Una muy feliz Toph Beifong caminaba por las calles de Ciudad República rumo al puerto para poder recibir a sus amigos.
Hoy era un día de suma importancia para ella.
Hoy era el día en que se inauguraba la comisaría y dónde le otorgarían la placa de jefa a ella.
Había a invitado a todos sus amigos. Invitó a Katara y su esposo el avatar Aang, el señor del fuego Zuko y no nos olvidemos de el embajador de la tribu agua del sur; Sokka.
Ya estaba en el puerto, con su misma actitud de siempre esperando a que sintiera la vibraciones de algún barco, bote, o se su gran amigo peludo (Appa).
Se cruzó de brazos ¿Por qué tardan tanto? Se empezó a desesperar e hizo un bloque enorme de tierra para poder sentarse mientras esperaba.
Después de 40 minutos de espera. Se escucho un gruñido muy familiar provenir desde el cielo. Hecho una pequeña sonrisa torcida al aire mientras esperaba a que aterrizaran.
— Bienvenidos gallinas!— decía acercandose al gran animal peludo.
— Hola Sifu Toph, me da gusto estar aqui de nuevo— decía el joven avatar estrechandola en un abrazo.
—Ugh— ella odiaba los abrazos pero trato de contenerse y tratar de no lanzarle una enorme roca a la cara.
—Toph, me alegra verte de nuevo— decía la ya no tan joven Katara uniéndose en el abrazo.
—Diria lo mismo pero... ya sabes— decia la maestra tierra en una mueca.
—Wow ha cambiado mucho por aquí, un gusto encontrarnos de nuevo— decía el señor del fuego también abrazando a los demás no con mucho gusto.
—Supongo— le respondía la maestra tierra sintiéndose un poco apachurrada.
—¡Toooooooooph!— era la voz de alguien que ella conocía perfectamente y aún que ya era todo un hombre, aveces seguía comportándose como un niño.
El hombre de coleta y barba tacleó a todos los que estaban en el abrazo haciendo que se calleran. La maestra tierra ya no soportaba eso.
—Eso es todo, ¡Quite de ensima sino quieren terminar 10 metros bajo tierra!— replicaba la de más abajo siendo la más apachurrada de todos.
En el instante todos se levantaron.
—Vamos, les mostrare donde se quedaran mientras estén por aquí, si tienen preguntas, pues se las guardan porque no las pienso contestar, no tengo todo su tiempo— replicaba empezando a caminar con el ego por los cielos.
Los restantes del equipo Avatar empezaron a caminar siguiéndola y hablando de como les había ido en su viaje y poniéndose al corriente de todo los que habían hecho en sus ausencias. Mientras que el gigante peludo y el pequeño lemur se dirigían por detrás.
Caminaron hasta llegar a un hotel cerca de la comandancia, era un hotel lujoso, uno de los mejores en la ciudad.
—Esto es lo que les reservé, hay solo 2 habitaciones una para Zuko y otra para los enamorados les darán todo lo que quieran por si deciden hacer algunos maestros aire— decia Toph con picardía. Aang y Katara no protestaron y solo se limitaron a sonrojarse, Zuko los siguió detrás entrando al hotel.
—¿Ustedes no vienen?— cuestionaba un desinteresado señor del fuego mirando a sus compañeros.
—Ahorita entramos chispitas, vallanse adelantando— respondía la maestra agitando la mano para que se fuera quedándose sola con el no maestro.
Después de sentir que sus vibraciones se habían desvanecido, decidió girarse en los talones quedando frente al no maestro.
—Me alegra estar de vuelta— pudo decir ahora Sokka rodeando la cintura de Toph.
—A mí también me alegra que volvieras— le respondía la maestra pasando sus brazos por detrás del cuello de Sokka mientras chocaban sus labios.
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No puedo vivir sin ti.
FanfictionToph Beifong la mejor maestra del mundo, vivía en Ciudad República siendo la jefa de policía, pero había algo en ella que le disgustaba pero a la vez le gustaba mucho. Amor. Ella mantenía una relación en secreto con el embajador de la tribu agua de...