Epilogo

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-Esa era la última caja – dijo Marcos.

-Podrían habernos ayudado ¿saben? – se quejó Freddy.

-Lo sabemos – habló Karla – pero quería comprobar que tan fuertes eran-.

Freddy puso los ojos en blanco.

El timbre de la casa de Freddy sonó.

-Yo voy – hablé.

Me levante del sofá donde anteriormente estaba sentada platicando con Karla y fui a abrir la puerta.

-¡Paola! – la abracé.

-Hola Fer – me correspondió el abrazó.

-¿Cómo has estado?-.

-Muy bien-.

-¡Paola! – aparecieron Freddy, Karla y Marcos.

Abrazaron a Paola y la saludaron.

-Vamos al patio a ver qué tal le está yendo a Daniel con la carne – dijo Freddy.

Los cuatro salimos al patio, nos partimos de risa al ver a Daniel batallando porque la carne no se le quemara.

-Te ayudo – Marcos fue a auxiliar a Daniel.

-¡Hola Paola! – gritó Daniel.

Paola movió la mano en gesto de saludo y le dedico una gran sonrisa.

-¿Ya vives aquí Karla? – preguntó Paola.

-Sí, hoy termine de mudarme-.

-¿Termine? – Dijo Freddy – Marcos y yo trajimos todas las cajas y subimos todo a tu habitación, nosotros te mudamos-.

-Como sea – ignoró a su hermano – el punto es que ya vivo contigo y nadie me va a apartar de tu lado – abrazó a Freddy.

-¿Y Marcos?-.

-Va a venir todos los fines de semana y en vacaciones a verme – sonrió – sé que todo va a estar bien. En una semana empiezo mi segundo año de preparatoria-.

-¿Y ustedes? – nos preguntó Paola.

-Vamos a terminar la prepa – habló Freddy.

-Sí, y luego pues a ver qué pasa – le sonreí - ¿Qué has hecho en estos meses? Sólo me contaste que estabas trabajando en una cafetería-.

-Sí – asintió – trabajo y estudio-.

-¿Qué estudias? – preguntó Karla.

-Repostería, descubrí que eso me desestresa – sonrió.

-¡Karla! – Gritó Marcos - ¿Me ayudas?-.

 Karla puso los ojos en blanco, me recordó a Freddy, y fue con Marcos y Daniel.

-¿Cómo vas con el asunto de... de Bryan? – preguntó Freddy.

Paola suspiró.

-Pues es un dolor que nunca se va a ir, él era una parte de mí. Pero pues uno aprende a vivir con el dolor – sonrió Paola con tristeza. – Bryan ya no está donde lo dejamos, desenterré su cuerpo y lo lleve a un verdadero cementerio, se merecía un verdadero lugar para descansar. Tal vez puedan ir a Querétaro en estos días, antes de que entren a clases-.

-No es mala idea – habló Freddy – hablemos con tus hermanos – se dirigió a mí.

-Sí, supongo que, ahora que me levantaron el castigo, me dejarán ir-.

-¿Por cuánto tiempo te castigaron? – me preguntó Paola.

-Casi tres meses – hice una mueca.

-Se enojaron mucho – dijo Freddy – con ella, a mí me aman-.

-Cállate – le dije mientras me reía – más que molestos fue la preocupación que les cause-.

-Me alegra de que todo haya salido bien – me sonrió.

-Sí, las cosas salieron mejor de lo que esperaba-.

-¡Todo está listo! – Gritó Daniel - ¡Vengan!-.

 Caminamos a la mesa donde estaba toda la comida preparada y lista para ser degustada, nos sentamos, comimos, platicamos y reímos mucho.

Freddy se puso de pie, tomó su vaso y dijo:

-Quiero proponer un brindis por un año loco, va a ser un año que conocí a Fernanda – sonreí, hace casi un año que lo conocí y lo odiaba – bonita, te amo-.

-Y yo a ti – le mande un beso.

Freddy fingió atraparlo y guardarlo en su bolsillo del jean.

-Para más tarde – dijo, reí. – Bien, perdonen la cursilería. También quiero proponer un brindis porque encontré a mi hermana – le sonrió – y porque, aunque vivimos cosas trágicas y muy dolorosas, al final del día sabemos que nos tenemos a nosotros, los unos a los otros, solo quiero decirles: gracias por su amistad y apoyo, ustedes demostraron ser mis verdaderos amigos porque debo decir que en un problema como en el que me metí no cualquier amigo interviene y apoya, gracias. Salud-.

-Salud – repetimos.

Seguimos platicando y riendo.

Y fue ahí cuando las palabras de Freddy cobraron un sentido que me hizo casi llorar de la emoción. A estas increíbles personas las había conocido gracias a Nick, le debía algo a Nick (por increíble que parezca esto), le debía los amigos, verdaderos amigos, que ahora tenía. Y por supuesto mi guapo y sexy novio.

Había odiado a Freddy cuando lo conocí, pero ahora, casi un año después, lo amaba, de verdad lo amaba. Estaba dispuesta arriesgar mi vida por él, ya lo había hecho cuando no sentía este amor por él, y ahora estoy 100% segura de que lo volvería a hacer.

Freddy Leyva me enseñó lo que es la verdadera amistad, me mostró que a pesar de que las cosas sean difíciles y se vean totalmente negativas siempre saldrá algo bueno de todo lo malo, pero además de eso Freddy Leyva fue el chico que me enseñó que no importa que tan complicada sea una situación siempre habrá tiempo para el amor.

*

-Que ese bastardo disfrute mientras pueda – dijo viéndose en el espejo, su voz sonaba llena de rencor – me las va a pagar muy caro-.

-Pensé que no te llevabas bien con Nick – habló la mujer.

-Y no lo hacía, pero la familia es la familia-.

-¿Lo matarás?-.

-No lo sé, yo no soy como mi hermano, pero jura por lo que más quieras que me cobraré su muerte-.

-¿Qué harás con la chica?-.

-Ella también sufrirá – volteó a ver a la chica que tenía a sus espaldas – ella fue quien disparo, ella es la que más sufrirá-.

-Y si ella sufre entonces él...-.

-Él también lo hará – concluyó.

-¿Qué haremos?-.

-Tranquila, todo a su debido tiempo-.

Amores PeligrososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora