Deliciosa Adicción

CAPÍTULO 56

Yazgo en brazos de Lorenzo que acaricia mi cabello con suavidad mientras mi cabeza descansa sobre su pecho y mis dedos dibujan círculos imaginarios sobre su firme torso.
Con la respiración relentizándose y nuestras piernas entrelazadas luego de habernos entregado una vez más al fuego de nuestra pasión.

Me concentro en escuchar los latidos de su corazón, descubriendo que es mi ritmo favorito y podría estar escuchándolo eternamente.

Sin embargo la sombra de la incertidumbre se cierne sobre mí haciendo que el cuerpo se me tense de repente.
Lorenzo lo nota y sus dedos dejan de enredarse en mi cabello por un segundo.

—¿En qué piensas? —Su voz suena como un ronroneo.

—¿Por qué no me lo dijiste? Tu cumpleaños.

Siento como suspira antes de responder:

—No es precisamente una fecha que me entusiasme. Y además creí que lo sabrías. Ya sabes...

Me incorporo sobre el codo para verle.

—Creíste que había hecho una investigación sobre ti —musito una sonrisa desganada.

—Hoy a la mañana he comprobado que en realidad no lo sabías.

—Le recuerdo que el principal objetivo de mi investigación era el señor Samuel Castelli. No su hijo.

—Por suerte para mí, su objetivo cambió, señorita Rienzo.

Sonrío.

—Pues déjeme decirle que no ha sido un objetivo sencillo de seguirle los pasos. Sin ser fotos rodeado de despampanantes mujeres poco se dice de usted en las redes.

Arquea las cejas y suspira.

—Entonces déjeme darle una primicia señorita Rienzo—Acaricia mi mejilla —. A la única mujer despampanante que quiero tener a mi lado por el resto de mi vida, la tengo junto a mí en este preciso instante.

Mi corazón comienza a bombear con fuerza.
Eso ha sido una declaración de amor en toda regla.

—¿Despampanante? —inquiero con voz apenas audible, ignorando lo verdaderamente importante de sus palabras.

Se sienta sobre la cama apoyando su espalda en el respaldo y toma mi mano entre las suyas.

—Eres más que eso, Isabella—dice muy serio —.Eres hermosa sí, pero también inteligente, y apasionada. Y me tienes completamente enamorado. ¡Cásate conmigo!—exclama de repente.

Permanezco inmóvil con los ojos muy abiertos y el corazón desbocado.
No sé qué decir.
¿Está hablando en serio?

—¿Isabella?

—¿No... no te parece que...que vamos muy rápido? —balbuceo.

—No, Isabella. No me lo parece. Quiero que permanezcas a mi lado para siempre. Quiero que todas mis noches sean como esta. Poder dormirme escuchando tu respiración acompasada... sintiendo tu delicado y cálido cuerpo pegado al mío. Deseo despertar cada mañana para descubrir tu preciosa sonrisa dándome los buenos días.

—Lorenzo yo...

—Shhh —me calla con ternura estirando su mano para atrapar un par de lágrimas que he dejado escapar sin ser consciente de ello —. Te he abrumado. Lo siento. No me des una respuesta ahora. Sólo te pido que lo pienses. ¿Lo harás?

—Es una locura —digo mientras una leve sonrisa aflora en mis labios. Es una hermosa y aterradora locura en realidad—. ¿Te das cuenta que apenas sé nada de ti y sin embargo estoy aquí contigo, a miles de kilómetros de mi tierra y...