Capítulo XXV

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-Bueno, tarde pero seguro...

-Ahora que lo pienso... no nos va muy bien con el helado no? - Dijo divertida Florencia

-Ey... no culpes al helado... el helado no es culpable de nada... NUNCA... - Finalizó enfáticamente, levantando su dedo indice.

Las dos rieron y se sentaron en el banco de la plaza que tanto les gustaba, a disfrutar del helado. Que, luego de una leve negociación, resultó ser de crema del cielo (Flor no cedió...), frutilla y chocolate blanco.

-Como te puede gustar el chocolate blanco Jazmín?? Chocolate nevado, ponele... pero BLANCO?

-Que caradura! Habla la que pidió crema del cielo... que por si fuera poco, se esta derritiendo y esta invadiendo el territorio de mi chocolate... - Sentenció Jazmín, señalando todos los lugares "contaminados".

-Chocolate, BLANCO... decilo bien... - Corrigió Florencia.

-Cholaaaateee blaaaannnnco... - Repitió la colorada elevando los ojos y moviendo de lado a lado su cabeza.

-Te amo tanto... - Suspiró... con ese brillo particular en los ojos, reservado solo para Jazmín.

-Yo te amo más! - Respondió sobre sus labios antes de besarla. -No es taaan feo tu dichoso gusto después de todo... de hecho, en tu boca es bastante rico.

-Viste...

Y así pasaron el tiempo, entre risas... besos... bromas... palabras de amor... miradas cómplices... todo eso que compartían y que hacia tan especial el "estar juntas". Porque cuando encontrás a alguien con quien poder estar así... no hace falta mucho más.

Terminaron el helado y Florencia se acurruco en los brazos de Jazmín, argumentando que le había dado frio... las dos sabían muy bien que no era así... necesitaba calor, si... pero SU calor.

Claro que Jazmín no pretendía objetar nada... excusa o no... era perfecto de cualquier forma.

La abrazó con fuerza, como si no quisiera que se separe nunca. Flor la imitó, pero luego de unos minutos se separo levemente para recostarse en el banco y apoyar su cabeza en las piernas de Jaz.

Mirar las nubes pasar, escuchar los pájaros y sentir las caricias de la mujer que ama era todo lo que necesitaba para ser feliz.

-Si me seguís haciendo rulitos en el pelo me voy a quedar dormida... te aviso eh... Jaz... Jaz... - Pero al no obtener respuesta, insistió más enfáticamente. Ahora inclinando su cabeza levemente, y focalizando su atención en su novia. -Jaaaaz... Tierra llamando a Jazmín...

Jazmín seguía con la mirada fija en un punto... así que Florencia decidió incorporarse para descubrir que era lo que la tenia tan absorta...

Cuando sintió el movimiento, salió de repente de su trance... -Uy... perdón gorda...me colgué... - Dijo a modo de explicación.

-Aaaaa... ya veo porqué...

A unos diez metros de ellas se había instalado un hombre de mediana edad con sus elementos de pintura, un atril que continuaba acomodado y un lienzo completamente en blanco, que descansaba al costado de su banquito. A la expectativa de cobrar vida.

-Si... estaba pensando en ese momento mágico cuando estas por empezar una obra... es re loco, porque a veces tenes una idea re clara de lo que querés hacer, como que lo ves en tu mente... - Comenzó a relatar... moviendo las manos en el aire, como haciendo un boceto de la pintura. -Otras veces no logras visualizarlo, pero en el fondo sabes como querés que sea... Pero otras, directamente no tenes ni idea de lo que querés hacer, solo agarras el pincel y dejas que todo fluya... - Jazmín hablaba con una pasión, y le brillaban los ojos como pocas veces. Flor no podía hacer otra cosa mas que escucharla embobada. -Y te digo que a pesar de la incertidumbre, que te mata, es verdad... yo es la opción que mas disfruto... - De repente la expresión en el rostro de Jazmín se transformó... -Bueno... Disfrutaba...

Lo demas es lo de menos..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora