-¡A ustedes ¿qué les pasa?! – Les dije algo enfadada, durante la comida hablaron de Freddy, fuimos por un helado y hablaron de Freddy y ahora en la cena también hablan de Freddy. – Me tienen harta con tanto Freddy esto, Freddy lo otro, lo tuvieron aquí un par de horas y ahora ¿qué? ¿Se enamoraron de él? ¡Pues cásense con él!-.
-¡Tranquila! Fernanda primero no nos grites – me regañó Jorge – y segundo Freddy nos agrado mucho ¿ok? Tú no tienes el control de quien nos agrada y quien no-.
-Sí, además no tiene nada de malo que nos haya agradado, dices que lo vamos a tener aquí durante tres semanas ¿no? Pues es mejor que nos vaya agradando y que tú vayas quitando tu mal humor-.
-Ok – me levante de la mesa – ya no tengo hambre – me fui a mi cuarto.
-Fernanda ven para acá – escuche a Jorge, lo ignore.
Me encerré en mi habitación el resto de la tarde, si ellos supieran como es Freddy en realidad lo odiarían tanto o más que yo, porque sí eso era lo que sentía hacia Freddy un gran odio, ese idiota había rotó un record el que yo odiara a una persona en menos de una semana, lo felicitaría, pero con lo arrogante que es seguramente pediría un regalo o algo así.
*
-Hola Fer- me saludó Jos - ¿Cómo estás?-.
-Mal, mis hermanos están enojados conmigo y yo tengo que soportar a Freddy durante 3 semanas-.
-¿Por qué se enojaron contigo?-.
-Porque al parecer para ellos Freddy es como un ángel caído del cielo y se la pasaron hablando de él todo el día de ayer, me hartaron y les dije un par de cosas por las cuales se molestaron-.
-¿Y por qué tus hermanos piensan eso?-.
-No tengo ni idea-.
-Tranquila, ya verás que antes de que te des cuentas las tres semanas se habrán terminado y te libraras de Freddy-.
-Eso espero-.
La profesora de Psicología llego y empezó su clase, todo en este momento me parecía tan nefasto y aburrido, Freddy había arruinado mi humor en toda la maldita semana, por suerte era viernes y me libraría de él sábado y domingo, algo positivo en mi vida.
Al fin sonó la campana que indicaba la hora de la salida.
-Hola – dijo alguien a mi espalda, me gire.
-Hola Alonso ¿Cómo estás?-.
-Bien, oye Fer ¿quieres ir a comer mañana? – dijo algo nervioso, me dio ternura.
-Encantada iría Alonso, pero estoy castigada. ¿Te parece si yo te aviso cuándo me levanten el castigo y vamos?-.
-Por supuesto – dijo animado.
Llegó Freddy con nosotros.
-¿Nos vamos, bonita? – me abrazó por encima de los hombros.
-No me abraces – quite su mano – y no me llames bonita-.
-Gruñona – rió de nuevo.
-Adiós Alonso – le sonreí ignorando a Freddy.
-Adiós-.
Caminamos al auto de Freddy.
-¿Qué quiera ese imbécil?-.
-El único imbécil aquí eres tú, y no es de tu incumbencia lo que quería-.
Subimos al auto y arrancó. Llegamos a casa y espere las alabanzas a Freddy.
-Hola – empezó mi hermana - ¿Cómo estás?-.
-Muy bien ¿y tú?-.
-Excelente-.
Me fui a la sala sin decir una palabra, Freddy llegó conmigo. Saque las cosas y fui por mi computadora, cuando llegue Jorge ya estaba ahí platicando con Freddy, me senté en la sala y no le hable a mi hermano, él tampoco a mí, estaba confirmado mis hermanos y yo estábamos peleados.
Hoy me harte mucho más rápido que el día anterior, así que le pedí a Freddy que paráramos, él accedió.
Fuimos a la cocina.
-¿Te vas ya Freddy? – le dijo mi hermano.
-No te vayas quédate a comer – dijo mi hermana antes de que Freddy pudiera responder.
-No puede – impedí que Freddy hablara.
-Quédate – le dijo mi hermana ignorándome.
-De hecho hoy sí me puedo quedar – les respondió Freddy.
-Entonces le diré a Lalo que ponga un plato extra en la mesa – le sonrió Jorge.
-Que ponga los mismos, yo comeré en mi cuarto – me reusé a comer en el mismo lugar que Freddy.
-No, vas a comer con nosotros, hay invitado y es de mala educación no comer con él – me dijo mi hermana.
Todos nos sentamos en la mesa, Mónica acerco la comida y empezamos a comer. Todos conversaban, todos menos yo, o eso intentaba.
-Fer - me llamo Freddy - Fer - repitió - Fernanda-.
-¡¿Qué?! – me hartó.
-¿Me pasas la ensalada? – Se la deslice por la mesa – gracias-.
-Bueno Fernanda ¿qué te pasa? Desde ayer estas de un humor que nadie te aguanta – preguntó Mónica.
-En la escuela es peor – dijo Freddy.
Lo voltee a ver, si las miradas mataran Freddy ya estaría más que muerto.
-Bueno saben, no tienen porque aguantarme – me levante de la mesa – gracias, estuvo muy rica la cena – me fui a mi habitación y me encerré de nuevo.
Pase un par de horas ahí encerrada, hasta que alguien tocó mi puerta.
-Fernanda ¿puedo pasar? – era la voz de Mónica.
-Déjame-.
-No, tenemos que hablar-.
Me levante de mi cama y abrí la puerta.
-Si vienes a sermonearme, mejor vete – dije sentándome de nuevo en la cama.
-No vengo a sermonearte, pero es que no te entendemos ¿por qué estas así? ¿Por qué no te cae bien Freddy? Porque creo que es por eso-.
-¡¿Por qué?! – empecé.
-Tranquila – me interrumpió – si yo no vengo a sermonearte, tú no me grites-.
-Ok ,– me tranquilicé – es que él no es así, bueno sí, bueno no, o sea es así solo con ustedes porque conmigo se comporta tan irritante y tan... no sé me molesta, solo aquí es cuando me respeta y porque están ustedes-.
-Ok, pero si aquí te respeta mínimo trata de comportarte aquí, como si él fuera otra persona, quizá es así contigo como jugando y quiere hacerte reír, pero logra todo lo contrario y te moleste, habla con él en lugar de ponerte como loca-.
-Está bien – acepte, ya no quería estar peleada con mis hermanos – y perdón por mi comportamiento – adiós orgullo.
-Las acepto, pero hay alguien más a la que le debes disculpas-.
Bajamos y ahí estaban Jorge y Lalo.
-Jorge, Lalo, perdón por mi comportamiento de estos dos últimos días-.
-Ya sabía que estabas loca – dijo Lalo levantando los hombros.
-¿Tenemos de vuelta a Fer mi hermana que tanto quiero? – me preguntó Jorge.
-Creo que sí – me abrazó.
Bueno, al menos ya no estaba peleado con mis hermanos, esa ya era ventaja.
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Amores Peligrosos
FanfictionFreddy Leyva el chico que le dio un giro de 360° a mi vida. La pregunta aquí es ¿lo hizo para bien...o para mal? Esta novela es 100% mía. Esta prohibida la copia o adaptación de la novela.