Capítulo 8 (II)

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—Porque debían creérselo.

— ¿Ah sí? — arqueé una ceja—. No te creo, Mendes.

—Pues no me creas —sonó nervioso.

—Como sea, me voy a dormir. Descansa —me levanté y salí lo más rápido que pude.

Ya en mi habitación, me recosté en mi cama pensativa. Es obvio, por su actitud nerviosa, que no es un viaje de trabajo, es algo más que eso, y voy a descubrirlo pronto.

Así, pensando es cuáles eran sus intenciones, me quedé dormida.

Me despertó el sol que daba justo en mi cara. Me levanté y me duché para bajar a desayunar.

Al llegar al piso de abajo no había señales de Shawn por ningún lado.

—Buenos días, señorita.—me sonrió una de las chicas —. ¿Qué desea desayunar?

—Buenos días —sonreí—. Algo de beber estaría bien, nada de comer —dije sentándome en la mesa y buscando a Shawn con la mirada—.  ¿Dónde está Shawn?

—Ah, el señor salió temprano, dijo que debía hacer unas cosas antes del viaje de mañana.

—Okey, gracias.

Al parecer Shawn tenía muchas cosas que hacer, porque estuve casi todo el día sola y aburrida en la piscina. No tenía nada más qué hacer que nadar, usar internet o comer.

A las 10 de la noche Shawn aún no llegaba, así que me acosté a dormir.

— ¡Arriba, niña! —escuché un grito—.  Vamos a perder el vuelo —me senté en la cama y lo miré mal.

— ¿En dónde estuviste todo el día, Mendes? — pregunté seria.

—No tengo que darte explicaciones —dijo entrando al baño y escuché el agua de la ducha caer—. Entra ahí, nuestro vuelo sale en hora y media.

— ¿Qué hora es? — pregunté levantándome de la cama.

—Las cinco de la mañana.

— ¿Quién reserva un vuelo a estas horas? — me acosté de nuevo y me arropé de pies a cabeza—. No iré.

—Te dije que te levantaras —trató de quitrme la cobija.

—Y yo te dije que no iré —me arropé de nuevo.

—Bien, tú te la buscaste.

De un momento a otro sentí que me sacó de la cama y me puso sobre su hombro.

— ¡¿Qué haces?! — grité tratando de bajarme.

Pero ya era tarde, me había dejado bajo el agua con pijama y todo.

— ¡Estúpido! — gruñí mientras él cerraba la puerta del baño.

Me quité la ropa empapada y me bañé mientras lo insultaba de todas las formas que conocía.

Cuando salí me coloqué una ramera de tirantes, unos jeans y unos tenis, me maquillé un poco y me peiné. Bajé y lo encontré sentado en la mesa desayunando.

—Me la vas a pagar, te lo aseguro —le advertí mirándolo mal mientras me sentaba. Rió por lo bajo. Al instante ya tenía el desayuno frente a mí—. Además el agua estaba fría.

—Es tu culpa, no me dejaste opción —habló sin quitar su mirada del periódico.

—Lo que digas, mi amor —dije sarcástica.

La Bella y la Bestia - Shawn Mendes (ADAPTACIÓN) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora