No puedo vivir sin ti.

Encuentro.

Toph.

Llevo 5 malditos días en esta maldita cama sin poder levantarme. Bueno, no del todo.

Me siento mucho mejor con las sesiones de curación de la princesita mamá (Katara:v) aveces cuando no hay nadie *que es casi nunca por que todo el día tengo mocosos a mi alrededor* me paro y hago movimientos de tierra control, también hago lagartijas, abdominales y sentadillas.

Pero no todo es malo ya que no tengo que desgastarme en ir a conseguir comida, me despierto a la hora que quiera y mis gallin...digo, mis estudiantes me ayudan a investigar sobre el caso del incendio.

Hasta ahorita, en lo que llevamos, es que la explosión fue provocada por una mini bomba que habían puesto debajo de la casa y al parecer el incendio fue por acción propia y no por un descuido.

He preguntado sobre el paradero de la mocosa de la casa pero nadie la ha visto desde el incidente. También mande a que me trajeran perfumes tratando de engañar a la gente de que me gustaban y al parecer el perfume de la extraña era olor a rosas.

Es un poco sospechoso ya que había olido eso antes pero no recordaba muy bien.

En ese instante la sacaron de sus pensamientos.

—Hola ¿cómo estás?— denotaba alegría y preocupación en la voz de Pies ligeros.

—Acostada— decía rodando los ojos.

—Sabes que no me refería a eso— decía ahora en un tono irritado.

—Lo se— me crucé de brazos.

—Bien, solo quería entregarte esto— extendí la mano para poder sentirlo y al final descubierto que era una pequeña caja con una carta.

—Ammm pies ligeros ¿Me ayudarías con esto?— dije tendiendo le la carta.

—Oh claro, dice:

"Para una de las personas que más admiro en el mundo, me da la oportunidad de vivir una segunda vez gracias a su acto de valentía, prometo volvernos a encontrar y regresarle el favor.

Por ahorita eso es todo y de nuevo, gracias.

Con amor Ikari."

Y eso es todo. La encontramos Katara y yo mientras estábamos, ya sabes haciendo ammm cosas afuera— respondía poniéndose nervioso.

—No necesito tantos detalles pies ligeros, pero gracias— dije tendiendole la mano para que me pasará la carta, lo cual lo hizo y me dejó sola.

Sentí la textura de la carta, se sentia áspera y corrugada pero lo que más le impacto fue su olor.

Rosas...

¿Acaso era la envío la misma mocosa que había salvado?

O solo era otra de sus muchas cartas de sus millones de fans.

No le importó y la guardo entre sus ropas.

Hizo un esfuerzo para levantarse de la cama. Inauguraron la comandancia y la jefa no está, genial.

Me reuso a seguir así. Di un pisotón y al parecer no estaba muy lejos el piso, así es que de uno de los tubos del marco de la ventana lo quité para hacerme una vara improvisada y con el resto del metal hice una tipo cuerda para poder salir sin ser descubierta.

Caminé lo más rápido que pude hacia mi departamento y me puse mi armadura que gracias a mi olfato supuse que seguía con algunas manchas de sangre seca y cuajada.