Capítulo 26

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Desperté con el cuerpo adolorido y un mareo, no reconocía el lugar donde me encontraba. Estaba amarrada en una silla por la cadera, no podía mover ni pies ni manos ambos estaban amarrados, las manos estaban por delante sobre mis muslos, podía mover los dedos ya que estaban atadas por las muñecas; poco a poco fui recordando todo: la pelea con Freddy, mi caminata por el bosque, a Nick y Andrés, me habían dormido y llevado a no sé dónde. Estaba en grandes problemas.

Por impulso vi mi cuello, estaba vació; lo recordé, me había quitado el collar y no lo había guardado en el bolsillo de mis jeans, solo podía estar en dos lugares ahora: en el bosque o Nick lo tenía.

Nick apareció en el lugar donde yo estaba, era como una bodega abandonada o algo por el estilo, la iluminación no era muy buena, pero se podía ver y distinguir las formas.

-Ooh veo que despertaste – habló.

-¿Dónde estamos?-.

-En un momento lo sabrás-.

Sacó mi celular de su bolsillo.

-¿Qué más tienes que me pertenezca? – quería saber si tenía mi collar.

-Tranquila, pronto esto no te servirá de nada-.

-¿Qué más tienes que me pertenezca? – repetí.

-Nada, no traías más que esto – mi collar estaba en algún lugar del bosque, maldije por lo bajo.

Desbloqueó mi celular y se puso a mirar lo que había en él.

-¿A qué diablos estás jugando? ¿Por qué no simplemente me matas? Eso sería lo más sencillo-.

-Te mataré lo prometo, pero primero vamos a jugar a algo muy divertido, pero necesitamos un jugador más – siguió buscando cosas en mi teléfono – esto era lo que necesitaba – llevó el celular hasta su oído, esperó – Hola Freddy...-.

Pov's  Freddy

Lo había echado todo a perder, le había dicho cosas a Fernanda que no sentía ni creía, lo peor es que ella había ido a la habitación a brindarme su apoyo y comprensión, descargue toda mi frustración en ella. Tenía que pedirle disculpas, salí del cuarto.

-¿Y Fernanda? – le pregunté a Daniel.

-Salió, debe estar caminando por ahí-.

No dije nada más y salí de la cabaña a buscarla.

-¡FERNANDA! – Grite a todo pulmón... nada - ¡FERNANDA! – repetí, una vez más nada.

Me adentre un poco al bosque, rogaba porque a Fernanda no le hubiera pasado nada malo como caerse por algún sitio o algo peor. Miraba al piso mientras gritaba su nombre con la esperanza de que me respondiera y rogando que no le hubiese pasado nada malo, mis gritos no tenían respuesta y en cada segundo que pasaba mi angustia crecía cada vez más.

Y fue entonces cuando lo vi, el collar de Fernanda estaba en el piso, lo tome... algo malo había pasado, por más molesta que Fernanda estuviera no tiraría el collar. Regrese a la cabaña por Paola y Daniel para que me ayudaran a buscarla.

-Paola, Daniel, no encuentro a Fernanda por ningún lado – dije angustiado – me encontré el collar tirado en el bosque, debe de estar en peligro-.

-Cálmate – me dijo Paola.

-Tranquilo, vamos a buscarla – dijo Daniel.

Estábamos a punto de salir cuando mi celular sonó.

-Esperen – dije, saque mi celular del bolsillo – es ella – dije aliviado, conteste – Fernanda, bonita ¿en dónde estás? Estaba muy preocupado por ti, yo lo siento no sabes...-.

Amores PeligrososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora