Capítulo 6

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-¡FREDDY! – le grite desde la sala, él estaba subiendo las escaleras.

-¿Sabes qué? Te voy a llevar ya con tu familia, me tienes cansado – bajó las escaleras que había subido, me tomo del brazo fuertemente lastimándome y guiándome a la cochera.

-¿Qué te pasa?-.

-¡Ya cállate! Te llevare con tu familia y te libraras de mí-.

-Sí, es lo único que quiero librarme de ti y de tu maldita arrogancia – le dije con toda la furia que pudo salir de mi ser en ese momento.

-Pues sube al auto – subí y azote la puerta, él hizo lo mismo.

Durante todo el camino a casa no nos dirigimos la palabra, estaba a punto de dar la medianoche y creí que mi hermano estaría molesto. Después de 35 minutos llegamos a mi casa.

-Aquí estas – me dijo de nuevo sonriendo.

¡Malditos cambios de humor!

-¿Te puedo pedir un favor? – le dije muy seria.

-Dime – quitó su sonrisa al percibir mi tono.

-Aléjate de mí – lo vi, parecía desconcertado – no me hables, no me busques, no vengas a mi casa, solo déjame con mi vida normal y aburrida; tú tienes muchos problemas y yo no quiero estar incluida en ellos y es mejor que ni amigos seamos, o lo que sea que es lo que tengamos, prefiero dejarlo en que solo seamos conocidos-.

-Bien – regresó su mirada al frente algo molesto.

-Bien – repetí.

-Bájate – me ordenó. Lo vi – bájate – repitió.

Lo obedecí, apenas cerré la puerta, él arrancó el coche como alma que lleva el diablo.

Bueno ¿pero qué le pasa? Ni éramos los mejores amigos para que se pusiera así por lo que le dije, él tenía problemas, eso no era un secreto, al menos no para mí y yo solo quería mantenerme a salvo, a mí y a mi familia. Tampoco era para que se pusiera así.

*

Bendito fin de semana, no escuela, no tareas, no Freddy (nunca más Freddy) no discusiones con mis hermanos, esto era lo mejor, mi hermano no se molestó porque casi llegue a la una de la mañana a mi casa y eso contribuyó a mi perfecto fin de semana. Por desgracia todo llega a su fin y este fin de semana no era la excepción, se me fue como agua de las manos. Era lunes y por tanto era día de ir a la escuela.

Hice lo que solía hacer todos los días, tomar una ducha, vestirme, bajar con mis hermanos a desayunar, lavarme los dientes e irme a la escuela.

Llegue cuando faltaban 10 minutos para que las clases empezaran, me dirigí a mi salón y al entrar choque con Freddy.

-Lo siento – dije en un susurro audible.

Me ignoro ¿me ignoro? ¡Me ignoro! ¿Por qué me ignoro?

"¿No era lo que querías idiota?" me regaño mi subconsciente.

"Es verdad" me conteste, seguí como si nada.

Tome asiento en mi lugar y las clases empezaron, maldito aburrimiento, por desgracia tenía que poner atención era mi último año de bachillerato y luego iría a la universidad, aún no sabía que estudiar era buena en matemáticas y mi profesor decía que sería bueno que me metiera a estudiar algo relacionado, pero era demasiado tarde yo ya me encontraba en el bachillerato de humanidades, porque ayudar a las personas era algo que me gustaba y me llenaba por completo en cambio las matemáticas solo me gustaban, pero no me llenaban, tal vez terminaría estudiando literatura o sociología.

El día terminó y me dirigí a casa.

*

Pasaron 2 semanas, estaba cerca de la mitad de mi 5° semestre y no me estaba yendo nada mal mis calificaciones eran aceptables. En cuanto a Freddy, había mantenido su promesa no me hablaba, no me buscaba y tampoco me molestaba, bueno me había librado de él. Mi castigo había terminado y había salido con Alonso dos veces, la primera vez fuimos a comer y la segunda fuimos a ver una película, era un muchacho muy agradable y guapo.

Estaba en clase de Derecho ¿aburrida? Mucho, en definitiva Derecho no era algo que quería estudiar en esta vida, ni en ninguna otra.

Estaba con Romina, era la única de mis amigos que estaba en el mismo bachillerato que yo, Ricardo y Elie estaban en el de Económico-Administrativo, Jos en el de Físico-Matemático, Alonso en el de Químico-Biológico. Freddy se encontraba en el mismo bachillerato que yo, y aunque no me hablaba en algunos momentos podía sentir su mirada fija en mí.

La aburrida clase estaba a la mitad y yo sentía que había pasado una eternidad... se escucharon gritos de la parte de debajo de la escuela, algunos curiosos se asomaron por la ventana, yo estaba muy lejos de ellas, me encontraba justo en el primer asiento, por lo que estaba cerca de la entrada.

-Muchachos tranquilos, permanezcan aquí, saldré a ver qué estaba pasando – la maestra salió del salón.

-¿Qué pasara? – preguntó Romina algo nerviosa.

-No lo sé – y aunque no lo sabía a ciencia cierta tenía cierta idea de que ocurría, voltee al lugar de Freddy y ya no estaba ¿A dónde se había ido?

Se escuchó un grito de la maestra seguido de un golpe y unos pasos que se acercaban, aparecieron unos tipos con pistolas en sus manos, reconocí a uno, era uno de los que había intentado matar a Freddy hacia algunos días; al parecer no me había equivocado y si era lo que yo pensaba.

-¿Dónde está Freddy? – Preguntó uno de ellos con una voz muy dura, el tipo tenía como unos 26 o 27 años, tenía barba y unos brazos demasiado ejercitados - ¡¿Dónde está Freddy?! – repitió, esta vez gritándonos.

-No lo sabemos – le contestó Natalia, una de las chicas de la clase.

-¡Ella! – dijo el tipo que reconocía de aquella noche, y al parecer el también me reconoció - ¡Ella es la novia de Freddy! Seguro sabe en dónde está-.

-Yo no...-.

-Levántate – me tomó del brazo el primer sujeto lastimándome e interrumpiéndome – vamos – se sacó del salón.

Ya afuera me acorralaron en una pared, había ojos curiosos y asustados que observaban lo que podían a través de las ventanas, entre ellos estaban Jos, Elie y Alonso.

-Dime ¿dónde está Freddy? – me dijo muy serio.

-Yo... yo no... - había un nudo en mi garganta por los nervios que no me permitía hablar.

-Escúchame cariño – puso la pistola en mi garganta apuntando con ella, me tense – me vas a decir donde esta Freddy o vas a morir, tú decides pequeña – habló fingiendo cariño.

-Yo... es que yo... - intente hablar de nuevo.

-¡Aquí estoy! – gritó Freddy atrás de nosotros interrumpiéndome.

Amores PeligrososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora