándome furiosa mientras me inclinaba en la cama.

-Estoy harto de perder el tiempo contigo porque me traes loco y ya no puedo verte sufrir.- concluyo el.

-Tu eres el que me hace sufrir Cairo.- le decía enojada.

-Es que nosotros somos como una montaña rusa.- decía escusándose.

-No, somos como una ruleta rusa, porque no sé sabe cuando el uno le herira al otro.-le decía.

No dijo nada por unos segundos solo me quedo mirando.

-Tu eres mi primer amor ,la persona que me enseño a amar, nunca te  pude olvidar , yo siempre te recordare y ahora temo perderte, que nos terminen separando. Yo te amo Belgica, por eso actu..- no termino de decir que lo calle con un beso en la boca.

-Yo también te amo .-le dije antes que el me besara.-Pero no por eso me mando la gran me chupa un huevo todo y a la primera de un problema me las pelo.- concluí.

-Perdona yo sé que soy un pendejo sin remedio, pero te amo.- me decía sin dejar de besarme.

-Ya lo se, no tienes remedio.- le decía. 

Me acostó sobre la cama y me empezó a acariciar el vientre y las caderas.
No tardamos mucho en entrar en calor, como el ya estaba sin remera, me la quito a mi.
Era un cúmulo de cosas que pasaban por mi mente, así que decidí ponerle stop a mi cabeza y dejarme sentir.
Cairo no paraba de besarme me estaba desabrochando los jeans cuando lo frene agarrándole le mano con la que me estaba desabrochando el pantalón.

-Tranquila, confía en mí.- me dijo al oído.

Yo solo lo deje. Él parecía ser el experto acá así que solo me deje llevar.
Luego que quede en ropa interior él se quitó los vaqueros y los tiro al suelo junto con la demás ropa.

-Te quiero.- le estaba diciendo cuando un fuerte rayo cayó del cielo haciendo que me tensará bajo el y lo abrazara con más fuerza.

-Tranquila, estoy aquí.- me decía al oído para luego comenzar a besar mi cuello.
En el instante que sentí el sujetador desprenderse, la inseguridad me invadió. Qué tal si mis pechos no eran lo suficientemente atractivos, de seguro él habría visto mucho mejores. Enseguida que me lo quito me tape  y el pánico que se apoderó de mí.