Aang.
Volamos en Appa, ya llevábamos al menos 1 hora desde que salimos de Ciudad República.
Cerré los ojos y aspiré hondo, me tranquilizaba tanto sentir el aire fresco de nuevo.
Voltié hacía con mi esposa que se encontraba acostaba en la parte de atrás, utilizando como almohada improvisada los sacos donde llevábamos nuestra ropa.Como en los viejos tiempos.
—Sigue el camino fijo, amigo— dije mientras acariciaba la gran flecha en la frente de Appa y él me respondía con un gruñido.
Salté y caí despacio a un lado de Katara, su respiración suave y pausada me decía que estaba durmiendo, no había dormido bien cuidando el estado de Toph.
Comencé tocando su mejilla; era tan suave, bajé hasta su cuello y observé el collar de compromiso que pendía de ella. Cómo la amaba.
En ese momento empezó a abrir los ojos.—¿Aang?— decía una Katara aún medio dormida.
—Perdón por despertarte.
—No, está bien— me dedicó una sonrisa adormilada y volvió a cerrar los ojos.
—¿Estas bien?— pregunté recostandome aun lado de ella.
—Un poco más cansada de lo normal.
—¿Y eso está bien?
—Si.
—¿Segura?
—Creo que si.
Me senté, había algo que me tenía intrigado.
—¿Qué te tiene tan pensativo?
—Nada— mentí.
—Aang— me habló con tono demandante.
—N-No quiero hablar de eso ahora— respondí un poco avergonzado, pasando mis manos por mi cabeza a la cual ya le empezaban a salir nacimientos de cabello.
—Está bien— sentí sus manos abrazar mi brazo izquierdo y jalarme para volverme a recostar. Por su puesto yo no puse oposición.
Hubo un momento de silencio maravilloso, escuchaba como Appa rompía el viento y las ondas de aire pasaban a nuestros costados.
—¿Qué crees que sea?— habló Katara tan bajo que apenas la pude escuchar.
—¿Qué cosa?
—El bebé.
No me había puesto a pensar en eso. Inmediatamente cerré los ojos y empecé a jugar con mi imaginación, haciendo combinaciones algo raras de nuestros rasgos, en mujer y varón. Pero ninguno me convencía, no podría salir un hijo tan perfecto.
—Lo que sea está bien— respondí dubitativo —aunque creo que será una mini tú.
—¿Una mini yo?
—Si— y soltó una pequeña carcajada.
—¿Por qué?
—No lo se, pero creo que sería tierno tener a una mini Katara como hija— me voltié quedando cara a cara con ella mientras entrelazabamos nuestros dedos.
—Pues, yo tengo el presentimiento de que va a ser un niño.
—¿Un niño?— pensé que ella tenía la misma idea que yo de una niña.
—Si, un niño y uno muy travieso— me quedé pensando en las posibilidades. Si fuera un niño, ¿Katara lo querría más que a mí? No Aang, deja de sentir celos de tu propio hijo.
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No puedo vivir sin ti.
FanfictionToph Beifong la mejor maestra del mundo, vivía en Ciudad República siendo la jefa de policía, pero había algo en ella que le disgustaba pero a la vez le gustaba mucho. Amor. Ella mantenía una relación en secreto con el embajador de la tribu agua de...