Toph.
Me encontraba en guardia esperando al ataque de quien sea que estuviera en frente.
—¿Tú fuiste el que ocasionó todos esto?— solté con repulsión. Me estresaba que sus pulsaciones fueran tan tranquilas.
—Mmm puede ser— su voz era tan calmada que me daba asco.
—Eres un maldito— intenté avalanzarme para darle un puñetazo que le hiciera callar esa horrible voz, pero al momento de moverme, me di cuenta que me habían amarrado los tobillos con los cables de la comisaría ¿cuando había pasado esto?
—Veo que te atrapamos por sorpresa Beifong— sentí que sonreía con arrogancia, a lo que yo tambien puse la misma cara. Los dos podíamos jugar el mismo juego.
—¿Esto? Creen que me detendrán asi— y con un rápido movimiento de muñecas trocé el cable —necesitaran mejores técnicas para atraparme— sonreí más amplio cruzándome de brazos.
—Claro que eso no es lo único Beifong, lo bueno de mi.... bueno, yo soy perfecto y todo es bueno de mi — río con arrogancia — lo que quiero decir, es que mi mejor cualidad es el no subestimar a mis oponentes.
Al decir eso, sentí otras dos presencias moverse detrás de mi, pensé que solo eran personas escondiéndose pero al parecer son sus cómplices.
Giré sobre mis talones y con los brazos hice levantar dos pilares que aventé a las personas que venían hacia mi. Esas presencias ya las había sentido.
Los pilares simplemente impactaron en el suelo más lejos de lo que los había lanzado, esas personas eran maestros tierra.
Abrí los ojos hasta más no poder reconociendo aquel auténtico perfume que las acompañaba, las personas eran muy similares y venían hacia mi.—Ika y... bueno, no me acuerdo de tu nombre, pero tú fuiste la que besaste a Sokka— solté con más repulsión de la que sabía que había en mi interior.
En ese momento, sentí que una de las dos, sus pulsaciones aumentaron, estaba nerviosa; esa era Ika. ¿Que le pasaba?
—Esta será la última vez que mencioné mi nombre ante ti Beifong. Me llamo Ikari, la que acabará contigo.
Se empezaron a mover lanzando algo, pero no eran rocas, no era tierra, ni metal, ni arena y no lo podía percibir que era, y lo que sea que fuere, no levitaba como cuando se hacía algún control de algún elemento.
Intenté concentrarme lo más que pude en ellas pero por más que lo intentara, no podía ver a través del objeto.Mis pensamientos se interrumpieron al sentir un pedazo de esa cosa que no podía sentir, golpearme de lleno en el rostro. Sentí que mi nariz hizo un ruido raro y casi de inmediato salía un líquido espeso, antes de que cayera al suelo, tome entre mis manos aquel objeto solamente para analizarlo bien.
Era firme y rasposo, algo que no pueda ver a través de él y no era agua ni aire, mucho menos fuego. Por un demonio, lo que me faltaba.
No tardó mucho en que recibiera otro por la espalda que me hizo trastabillar hacia adelante. Sentí que más hombres se les unían arriba de los edificios lanzándome más de esa cosa.
—¡Madera! Somos brillantes, ¿no crees? Una de las pocas cosas que no puede ver la famosa Beifong— reía sonoramente mientras miles de maderas llovían ante mi.
Levante tres triángulos encerrándome dentro de ellos, necesitaba salir de aquí, ya estaba muy malherida y no creo que resista más. Cave un agujero debajo mío y salí en la esquina de la calle donde estábamos peleando, empezando a utilizar mi última estrategia: escapar.
Corrí sin dirección alguna esperando a refugiarme en alguna parte lejos de donde estén las personas. Hasta que...
—¡Toph!— los gritos de pies ligeros me sacaron de mi trance.
Eso significaba 2 cosas:
1. Las personas ya estaban a salvo y podemos pelear sin temer a que alguien inocente salga dañado
2. Aún siendo casi padre, sigue siendo un idiota.
Desvíe mi curso hacia él, cuando estaba apunto de llegar, saqué el único cable a mi disposición y lo jale hacia mi, abriendo un agujero debajo para meternos en el.
—¡Cállate, pies ligeros!— grité antes de cerrar el agujero y empezar a escarbar hacia adelante seguido de pies ligeros.
—¿Que pasó, quienes son ellos? ¿¡Que te paso a ti!?— me reprimía siguiéndome de cerca.
—Versión corta, un tipo raro me quiere secuestrar con sus secuaces malvadas, una trabajaba para mí y la otra... bueno no importa la otra, pero tenemos que detenerlas.
—Wow estoy ansioso de escuchar la versión larga— me reprochó con sarcasmo —y tú, ¿porqué terminaste así?
—Los malditos me lanzaban madera— dije con enojo a lo que me arrinconaron a hacer. Me las van a pagar y no va a costarles barato.
—Creo que estaré ahí para asegurarme de que no hagas ninguna locura.
—Mejor, calla y ayudame— ya llevábamos mucho tramo recorrido y sentía a las demás personas seguirnos
—sigue adelante pies ligeros y no te detengas, yo los confundiré.Y al momento me desvíe hacia a un lado haciendo más caminos falsos.
Aang.
Sé lo que tramaba Toph al ahuyentarlos al otro lado de donde las personas se albergaban y como el Avatar y su amigo, necesitaba ayudarla, seguí hasta donde encontré una zona segura y amplia para poder pelear mejor, había muy pocos arboles y no habían casas cerca, aparte de que había un lago aún costado.
Casi al poco rato salió Toph.—Muy bien hecho pies ligeros, lindo lugar— me elogió mientras se sacudía el polvo que le había quedado en la ropa —¡agh!, está armadura ya no me sirve— y eso era cierto, estaba muy abollada y le faltaba alguno que otro pedazo.
Se sacó la armadura y ágilmente la aplastó haciendo unas placas un poco alargadas que aprovecho para ponerlas en sus antebrazos y en las espinillas, aparte de hacer unas nudilleras.
—Mucho mejor— sonrió triunfal mientras daba golpes al aire para probar su movilidad.
—Creo que solo queda esperar— hice mi típica esfera de aire y cruce mis piernas mirando el único hueco de dónde podrían venir, mientras Toph se sentaba en el suelo.
—Perdón por no ayudarte a construir tu casa pies ligeros.
La voltié a ver y sonreí.
—No hay problema, tenías otras cosas que hacer.
—Te lo compensaré, ya tengo muchas ideas para el diseño— volvió a su manera arrogante.
—Pues ya quiero verlas— dije siguiéndole el juego volviendo mi mirada al agujero esperando a los responsables de esta devastación.
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No puedo vivir sin ti.
FanfictionToph Beifong la mejor maestra del mundo, vivía en Ciudad República siendo la jefa de policía, pero había algo en ella que le disgustaba pero a la vez le gustaba mucho. Amor. Ella mantenía una relación en secreto con el embajador de la tribu agua de...