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Sentí como una descarga recorría mi columna, esto era la razón de todo lo que había pasado hasta ahora. Me costaba procesar lo que había leído pero, es lo que hay, este es Anthony.

Dejé el diario de donde lo había sacado y proseguí el día lo más tranquilo que pude.

Llegué a mi hogar, cansado, confundido. Me había estado acostando con Tony sin que él lo supiera, soy un asco. Todo tenía sentido en cierto modo, por algo Tony actuaba con tanta normalidad luego de aquellas noches.

Me pregunté una y mil veces si seguir trabajando con él, si seguir manteniendo una relaciones sexuales con Tony. Ya no sabía que hacer, Tony me daba un placer que nunca había experimentado, mi cuerpo ya no reacciona a otras manos.

Nuevamente tenía que ver a Tony, tenía que hablar con él. Traté de llegar lo más temprano posible y ponerme a trabajar enseguida, así podría evitarlo.

Ordenaba los archivos como todos los días, ignorando todo lo demás, hasta que escuche unos pasos -Hola Strange, pensé que no vendrías.- Mierda, tengo una suerte de
mierda. -Hola.- Lo miré de reojo y volví a trabajar -¿Qué tal a ido tu día?- ¿Por qué justo en este momento quiere hablar conmigo? -Bien- Respondí seco -¿Estás bien Strange?- Por favor, vete de una vez -Si, estoy bien- Nuevamente mi tono de voz era seco -No lo pareciera- Oh por el amor de dios, vete -Estoy bien Señor Stark- Se comenzó a acercar y toco mi hombro -Tenemos que hablar.- Santa mierda.

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