Parte 39

232 11 4
                                    




Capitulo 39


-Quietos!.- grito alguien a nuestras espaldas.

Ya valimos madres, la policía no agarro.- pensaba yo.

-Dije quietos!.- volvió a decir.

-Dense la vuelta y levanten las manos!.- gritó.

Con Cairo nos miramos para luego comenzar a voltear lentamente.

Nos llevamos una gran sorpresa al ver que no era la policía quien nos apuntaba con una arma, sino un tipo de unos 30 años que llevaba un overol azul hasta la cintura.

-Que están haciendo!?.- grito el tipo sin dejar de apuntarnos con el arma.

-Baje el arma.- le decía Cairo de buena manera tratando de bajar sus brazos.

-Quieto o disparo!.- volvió a decir el loco.

-Somos amigos de Jose Antonio.- mintió Cairo.

-Mi tío? De que lo conocen.-dijo el chico confundido, aun sin dejar de apuntarnos con la pistola.

-Tu tío nos ayudo.-le dije. Fue ahí entonces que guardo la pistola.

-Tu tío nos salvo hace un par de dias, nos encontró flotando el mar.- le explico Cairo.

-Y que hacen acá, que hacían con ese teléfono?.- dijo señalando con la cabeza donde estaba el teléfono.

- Solo queremos comunicarnos con nuestra familia que esta México. No saben nada de nosotros.

-Como se que no me están mintiendo?.- pregunto el tipo.

-Porque es la verdad, hace 2 días que estamos tratando de escapar de la policía, nos quieren meter presos sin ninguna razón. Para peor en esta isla no hablan español y ni ayuda podemos pedir.  Es un puto infierno.- decía Cairo molesto.

Yo solo comencé a llorar.

-Bueno. Ese teléfono no anda. Vengan conmigo. Si la policía nos encuentra acá estamos perdidos.-dijo luego de unos minutos.

Mientras caminábamos por las calles de la ciudad le contamos al sobrino del pescador que habíamos ido a pasar las vacaciones a Mexico y nuestro barco se hundió, quedando así a la deriva, que fue cuando nos encontró su tío. Luego de que me llevaran al hospital, a ellos los metieron presos. Después Cairo logro escapar y desde entonces solo queremos comunicarnos con nuestra familia, por eso habíamos vuelto a la casa de su tío.

Luego de andar un rato, habiamos llegado a lo que parecía ser una vecindad. Subimos unas escaleras y caminamos por unos pasillos, llegando  así a una vivienda precaria.

-Sean bienvenidos a mi casa.- dijo abriendo la puerta de la vivienda.

-Hijo eres tú?.- dijo una señora desde algún lugar de la casa.

-Si, acabo de llegar del taller.-dijo dejando un manojo de llaves sobre una mesa.

-U Ho. Hola.- dudo en decir la señora saliendo de una habitación mientras se limpiaba las manos en su delantal.- No me dijiste que traerias vistas.- dijo la señora a lo bajo.

-Pasa que me encontré a mis amigos saliendo del taller y simplemente decidimos venir.- dijo al ver la cara de sorpresa de su madre.

-Estaba haciendo la cena, se quedan a cenar?.- preguntó la mujer.

-De echo mama, te iba a preguntar si podían pasar la noche acá?.

Ruleta RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora