Desesperación.

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Toph.

Después de el día de ayer me fui a mi departamento a dormir. Y ahora estoy aquí de nuevo. De vuelta al trabajo.

Siguen registrando la ciudad mis hombres, y yo sigo aquí con un pequeño café, que por cierto. Lo odio.
Sentí pasos apurados que venían hacia aquí, eran de zapatos costosos. Penga.

—Sifu Toph, encontramos un pedazo de hoja con algo escrito y no se parece a la caligrafía de ninguno de nosotros.
— me entrego un pedazo de hoja.

—¡Si me vuelves a dar un pedazo de hoja con algo escrito a que lo lea yo, te voy a...!— me contuve tanto que me dolió el pecho —agh que dice.

—Dice "aquí chief" y una bonita flechita apuntando hacia abajo.

—Muéstrame dónde exactamente encontraron la nota.

Bajamos hasta lo más recóndito del edificio, donde se encontraban algunos equipos sobrantes y de repuesto; como carretes con cables, armaduras, pedazos de metal sueltos, tuberías, etc.

—Justo aquí.

Me señaló Penga. Di un fuerte pisotón al suelo esperando a que regresaran las ondas y me sorprendí al saber que era el más grande cimiento en el que estaba construido el edificio. Pero, ¿porque pondrían una señal así?

—¿Están seguros de que la caligrafía no pertenece a ninguno de nuestros hombres?

—No, Sifu Toph.

—Mmm, sigan averiguando, sino tendremos que hacer una búsqueda más extensa.

—¡Si señora!— y Penga se retiró dejándome en la escena sospechosa, con más preguntas que respuestas.
¿Quién lo había escrito? ¿Como lo dejo aquí? ¿Tendría algo que ver con el grupo? ¿Habrá algún espía en el edificio? No lo se.

Salí de ahí y encontré a alguien caminando.

—¡Tu! Llama a todos a mi oficina.

—¡A la orden chief!— era Ika. Me dirigí a mi oficina, necesitaba interrogar a todos para estar más tranquila. Según la información, mañana iba a ser el ataque y seguimos sin dar con los culpables.

No pasaron ni 10 minutos cuando ya estaba más de medio edificio afuera de mi despacho.
Yo solo les decía que se recargaran en la pared para yo poder sentir sus latidos y saber si mentían, hacia las mismas preguntas:
-Nombre completo
-¿De dónde eres?
-¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?
-Escribe tu nombre.

Yo me encargaba de hacer las preguntas y para cuándo escribían, Ika se encargaba de compararlos con el recado.

—Agh, nada ¡que frustrante!— decía tirando los papeles ensima de mi escritorio —haz que pase el siguiente.

Llevábamos 2 horas haciendo esto, ¿Había tantas personas aquí? Ja, y yo solo me sé el nombre de las gallinas.

—Hemos terminado con todos jefa, ya no hay nadie que necesite interrogación, estan todos.

—¡¿Que?! Y nadie mentía— me quedé pensando, ya eran todos —necesito descansar Ika, si viene alguien, dile que no estoy.

—¡Si, jefa!

Salí de ahí y empecé a caminar sin rumbo alguno, mañana es el ataque y mis grupos siguen investigando Ciudad República. Grupo.
"Grupo K". Que ridículo nombre para un clan.

Me senté debajo de lo que parecía un árbol. Tal vez necesite ayuda de pies ligeros. No, no debía preocuparle, el necesitaba hacer no sé qué cosa para la princesita. Tambien me siento mal por no ayudarlos. ¿Que hago? Creo que nos desocuparemos temprano de ese tal "Grupo K" así es que tal vez, si podre ayudar a pies ligeros.

Pero sigo preocupada, ¿debería mandar a otro escuadrón a escribir su nombre por todo Ciudad República ahora? No pueden ser todos los de ahí.

No.

Sí falta alguien, regrese casi corriendo buscando por el edificio a la persona que faltaba.
La encontré.

—Gallina, necesito que me acompañes— agarré a El Oscuro de la muñeca arrastrándolo hasta mi oficina —espérame aquí.

Fui corriendo ahora hasta donde estaba la sospechosa quien también la agarré de la muñeca sin tener compasión, arrastrándola hasta mi oficina, cuando llegamos la lancé hacia la pared.

—¡Jefa, me lastimó!

—Nombre completo— esperé a que me contestara, me apoyaba en la pared con una mano, mientras la otra la ponía en mi cinturon.

—¿Perdón, jefa?

—Lo que escuchaste, nombre completo— prestaba atención a cada cambio que tuviera en su interior, al parecer la gallina estaba tensa igualmente.
Empecé a sentir ligeramente como las pulsaciones cambiaban a unas más rápidas. Estaba nerviosa.

— I...Ikatteiru.

—¿De dónde eres?

—Jefa, ¿se encuentra bien?

—¡Responde!— esto me estaba dando un mal presentimiento.

—D...De ciudad República.

—¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?

—Desde que tengo memoria he vivido aquí, con mi hermana.

—Muy bien, escribe tu nombre, ¡Gallina, supervisala!— me recargue en la pared con los brazos cruzados escuchando el sonido del papel siendo rayoneado por tinta, hasta que paró.

—S...Sifu Toph— hablo El Oscuro.

—¿Y bien? Que salió.

—Es igual a la nota.

Lo siguiente paso en un parpadeo.
Ahora tenía sentido.
Ika sacó un pequeño botón.

—Mi plan se ha comprometido, es hora de la fase 2— hablaba en lo que parecía ser un comunicador y antes de que presionará el botón me dirigí al escritorio y encendí los megáfonos del edificio.

—Tienen que abandonar el edificio, ¡Ya!— en ese instante Ika presionó el botón el cual provocó una fuerte explosión para proseguir a derrumbarse el edificio —¡Sal de aquí yo me encargo de ella!— le grité entre todo este caos y salió, pero para cuando intenté sentirla ella ya no estaba.

No escapara de mí tan fácilmente.

Ikari.

Estaba tan feliz en la guarida pintandome las uñas de un tono verde esmeralda, es mi favorito.
Cuando escuché un ruido de alguno de los muchos comunicadores que se encontraban en una mesa alfrente mío. Era el de Ikatteiru.

—Mi plan se he comprometido, es hora de la fase 2— y colgó.

Genial, es hora de entrar en acción.

Revise el dedo meñique de mi mano derecha, rayos, me faltó pintarme una uña; meeh cuando vuelva habrá otra oportunidad de terminarla.
A estirar los músculos.

Salí hacia la oficina de al lado, donde se encontraban dos figuras sentadas en lujosos tronos uno era verde y otro rojo. Eran nuestros jefes.
Incliné mi cabeza como señal de respeto.

—Señor, mi hermana ha dado la señal, es hora de la fase 2.

—Perfecto, todo sale de acuerdo al plan, reúne a un equipo; tu liderarás el escuadrón principal.

—¡Sí señor!— sinceramente me daba un poco de nervios estar delante de nuestros líderes.

—Es hora de ir a por Beifong.

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Aquí está el capítulo.
De nuevo perdón por no haber actualizado antes pero ustedes ya saben esa historia.

Sin más por el momento me retiro.

Bais.

No puedo vivir sin ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora