Capítulo 34

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Desperté a las cinco de la mañana con una fina capa de sudor cubriendo mi frente. Me dolía demasiado la cabeza. Me di vuelta unas cuantas veces y en una de esas moví a Shawn, quien se removió pero no despertó. Me senté y quité el cabello que estaba sobre mi rostro, la coleta que Shawn me había hecho, era historia.

Mis ojos ardían y cada vez sentía más calor.

--Shawn –lo llamé.

Ni siquiera se movió, así que decidí no molestarlo e ir al baño, pero cuando intenté ponerme de pie, un repentino mareo me obligó a sentarme nuevamente. Esta vez, Shawn despertó.

-- ¿Qué sucede? – preguntó abriendo sólo un ojo.

--Me siento fatal.

Abrió su otro ojo y se sentó de golpe frotando su cara con ambas manos y de repente estaba arrodillado frente a mí.

-- ¿Qué es lo que te duele, amor? – preguntó brindado leves caricias sobre mi mano.

--Todo, siento como me hubieran apaleado.

-- ¿La cabeza? – asentí –. ¿Las piernas? – asentí de nuevo –. ¿Estás mareada?

--Muy mareada –pasé una mano por mi frente empapada en sudor--. Tengo mucho calor, Shawn.

--Es normal, estoy cerca de ti –bromeó sacándome una leve risa --. ¿Qué haremos contigo? – susurró–. Deberíamos llamar a un médico y que venga para no dejar a Aali sola.

--Lo que sea –dije tirándome en la cama.

Mis piernas colgaban de la cama y mi espalda reposaba sobre el colchón. El calor era insoportable y asqueroso. Shawn se acostó junto a mí.

-- ¿O deberíamos ir al hospital?

--No, no, aquí –dije rápidamente.

Besó mi mejilla y se puso de pie para buscar su teléfono que estaba sobre el tocador. Me senté de nuevo y observé sus movimientos, su rostro sólo reflejaba preocupación.

--Hola, habla Shawn Mendes –hizo una pausa–. El mismo –confirmó–. Necesito que vengas a mi casa, es por mi esposa –se mordió las uñas–. Entiendo, pero, puedo pagarte el doble –se quedó en silencio--. Creemos que está embarazada y no se está sintiendo bien –explicó--. Te lo agradecería mucho –continuó–. Claro, no es problema. Nos vemos –concluyó y colgó.

Me sonrió y volvió a sentarse junto a mí.

--No es necesario que pagues el doble, podemos ir al hospital –le dije.

--Prefiero que te revisen aquí, no me gustan mucho los hospitales.

-- ¿Por?

--Porque te entenderán por orden de llegada y estaremos ahí esperando sin saber qué te sucede –me explicó–. Además a quien llamé es de confianza.

--Está bien –bufé.

-- ¿Quieres recostarte mientras esperamos? – preguntó.

Asentí --. ¿Puedes encender el aire acondicionado? – le pedí de pronto y me recosté. Se puso de pie y tomó el pequeño control--. Gracias –murmuré.

Cuando sentí el aire frió correr por la habitación fue como si llegara al cielo, mi cuerpo se relajó tanto, que me dormí.

--Vicky, cariño. Mark está aquí –susurró Shawn a mi oído.

Cuando abrí mis ojos me encontré con una hermosa sonrisa, la cual le devolví.

--Puedes sentarte o quedarte recostada, como estés más cómoda –dijo Shawn acariciando mi cabeza.

La Bella y la Bestia - Shawn Mendes (ADAPTACIÓN) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora