Sokka.
Al cruzar la calle estaba un océano de gente, algunas salían asustadas o llorando, o que más me sorprendía era que gritaban pidiendo ayuda ¿Acaso alguien más estaba herido?
El señor del fuego y yo nos empezamos a escabullir entre las personas, poco antes de llegar a la causa del alboroto Zuko encontró rastros de sangre y se nos puso la piel de gallina.
Seguímos caminando más apresurados y no nos dejaban pasar, nos empezamos a desesperar y Zuko explotó rebelando su identidad.
-Abran paso, soy el señor del fuego Zuko y vengo a supervisar la causa de tanto abolboroto- habló fuerte y claro haciendo que la gente abriera un pequeño pasillo para que pudiéramos pasar.
Ahora me arrepiento de todo esto, al llegar a la escena palidecí, sentía que me faltaba el oxígeno y que mi corazón iba a mil por hora, las piernas me empezaron a fallar. Ahora las voces de las personas eran solo un recuerdo del pasado, no recuerdo cuando fue la última vez que me había sentido tan mierda como ahorita.
Aang.
Después de un rato nos desicimos de cualquier rastro donde antes habían estado las llamas.
-Muy buen trabajo amorcito- decía agarrando a Katara por la cintura.
-Tu eres el que salvaste el día oh famoso avatar- le respondía Katara de forma graciosa para después plantar un beso en mi mejilla.
Después de un pequeño momento decidimos ir a buscar a Zuko, Sokka y Toph.
Caminamos haciéndonos paso entre el mar de gente ¿Por qué la gente es tan metiche?
Sokka. (De nuevo:)
Al llegar vimos a una persona sentada mientras se recargaba en la pared de una de las casas, ella tenía un corte profundo en la cien y se agarraba el costado izquierdo, también tenía varias quemaduras en los pies y brazos. Esa persona tenía los ojos apretados sosteniendo las lagrimas. Esa persona era Toph.
No me di cuenta de cuando empecé a llorar yo tambien, ni cuando fue que estaba aún lado de ella agarrando su mano libre.
—T...¿Toph?— me temblaba la voz al hablar.
Ella tosió parecía que trataba de mantenerse despierta y no desmayarse.
La tomé entre mis brazos y me levanté con cuidado de no hacerle más daño. Corrí tratando de buscar a mi hermana, tal vez ella podría ayudarla.
—*cof cof* Bajame princesita *cof* yo puedo cuidarme sola— decía Toph en un hilo de voz. Hasta cuándo está herida sigue siendo arrogante.
—No, no te voy a dejar sola y no hables que te pones peor.
—Mmmm.
Solo escuché un murmullo de disgusto y se hizo bolita en mis brazos.
Nunca la había visto tan vulnerable.
Llegue a una de las fuentes y recosté a mi novia mientras yo subía a la barandilla.
—¡Katara! ¡Aang! ¡Zuko!
—Yo estoy aqui— decía el señor del fuego arrodillándose aún lado de Toph y diciéndole a la gente que le diera espacio.
—Oh, bueno. ¡Katara! ¡Aang! ¡Respondan!
Y en un segundo todos gritaban "Katara y Aang" mientras me señalaban, supongo que mucha gente no es tan malo.
Pasaron segundos o minutos, tal vez años hasta que distingui a dos personas, uno calvo y la otra con roles café. Se acercaban con mirada de preocupación en sus rostros. Al llegar Aang solo se quedó pasmado y Katara dio un grito y empezó a llorar.
Toph.
Me dolía todo y había muchas personas y varios sonidos, eso causaba que casi me explotara la cabeza del dolor. No recuerdo muchas cosas pero de un momento a otro me sentía a salvo. Estaba en los brazos de Sokka.
Y en otro instante ya tenía a la princesita a un lado. Katara.
—Oh Toph, estas muy herida, ¿que te hiciste?
—Agh. No lo se, no recuerdo muchas cosas pero me duele todo ¿que tengo?
En ese instante sentí agua en mi cabeza, se sentía tan bien, es como si empezarán a darte un pequeño masaje en el cráneo, aún que solo fue cuestión de tiempo cuando volví a marearme y a consentrarme en no desmayarme.
—Toph, tienes dos heridas en la cabeza y algunas costillas rotas, también tienes quemaduras en los pies y en los brazos.
Abrí los ojos como platos ¿Tenía todo eso? Pero solo fui a apagar un incendio. Me sentía tan frustrada. Necesitaba entrenar mas.
No tuve noción del tiempo cuando ya me encontraba en un hospital. Lo sabia gracias al olor a medicina y a una cama con un gran colchón.
Odio los colchones.
Los odio tanto porque no puedo sentir las vibraciones a través de ellos.
—Toph, tranquila no hagas esfuerzo. Ayer tuviste un día muy duro.
—Tranquilo pies ligeros, ya me siento mucho mejor— dije tratando de sentarme pero un dolor punzante en mi costado me detuvo.
—Mejor acostumbrate, dijeron que te quedarías por dos semanas al menos.
¡Que! ¡Dos semanas! No me pienso quedar tanto tiempo.
—¡No me quedaré aqui sin hacer nada por dos semanas!— grite alarmada, pero más que nada. Enojada.
—Vamos Toph, no seas tan testaruda sino te tendrás que quedar aquí más tiempo— era la voz de la princesa agüita.
Cerré los labios con fuerza y me crucé de brazos. No iba a permanecer dos semanas aquí y punto.
—Oh, por cierto, Zuko ayer se fue tenía que regresar a la nación del fuego. Dijo que su tío inventó un "día del té" o algo así— ahora hablo pies ligeros.
Suspiré con cansancio tratando de recordar lo que había pasado.
1. Entre a una casa en llamas.
2. Salve a una chica.La chica.
Tenía un perfume muy particular que lo había olido minutos antes y sentía mala espina sobre ella.
Sentía que no iba a hacer la última vez que la veía.
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No puedo vivir sin ti.
FanfictionToph Beifong la mejor maestra del mundo, vivía en Ciudad República siendo la jefa de policía, pero había algo en ella que le disgustaba pero a la vez le gustaba mucho. Amor. Ella mantenía una relación en secreto con el embajador de la tribu agua de...