-Fernanda, Fer, ¿estás bien? – escuché la voz de Freddy detrás de la puerta.
-Si – respondí entre sollozos.
-Ábreme – me ordenó.
Me seque las lágrimas que corrían por mis mejillas, me levante de la cama y, descalza, fui a abrirle la puerta a Freddy.
-¿Por qué lloras? – me preguntó mientras cerraba la puerta.
-No es como si te importara – respondí fría.
-Fernanda basta, vamos a vivir juntos durante un buen rato y lo mejor será llevarnos bien-.
-Si no me molestas más, creo que eso podría funcionar-.
-Pero ahora no te he molestado, solo quiero saber si puedo ayudarte en algo-.
-Vale tienes razón – más vale que no se fuera acostumbrando a que le diera la razón porque eso no iba a suceder más – y no creo que puedas ayudar – me senté en la cama, él me imitó.
-Es por tu familia – no era una pregunta.
-Si – fue lo único que pude decir, un nudo se estaba formando en mi garganta.
-Y luego dices que no eres una hija de papi – me sonrió, hice lo mismo, pero la alegría no llegó a mis ojos.
-No lo soy, pero ¿acaso tú no extrañas a tu familia?-.
Sonrió amargamente.
–Una parte de ella-.
-¿Solo una parte?-.
-Sí, mi familia no era como la tuya, tu familia es feliz-.
-No siempre-.
-No, no siempre ¿sabes por qué? Porque uno no siempre puede ser feliz, la felicidad es momentánea-.
-Entonces tú también debiste de tener momentos felices con tu familia-.
-Claro que los tuve, pero en los últimos años se convirtió todo en un infierno-.
-¿A qué te refieres?-.
-Eso no importa ahora – suspiró – mejor dime porque llorabas-.
-Voy a extrañar mucho a mi familia y tengo miedo de que algo les pase. Además creí que de verdad tenía amigos, amigos con los que podía contar para todo, pero ya veo que no – se me escaparon unas lágrimas.
Freddy se acercó un poco a mí, acarició mis mejillas limpiando las lágrimas que se encontraban en ellas.
-No llores, vamos a tratar de que esto acabe pronto – me sonrió, una sonrisa sincera y que, por alguna extraña razón, me tranquilizaba – acuéstate – levanto las cobijas, me adentre en ellas – mañana es un largo día y hay que dormir-.
Se dispuso a irse.
-Freddy – se detuvo a mitad de camino y volteó a verme – la verdad no tengo sueño y no quiero estar sola-.
Ok, sí, le estaba pidiendo a Freddy que se quedara, pero no tenía el valor para decirle que necesitaba compañía y que él era el único que podía dármela en este momento, por suerte él entendió bien la situación por la que me encontraba porque no se puso arrogante ni pesado como él sabía y se hubiera puesto en otra ocasión, simplemente volvió hasta la cama y tomó asiento a mi lado derecho por encima de las cobijas.
-Está bien, me quedaré para que la niña de papi no tenga miedo de la obscuridad – le pegue con mi codo en las costillas, pero igual sonreí.
-Freddy... - dije después de un rato de silencio.
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Amores Peligrosos
FanfictionFreddy Leyva el chico que le dio un giro de 360° a mi vida. La pregunta aquí es ¿lo hizo para bien...o para mal? Esta novela es 100% mía. Esta prohibida la copia o adaptación de la novela.