Capítulo 18

1.7K 119 15
                                    

Pov's Freddy

Después de golpear a Matías en la cara hasta cansarme y que mis nudillos me dolieran enterré su cara en la arena para que no pudiera respirar, al principio luchaba, pero su fuerza se acababa y así hasta que dejo de respirar. Fui con Daniel y le quite al tal Leo de encima, había salido de la nada y él y Daniel empezaron a pelear, saque una pistola que llevaba entre mi pantalón y mi espalda y le dispare 3 veces en el abdomen, murió en segundos.

-Si traías pistola ¿por qué no mataste a Matías con ella?-.

-Porque quería hacerlo con mis propias manos-.

Dejamos los cuerpos de Matías y Leo cerca de la orilla del mar para que la marea se llevara sus cuerpos y con un poco de suerte un tiburón se los comiera (me encantaría ver eso). Después de lo que Matías le había hecho a Fernanda pagaría por ver como un tiburón se come su cuerpo.

Nos fuimos deprisa al hospital, temía que algo malo pasara.

-Llamaré a Bryan – dijo Daniel. Puso su celular en el oído – Ah... ok... ok... ya vamos... ok... adiós – fue lo único que escuche.

-¿Y bien?-.

-Aún están atendiendo a Fernanda y no saben nada, no les han dicho nada desde que llegaron-.

-Ok – acelere.

Tardamos 10 minutos en llegar, pero a mí me parecieron una eternidad.

-¿Qué paso? – le pregunte a Paola a penas la vi.

-No nos han dicho nada, tenemos que esperar-.

Me senté en la sala de espera, pero rápidamente me puse de pie. No podía estar quieto, al menos hasta saber algo de Fernanda.

 Después de unos largos minutos apareció un doctor.

-Familiares de la señorita Fernanda Maldonado-.

Todos nos pusimos de pie.

-¿Cómo esta? – fui el primero en hablar.

-Pudimos parar la hemorragia, pero perdió mucha sangre y está débil; necesitamos hacer una donación de sangre. ¿Hay algún donador?-.

-¿Qué tipo de sangre es? – preguntó Bryan.

-O negativo-.

Yo tenía ese tipo de sangre; aunque había un problema: odiaba las agujas, pero estaba dispuesto a donar sangre (y que metieran aquella gran aguja en mí).

-Yo lo haré – dijimos Paola y yo al mismo tiempo.

Al parecer Paola también tenía ese tipo de sangre.

-Yo lo haré – me dijo Paola.

-Ok, acompáñeme – Paola se fue con el doctor liberándome de la aguja, una parte dentro de mi suspiro de alivio.

Esperamos a que Paola regresara.

-Bien, volveré mas tarde para informarles como a reaccionado la señorita Maldonado – el doctor se fue.

¡Maldita sea! No se supone que estuviéramos en un hospital nerviosos por Fernanda, si no todo lo contrario deberíamos estar en la jodida playa felices por ella. Todo era culpa de esos malditos tipos, lo arruinaron todo, ya tenía una razón más para odiarlos y querer matarlos.

Paso poco más de una hora antes de que el doctor volviera y para este punto yo quería volverme loco.

-¿Cómo está? - preguntó Daniel.

-La señorita sigue débil, pero ya está fuera de peligro – anunció.

Abracé a Bryan. 

–Pensé que la perdía – susurre. 

Amores PeligrososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora