Era un hermoso día por la mañana en Gaoling. Los pájaros cantaban, los árboles daban frutos, las flores brotaban y a una pequeña niña ciega la arreglaban con otro de los vestidos rugosos que odiaba .
—Se podría quedar quieta, señorita Toph— le decía una de sus amas de casa, mientras le acomodaba el vestido más ajustado de lo que a ella le gustaría.
—Pero no me gusta este vestido, es muy ajustado— replicaba la pobre niña aferrándose de su escritorio para no caer por los tirones que le daban para ajustarlo más.
Toph Beifong era su nombre, simple y directo. Perfecto para alguien como ella.
No hacía mucho tiempo que había aprendido a desarrollar al extremo sus otros sentidos, dándole la capacidad de "ver" gracias a sus pies, lo había aprendido gracias a los tejones topo.
Practicaba cada noche, que era el único momento donde estaba sola.Su padre, Lao Beifong entró en ese momento.
—Toph, ¿Ya casi estás lista?— preguntó poniéndose de su lado derecho. Después de ponerle el vestido, la estaban peinando.
—Creo que nunca estaré lista— habló en voz baja con los brazos cruzados.
—¿Dijiste algo, hija?— volvió a preguntar Lao con un tono más autoritario.
—Dije que ya casi estoy lista padre— contestó con un tono angelical, tan fingido como el hecho de que ella no podía valerse por sí misma.
—Muy bien; mi socio no tarda en venir, y cuando llegue, quiero que estés presente para recibirlo— y salió de la habitación dejando a una muy molesta niña que por fuera marcaba una gran sonrisa.
Hoy iba a venir un socio comerciante de Lao, el señor Kuey. Tenía demasiado poder a su cargo. Si se asociaban los Beifong con ellos, serían una potencia millonaria, no solo a nivel del Reino Tierra, sino a nivel mundial.
A los pocos minutos Toph salió de su habitación, seguida de las amas de casa que la seguían de cerca para que no se escapara como solía hacer de vez en cuando.
Llegó hasta la sala de estar donde ya la esperaba su madre, Poppy Beifong y su padre.
—Padre, perdón por mi intromisión, pero. ¿Porqué es tan importante este socio tuyo? ¿No son iguales todos los demás?— Toph habló mientras su cabeza se mantenía mirando al frente, su padre se encontraba a su lado derecho.
—Por que él nos podría proveer de más fortuna y un mejor futuro para ti.
Se cerró la conversación y no volvieron a sacar el tema hasta que llegaron los invitados.
—Hola Lao.
—Buenas tardes Kuey.
—Supongo que nos pondremos a repasar los tratados, verdad Beifong.
—Seguro.
Justo en ese momento un pequeño niño entró corriendo a la casa, seguido de uno de los guardias que custodiaban la enorme casa de los Beifong. Este al darse cuenta de que estaba interrumpiendo una situación importante, se fue.
—Kanto, estate tranquilo— el señor Kuey se volteó hacia Lao —él es mi hijo, Kanto. Es mi primogénito y el del acuerdo.
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No puedo vivir sin ti.
FanfictionToph Beifong la mejor maestra del mundo, vivía en Ciudad República siendo la jefa de policía, pero había algo en ella que le disgustaba pero a la vez le gustaba mucho. Amor. Ella mantenía una relación en secreto con el embajador de la tribu agua de...