29.

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Había dormido muy bien, lo necesitaba, necesitaba un descanso.
Pude permitirme el lujo de despertar con los rayos de sol levemente reflejados en mi cara incluso, desperté antes de la hora programada en la alarma.
Me di un largo baño caliente, después de todo tenía tiempo. Me vestí con mucha tranquilidad, me sentía cómo nuevo.
Incluso ordené un poco mi departamento que muy decente no estaba.
Terminé de ordenar y el tiempo aún sobraba. Decidí prender el televisor y ver qué ocurría. Mala idea, muy mala idea.
"EL MULTIMILLONARIO TONY STARK CON PERSONALIDAD MÚLTIPLE" -Dios... esto n-no puede ser verdad...- Cambié el canal. "¿TONY STARK? ¿UN TRASTORNADO?" Seguí cambiando canales, todos tenían la misma cruda portada.
No lo podía creer, los medios lo sabían, ahora todo el mundo lo sabría.
En un destello, una imagen se mostró en mi cabeza. Steve, era el, tenía que serlo. Dios... ayer el estaba husmeando en la oficina de Tony... algo debe haber visto, algo debe haber leído.
Steve ayer tenía una agenda en sus manos. -Es posible que eso fuera...- No, Tony no podría haber sido tan descuidado en dejar su diario a la vista de todos. Luego recordé que el estaba escribiendo en algo esa mañana, y luego salió muy apresurado. ¡Mierda!. Mi cabeza daba vueltas. ¿Anthony habrá visto esto?. Quería vomitar, sentía una presión en el pecho y comenzaba a marearme.

Luego de sufrir un ataque de ansiedad horrible e interminable, recibí una llamada, ni siquiera tomé el celular para ver quién era pues ya era obvio.
Tony.
Me sentía inseguro en si contestar o no. Pero debía hacerlo, podía imaginar por lo que Tony estaba pasando ahora mismo, lo cual solo lograba agobiarme más.
-Ven a la oficina ahora, rápido.-
Su voz se escuchaba seria, me sorprendió escucharlo tan frío.
No había tiempo para seguir reflexionando y agobiarme más en mis pensamientos, había asuntos más importantes que atender ahora.

Llegué finalmente a mi destino, agitado, con mis ropas desordenadas y un notable ceño de preocupación.
Al tomar el ascensor, mi ansiedad aumentó exponencialmente, no podía parar de temblar y el ascensor solo parecía ascender más lento de lo normal por voluntad propia, era una verdadera tortura.

Las puertas de abrieron lentamente, dios santo. No podía mantenerme estable, la ansiedad me carcomía con solo imaginarme lo que me esperaba detrás de las puertas de esa oficina.



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ya son 9k de leídas (AYUDA, ES MUCHO) y qué mejor que celebrarlas con un poquito de sufrimiento❗️💓💓
Fuera de bromas, les amamos y muchísimas gracias por acompañarnos💐💘💝💕💞💗❗️❗️

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