Capítulo 11

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-Tenemos que irnos – aseguró Bryan.

-Creo que aún tenemos algo de tiempo, no alcanzó a avisarle a Nick que estábamos aquí – opinó Daniel.

-Sí, puede ser. Pero tarde o temprano sabrán que está muerto y sabrán que estamos por aquí – dijo Paola.

-Nos vamos mañana por la noche – se decidió Freddy.

-Menos mal no desempacamos – bromee tratando de aligerar el ambiente. Los cuatro me vieron – ok, cierro la boca-.

Rieron, Daniel me abrazó con un brazo por encima de los hombros. 

–Mejor vamos a cenar - me sonrió.

-Sí vamos – dijo Freddy – pero... - quito el brazo de Daniel de mis hombros y me tomó de la mano. Lo vi raro - ¿Qué? No creas que eres especial, pero solo no quiero que te involucres con Daniel. Y no me preguntes por qué-.

-Okaaaay-.

-Por cierto Fer, tu chiste fue muy malo-.

-Lo sé, solo trataba de calmar el ambiente-.

-Buen intento-.

Fuimos a la cocina. Revise mi nuevo celular, las funciones y cosas así; Freddy me lo arrebató de las manos.

-Oye – me queje.

-¿Qué? Solo voy a apuntar mi número, por si hay alguna emergencia-.

-Aaah-.

Me lo devolvió.

-Aquí tienes bonita-.

-Les informo que nada de lo que hay en esta casa se me apetece – empezó a hablar Paola – así que ordene una pizza-.

-Yo no quiero pizza – se quejó Freddy.

-¡Te jodes! – le grióo Paola que ya iba camino a la sala.

Me reí, fui a la sala a reunirme con el resto, Freddy me siguió.

-Quería disfrutar de la playa un poco – se quejó Daniel.

-Yo también – lo apoye.

-Podemos ir un rato mañana, antes de irnos – dijo Bryan.

-Sí, no es mala idea – aceptó Freddy.

Sonó el timbre; Paola fue corriendo a abrir.

-Al fin moría de hambre – Paola fue la primera en tomar un trozo de pizza, la imitamos.

-Yo no quería pizza – se volvió a quejar Freddy.

-Te dije que te jodías-.

Terminamos de cenar y hablar sobre el día de mañana, además de otros temas que me permitieron conocer más a Daniel, Bryan y Paola. Todos subimos y cada uno se fue a su habitación; me tire en la cama dispuesta a dormir después de la tarde que había tenido estaba muy cansada, a pesar de que prácticamente no había hecho nada más que correr.

Mis ojos estaban por cerrarse cuando se escucharon ruidos extraños del cuarto de Bryan y Paola, abrí mis ojos de golpe al escuchar unos gemidos que provenían de su habitación. Mierda estaban haciéndolo y por lo que se escuchaba no pararían en un buen rato; salí de mi habitación y me dirigí a la siguiente, a la de Freddy. Toque la puerta.

-Adelante – se escuchó, la abrí.

-Hola – dije; ahí también estaba Daniel.

-¿Ya empezaron con su cesión de sexo desenfrenado? – se burló Freddy.

Asentí.

-Es por eso que nadie quiere la habitación a su lado – Daniel rió.

-¿Qué necesitas bonita?-.

-No podre dormir en mi habitación, me resultaría incomodo dormir en el sillón o en la tina del baño así que ¿puedo dormir con alguno de ustedes?-.

-Por mi está bien – dijo Daniel – pero te advierto que duermo desnudo y eso no cambiara porque estés tú en mi habitación-.

-Freddy...-.

Dio un par de palmadas en su cama y asintió. 

–Ven aquí-.

-Gracias – camine hasta su cama.

-Ok, entiendo – dijo Daniel – me voy-.

Salió de la habitación.

Me acomode en la cama de Freddy, él hizo lo mismo.

-¿Dormirás en la cama? – le pregunte.

-Bonita es mi cama, no pienso dormir en el piso – lo mire – además no es la primera vez que dormimos juntos ¿lo olvidas?-.

Sentí que mi cara se ponía roja como jitomate, me voltee y tape con las cobijas sin decir ninguna otra palabra. Freddy empezó a acariciarme el pelo.

-Fer te sonrojas muy fácilmente – apenas lo escuche reírse, estaba a punto de quedarme dormida – y eso es lindo en ti... descansa, bonita-.

*

Termine de guardar mis cosas y baje de nuevo la maleta.

-¿A dónde iremos? – pregunte.

-Esta vez iremos a Guanajuato, el viaje será largo – dijo Bryan.

-Por lo cual llegaremos temprano de la playa, descansaremos una hora, tal vez un poco más y nos iremos – habló Freddy.

-Vámonos – dijo Paola.

Fuimos hasta la playa caminando, estaba cerca así que no tuvimos problema.

Cuando llegamos Freddy, Bryan y Daniel se fueron directo al agua, parecían niños pequeños salpicándose. Paola y yo nos quedamos en la arena.

-Paola ¿puedo preguntarte algo?-.

-Claro dime-.

-¿Estas muy enamorada de Bryan?-.

-¿No se nota? Claro que lo estoy-.

-¿Y cómo te diste cuenta que lo amabas?-.

-Nena – era la primera vez que escuchaba hablar a Paola de una forma calmada – no es algo que ocurra de la noche a la mañana, eso pasa a través de los días y te aseguro a que no te darás cuenta cuando pase, solo un día lo sabrás-.

-Aaah – fue lo único que podía decir.

No estaba enamorada de alguien, no que yo lo supiera; y me parecía prácticamente imposible en estas circunstancias.

Los chicos regresaron todos mojados.

-Tengo ganas de caminar – dije - ¿alguien me acompaña?-.

-Yo lo haré – Freddy se pasó a mi lado.

Empezamos a caminar alejándonos de los demás.

-Fernanda hasta que no te enseñe a disparar no quiero que te alejes mucho de mí ¿ok?-.

-Ok-.

Nos quedamos callados un momento.

-El mar es hermoso – rompí el silencio.

-No me digas que la nenita de papi nunca había visitado el mar – fingió estar sorprendido.

-No idiota, ya lo había visto en varias ocasiones; pero hacia bastante tiempo que no lo hacía-.

-¿Por qué?-.

-Pues lo que sucedió fue...-.

-¡Qué lindo verlos juntos! – una voz desconocida, o tal vez no tan desconocida.

Nos volteamos "maldita sea" pensé.

Amores PeligrososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora