18.

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Nuevamente estaba tirado en mi sofá, pensando en él. Sentí la enorme necesidad de que me tocara, que recorriera mi cuerpo con sus labios otra vez, pero no tenía certeza de que alguna vez volvería a estar con él.
Solo quedaba masturbarme, que lamentable ¿En qué me convertí? Este no es Stephen Strange, es un patético quinceañero que se excita con cualquier cosa.

Una de mis manos subía y bajaba con rapidez en mi miembro mientras la otra se adentraba en mi agujero. Mierda, ¿Qué estoy haciendo?.

Me dirigí al baño para mojarme la cara y tranquilizarme un poco.
Sabía que mi sed de sexo no pararía aquí, pero quería ignorarlo, así puedo mantener la compostura frente a él.

Unos minutos antes de ir a dormir mi teléfono sonó -¿Hola?- ¿Quién mierda llama a esta hora? -Hola Stephen, soy Tony- Retiro lo dicho. -Hola, Tony, ¿Qué sucede?- Mi tono de voz era como la de un niño pequeño emocionado -Necesito que vengas ahora ya, hay un documento que necesito, pero no lo encuentro- A pesar de mi enorme flojera y frío tendré que ir. -Voy enseguida- Ahora soy su mucama ¡Genial!.

Apenas llegué a las empresas Stark vi a Tony con su característica sonrisa y sus enormes ojeras, pero al bajar mi mirada, tenía las manos y los pantalones llenos de sangre, al fondo de la habitación habían rastros de un vidrio que se había roto, o que habían roto. -¿Qué tal, Stephen?- Se acerco a mi -Hey... ¿No quieres un poco de diversión?- Mierda, no otra vez -Vine porque usted me llamó por un tal documento, si no es así, me retiraré inmediatamente de aquí Stark- Este no es Tony, eso esta más que claro, lo del documento era solo una excusa - Sabes que lo deseas tanto como yo,Stephen- Sus labios se aproximaron a los míos lentamente, dejando así una mínima distancia -Oh vamos Doctor..- No Stephen, debes ser fuerte -Lo siento Stark, no puedo- Traté de irme pero Tony me sostuvo -Aquel bulto sobresaliente no dice lo mismo- Mierda, mi amigo de abajo me delató-Ven aquí- Me acercó bruscamente a él y me besó. Aquel beso era demasiado excitante, nuestras lenguas danzando y su bulto chocando con el mío. Me apoyó contra el escritorio y comenzó a desabrochar mi camisa pero antes de que Tony pudiese quitar mi pantalón detuve su mano, lo llevé a el a mi posición anterior, quedando yo encima de el.
-Hoy es mi turno, Anthony-

All mine. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora