Capítulo 13

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-¿Cuándo? ¿Cómo te enteraste?-.

-No fue resiente Freddy – me vio sin entender – murieron hace 4 años y desde entonces...-.

-Tranquila – me abrazó de nuevo - ¿quieres contarme? – Me quede callada – entiendo-.

Suspiré. 

–Mis padres regresaban de ver a mis abuelos maternos pues mi abuelo estaba grave y había pedido verlos – empecé a relatarle, él escuchó atento – mis hermanos y yo no habíamos quedado, era un viaje exprés, no tenía caso que fuéramos. Mamá y papá nos hablaron cuando salieron del pueblo donde vivían mis abuelos, ahora solo vive mi abuela, no haces más de dos horas del D.F al pueblo. Pasaron las horas y no llegaban, mi hermano intentó comunicarse, pero los celulares mandaban a buzón de voz. Media hora más tarde del último intento por comunicarse mi hermano recibió una llamada; era de un hospital, solo le dijeron que mis padres habían sufrido un accidente. Salimos inmediatamente al hospital que nos indicaron; cuando llegamos nos dijeron que habían chocado con otro auto, el hombre que lo manejaba iba en estado de ebriedad además de exceso de velocidad, también nos dijeron que tanto el hombre como mi papá habían muerto en el impacto. Mi madre aún estaba viva, estaba en terapia intensiva no nos querían dejar entrar, pero Jorge los convenció. Entramos, mi mamá tenía conectados muchos tubos que se dirigían a diversas máquinas, cuando entramos abrió los ojos y nos sonrió, nos acercamos y con mucho cuidado la abrazamos, le pedimos que fuera fuerte más por Lalo él solo tenía 6 años, nos contestó que nos amaba, nos dio un beso a cada uno, nos volvió a sonreír y de pronto se escucho el maldito "biiiiiiiip" mi madre murió justo frente a mis ojos – las lágrimas corrían por mi cara, no sollozaba, solo lloraba. Freddy me abrazó esta vez más fuerte – es por eso que las muertes me impactan más que a ustedes-.

-Shh, tranquila bonita – creó que Freddy también estaba llorando, no estoy segura la luz no era clara.

Nos quedamos dormidos así, abrazados y con las piernas entrelazadas.

La alarma de Freddy sonó, nos despertamos pero nos quedamos acostados por otro rato.

-Freddy ¿te puedo pedir un favor?-.

-Dime, bonita-.

-Por favor no le digas nada de lo que te conté a nadie-.

-No lo haré-.

-Gracias-.

-De nada. Voy al baño – se levantó de la cama.

Me levante lo más rápido que pude, corrí y tome mi bolso, corrí de nuevo y llegue al baño antes que él.

-Te gane – dije mientras cerraba la puerta.

-Eso no es justo-.

-Se le llama venganza, conócela Leyva-.

-Eres mala, bonita-.

-Aprendí del mejor – me reí.

Me cambié de ropa, cuando salí Freddy también estaba vestido. Me puso unos lentes de sol, él se colocó otros.

-No queremos que se den cuenta que estuvimos llorando – me tomó de la mano y salimos de la habitación.

"Estuvimos" Freddy sí lloró.

*

-Hasta que llegas – se quejo Paola.

-Perdón me metía a bañar – se defendió Daniel.

-Ya vámonos antes de que algo pase – dijo Freddy.

Subimos a los coches y arrancamos.

-¿Cuánto falta de camino? – pregunte.

-Depende, pero a lo mucho un día-.

-Es mucho – me queje.

-Mejor para mí – me sonrió.

-Así ¿por qué?-.

-Paso más tiempo contigo... a solas-.

Me quede callada y me sonroje. A Freddy le pasaba algo, jamás me había tratado tan bien desde que nos conocimos, pero ahora era diferente tanto que hasta me había animado a contarle lo de mis padres.

Tal vez Freddy no era tan malo, de hecho me parecía buena persona y un gran amigo.

Como Freddy dijo el viaje duro un día, pero al fin llegamos a una casa. Esta era totalmente diferente a las otras 2 no era grande ni extravagante, era sencilla como una pequeña casa de pueblo.

-Es perfecta para disimular ¿no? – dijo Bryan.

-Es encantadora – le sonreí.

-Solo hay tres habitaciones – dijo Freddy.

-Bryan y yo la primera – habló Paola.

-Entonces Fer y yo la última – Freddy se apresuró a decir.

-Pero... - se quejó Daniel.

-Jodete – se burló Freddy.

Fuimos a las habitaciones.

-Siento un poco de pena por Daniel – le dije a Freddy una vez que llegamos a nuestra habitación.

-¿Quieres cambiar de habitación con él?-.

-No – me reí.

-Fernanda tengo que confesarte algo – me dijo acercándose a mí – el día que nos quedamos en el Motel en realidad sí habían más habitaciones, pero solo pedí tres porque quería dormir contigo-.

-Freddy...-.

-Y además – me interrumpió – alquile esta casa con tres cuartos apropósito, quería volver a dormir contigo. Y es que te ves tan linda cuando duermes – para cuando terminó de hablar nuestros cuerpos estaban tan juntos que podía sentir su respiración chocar en mi cara y podía escuchar los latidos de su corazón. Me quede sin palabras, esos ojos tan intensos que me veían como si quisiera memorizar cada uno de mis rasgos faciales se las habían robado todas.

-Freddy – fue lo único que pude decir.

De hecho era la única palabra que lograba recordar "FREDDY".

Amores PeligrososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora