CAPITULO 9

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NARRADOR

Ana, Kate y Mia aterrizaron una hora y cincuenta minutos más tarde en McCarran International Airport y enseguida se dirigieron en unos de los tanto risolt exclusivos de Las Vegas. No paso mucho tiempo en que Mia y Kate se llevaron a Ana que estaba aún muy gruñona a una spa para ver si podían cambiar su mal humor.

En el spa Ana hizo pocos tratamientos por causa de su problema de mujer, probaron a convencerla pero como iniciaban hablar se paraban de inmediato ya que Ana parecía un animal con dolor de diente, al final Ana volvio a la suite para consolarse con calmantes y chocolates mientras Mia y Kate continuaron con sus jornada relajante.

Cuando llego la noche Mia y Kate se prepararon para inicial el divertimiento, primero iban a ir a cenar en un restaurante y luego a un club para pasar una noche de divertimiento bailando y bebiendo. Por más que probaron a convencer a Ana para que salieran con ellas y con delicadeza para que la leona Ana no se las comiera hasta no dejar ni siquiera los hueso, no lo lograron, lo único que Ana quería era pasar el último día de agonía menstrual sola haciendo lo de todo para calmar el dolor.

Después de algunas horas en la que Ana se quejó en continuación de su dolor decidió salir sin preocuparse de su vestimentas que consistía en leggins de color gris, una t-shirt simpre, negra que ligó con un nudo en la cintura, zapatillas deportiva bancas, para completar todo se puso también una gorra gris, cogió su bolsa en donde llevaba su fiel computadora, su chequera y algunas otras cosas. Decisamente no era una vestimenta para salir por las calles fantasiosas de Las Vegas.

Al salir tomo un taxi sin darle de preciso una dirección, le dijo solo de manejar y él taxista a gustosamente siguió sus órdenes

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Al salir tomo un taxi sin darle de preciso una dirección, le dijo solo de manejar y él taxista a gustosamente siguió sus órdenes.

Él taxista, un hombre de unos treintas y algos años inició hablar de su familia con desenvoltura, parecía un radio que no se podía apagar. Que grande error.

-Esta...-Dijo mostrándole a Ana la foto que tenía enganchada en el para sol. En la imagen se veía una adolescente con el pelo rubio oscuro, el rostro cubierto de espinillas, la chica esta en sobrepeso, al lado de ella estaba mujer más robusta que estaba abrazada a la chica y parecía la versión más vieja de la adolescente.

-...Es mi hija y esta es su madre, mi dulce mitad.- Ana suspiró ruidosamente con fastidio pero el hombre no le prestó atención al estar concentrando en hablar de su fantástica familia con el orgullo que solo un amoroso padre y un enamorado marido podía.

A un cierto punto Ana desconectó sus oidos y se concentro en las luces que veía pasar través de la ventanilla del auto.

-Que piensa de mi familia?.- Escucho Ana a un cierto punto.

-Que pienso de su familia!- Cualquier persona, aún no conociendo a Ana podía sentir en su voz el fastidio e imaginarse lo que estaba llegando, pero no él taxista. -Pienso que su hija parece una becerra y su mujer una vaca.- Su voz era tan calma mientras lo decía que no parecía que estaba pronunciando palabras ofensivas.

ANASTASIA; MI PEQUEÑA TRAVIESA (THE GREY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora