CAPÍTULO 21

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NARRADOR 

Christian entró a la habitación de Ana y la encontró acostada de lado, dándole la espalda a la puerta. Estaba enojado, muy enojado con esa chiquilla caprichosa. 

Se paró delante de la cama, tenía las manos encerradas en  puños estrechos, los dientes apretados, estaba más rojo que un tomate por pura rabia. 

-cómo te atreves a invadir mi privacidad haciéndome pasar cómo un estúpido- Anastasia no respondió ni se movió. -RESPONDEME- grito Christian y al mismo tiempo la tomaba del hombro y le daba la vuelta sin contener su fuerza. 

Al notar el rostro de Ana mojado de lágrimas, se paralizó y el corazón se le bajó a los pies. Sus lindos ojos azules estaban rojos por el llanto al igual que su pequeña y graciosa nariz. 

En el poco tiempo que se conocían nunca había visto a Ana triste, ha sido siempre una chica maliziosa, traviesas, caprichosa, pero no infeliz, no triste cómo lo era en ese momento. 

Con cuidado se sentó en la cama, la miraba detenidamente, pero Ana no lo miraba y jugaba con sus dedos, parecía tímida e insegura y eso lo disturbio aún más. 

Con delicadeza Christian le puso dos dedos en la barbilla e hizo que ella levantará el rostro, pero Ana no levantaba la mirada para verlo. Christian le secó las lágrimas. -mírame Ana- su voz era muy diferente de la que había usado antes, era suave y delicada. 

Ana levantó los ojos para mirarlo, Christian se quedó pasmado al ver que Ana le obedeció. Esa no era la Ana que el conocía. La Ana que el conocía no obedecía a nadie. 

-porque lloras?- le preguntó. Christian, sin darse cuenta estaba acariciando el pelo de Ana. 

-tu me trata muy mal, aquí yo no soy bienvenida- mientras hablaba bajaba otra vez la cabeza pero Christian la detuvo. 

Christian suspiro. -Ana, yo estoy acostumbrado a que se haga lo que yo digo y cuando lo digo, pero tú me desobedece y me reta a cada momento - 

-pero yo no soy tu hija, soy tu esposa... Por lo menos en los papeles porque nunca me haz tocado- y las lágrimas volvieron a bajar.

Christian se levantó de la cama y dio dos  pasos atrás.          -es culpa tuya, porque no quieres firmar los documentos-

-ya yo firme un contrato de no divulgación cuando me casé contigo, yo soy tu esposa, debemos de ser un equipo, lo que te perjudica a ti me perjudica a mi, los papeles que firmamos me hacen tuya y a ti te hacen mio- Ana suspiro y se seco las lágrimas. - ya no quiero jugar, ya me cansé, vuelvo para mi casa y cuando se cumpla el tiempo me manda los documentos del divorcio - 

Al escuchar la palabra divorcio, Christian la miró con sorpresa, eso sí que no se lo esperaba, pero después de la sorpresa llegó la rabia otra vez. 

-para irte con tu amante, ese que te hizo mujer la otra noche- Christian se estaba acercando a Ana y parecía que la quería matar y Ana que no era tonta, lo sintió y con una rapidez que solo se ven en algunas películas de super héroes, sacó su móvil y buscó los videos y las fotos que se hizo esa noche. 

-Mira- le paso el móvil y Christian sin pensarlo dos veces lo agarró -esas eran las personas con la que yo estaba anoche, yo aún no es hecho sexo- otra vez Ana parecía tímida y cómo había abajado la cabeza no pudo notar el rostro de alivio y la pequeña sonrisa que hizo Christian mientras miraba las fotos y los videos. 

Cuando terminó de verlos se sentó otra vez en la orilla de la cama. 

-me comporte cómo un patán verdad?- le acarició una mejilla a Ana. Ella movió la cabeza confirmando. -lo siento, tu no tienes la culpa de que yo estuviera tan borracho esa noche que nos casamos- Ana lo miró y Christian se acercó más a ella en modo de estar más cerca y de frente. -que me dice si iniciamos de nuevo- Christian hizo una pequeña sonrisa. 

ANASTASIA; MI PEQUEÑA TRAVIESA (THE GREY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora