All mine.

5.

Stark parecía realmente desesperado, no sabía qué hacer con él. -Strange llévame a casa-. Lo miré extrañado. -Stark, tienes que dar un discurso, vamos-. Llevó su mano a mi hombro y puso toda su fuerza en ese agarre. -Strange, de verdad necesito ir a casa, llama a mi chofer- No quedó más remedio que aceptar.

Mientras el auto de Stark venía en camino, luego de recibir miles de reclamos por cancelar la conferencia de manera inesperada, lo llevé afuera para que respirara un poco, parecía ahogarse allí dentro. -No tardará en llegar el auto, Señor Stark- Tomó asiento en un escalón y respiró profundo -Santa mierda...- Susurró con voz temblorosa. ¿Qué le pasa a Stark?.

Al llegar el auto, Stark difícilmente pudo subir y yo me acomodé a su lado. El auto iba despacio, había muchísimo tráfico en la avenida principal. Stark miraba ansioso al chofer -¿No puedes tomar otra ruta?- Preguntó Stark un poco más alterado-Disculpe Señor, no hay otra ruta- Stark suspiró ante esta respuesta.
El viaje parecía era eterno, -Stark, señor Stark, me preguntaba....- Antes de terminar la frase, me percaté que el estaba dormido y conmigo de soporte. Mire hacia otro lado tratando de ignorar a Stark, temía despertarlo, probablemente me despediría.

En el viaje, se la pasó durmiendo y babeando en mi hombro, me sentía realmente incómodo ante esto. -Bueno señores, espero hayan disfrutado su viaje- Dijo el chofer mirándonos. -Hey, Stark, ya llegamos..- No reaccionaba, estaba profundamente dormido. Mi única opción era cargarlo en mi brazos hasta su habitación. Costó un poco debido a mis manos pero lo logré, lo dejé en su cama.
Me dediqué a observar cómo dormía, estaba expuesto, podría robarle o algo y él no reaccionaría.
Tomé asiento en un sillón de su habitación, estaba más que exhausto, mis párpados comenzaban a pesar. Al cabo de algunos minutos, ya estaba totalmente dormido.

Un grito me despertó, noté que Stark ya no estaba en su cama. -¿Qué mierda...?- susurré. -¿Stark?- Grité, mirando a todos lados.
Los gritos se volvieron a escuchar, esta vez más fuerte, eran gemidos de dolor, seguí el sonido y este me guío hasta al baño. La puerta estaba entre abierta. -Stark... ¿Estás bien?...- No hubo respuesta alguna, así que simplemente entre.
Stark estaba en el piso, con las manos ensangrentadas y el espejo echo trizas. -¿Quién eres?- Preguntó alterado -Soy yo, Strange. Stephen Strange- dije acercándome cautelosamente a el. Sonrió observando sus manos -Oh, me pregunto; ¿cómo se sentirá dejar marcas de sangre en ese esbelto cuello mientras te ahorco, Stephen?-