Epílogo

1.4K 120 27
                                    


Vi a Shawn entrar por la puerta tras un gran ramo de rosas. Peter venía de su mano con una gran sonrisa.

-- ¡Mami! – gritó y corrió hacia mí arrastrando a su padre con él.

--Espera, Pet –le dijo Shawn soltándolo. Cerró la puerta de la habitación.

-- ¡Te extrañé mucho! – me dijo Peter apoyando su cabeza en el borde de la camilla. Durante los últimos meses hablaba mejor. Y cómo no, si Shawn se la pasó presionándolo.

--Yo también te extrañé mucho, mi vida –dije acariciando su manita.

-- ¿Julie se ha ido? – me preguntó Shawn. Asentí–. Le dije que se quedara contigo hasta que yo regresara con Pet –se quejó acercándose a la camilla –. ¿Estás bien?

--Muy bien –le sonreí.

-- ¿Mis niños? – preguntó sonriente.

-- ¿Mi hermano y hermana? – preguntó Pet de la misma manera.

Shawn me entregó las flores y besó mis labios--. Te amo, cariño.

--Y yo a ti, grandote –le dije sonriente–. La enfermera dijo que están muy bien y que son hermosos.

--Cómo no van a ser hermosos con una madre como tú –me halagó. Desvió la mirada hacia Peter, quien estaba observando a su pequeña hermanita en la cuna.

-- ¿Ella es Skylar? – preguntó Pet.

--Sí, ella es Skylar, tu hermana menor –le dijo Shawn yendo hacia él.

--Papi, ¿puedes levantarme? – le pidió–. No puedo ver a Ian.

Shawn tomó a Peter en sus brazos y se inclinó un poco sobre la cuna del pequeño Ian. Pet miró a su padre sorprendido.

--Es como Sky, pero en niño.

Shawn y yo reímos.

--Recuerda que son mellizos, campeón –le dijo su progenitor.

-- ¡Oh, por Dios! – exclamó Pet aún sin creer lo que veía.

Ian se removió un poco y pasó sus manitas por sus ojos. Luego los abrió lentamente. Peter lo observaba atento y alzó una mano en forma de saludo.

--Ian es quince minutos mayor que Skylar –le explicó Shawn.

--Pero no mayor que yo –le dijo Pet a su papá –. ¿Mami me sigue queriendo?

Ni siquiera tuve fuerzas para responder, estaba agotada. El parto de los niños había sido terriblemente doloroso y estresante.

--Mami te ama mucho, igual que yo e igual como te amarán tus hermanitos.

Pet pasó sus brazos por el cuello de Shawn y lo abrazó fuertemente.

Dos días después, por fin me habían dado de alta en el hospital. Shawn trataba de cargar a los mellizos mientras Peter llevaba los globos y yo los bolsos. Al llegar a casa, alrededor de las ocho de la noche, nuestro bebé grande estaba durmiendo en el asiento trasero del auto junto a sus hermanos, los tres estaban es sus sillitas. Acordamos que Shawn llevaría a Pet hasta su cuarto mientras yo esperaba en el auto con los mellizos.

--Me siento fatal –suspiré luego de arropar a Sky.

--Cariño, debes descansar –dijo Shawn haciendo lo mismo con Ian–. Los niños duermen, yo no molestaré; puedes irte a la cama tranquila.

--Gracias –dije acercándome a él y le planté un beso en los labios.

--No tienes nada que agradecerme, yo soy el que estará agradecido siempre contigo. Gracias por darme una hermosa familia.

--No lo habría podido hacer sola –bromeé. Shawn rió y me abrazó fuertemente.

Tres cincuenta de la mañana. Sky comenzó con un leve lloriqueo, el cual fue seguido por su mellizo. Shawn estaba en la mecedora con Ian en brazos, pero ni siquiera podía mantener los ojos abiertos. Sacudió un poco la cabeza para tratar de mantenerse despierto, por lo que se removió un poco haciendo que Ian abriera los ojos, pero por suerte, los cerró de nuevo y siguió durmiendo. Dejé a Sky en su cuna y extendí los brazos hacia Shawn para que me diera al pequeño. Sin dudarlo, me lo entregó y se fue a nuestra habitación.

Una noche terrible.

Seis de la mañana. Sky decidió que era hora de que todos en casa despertáramos y Peter pedía el desayuno desde su habitación.

--Ve tú –le dije a Shawn empujando su hombro.

Enterró la cara en la almohada y suspiró. Alargué el brazo para acariciar su espalda mientras sostenía a Sky sobre mi pecho con el otro.

--Estoy cansado.

--Lo sé, amor –suspiré–. Yo también lo estoy, pero Pet se pondrá celoso si nos ve dándole atención sólo a los mellizos.

Shawn gruñó y se puso de pie a regañadientes para ir por Peter. Observé a Ian durmiendo plácidamente entre dos almohadones. Sonreí y quité a Sky de mi pecho, para dejarla junto a su hermano.

Shawn preparó el desayuno para los tres. Tratábamos de mantener los ojos abiertos mientras Pet gritaba emocionado por sus hermanos.

Tres niños hermosos y un esposo increíble. Una historia extraña, pero a la vez, hermosa. Cualquiera que supiera cómo nos conocimos Shawn y yo, y todo lo que pasamos, habría jurado que no soportaríamos más de un año juntos.

Y ahí estábamos, casados, enamorados, Shawn habiendo recuperado a su familia y siendo unos padres felices y orgullosos. Además, claro, de los increíbles amigos de Shawn que eran prácticamente parte de la familia.

Si pudiera, volvería a vivir todo. Incluso la perdida de mis padres, porque de no ser por esa triste parte de mi vida, no lo habría conocido. Todo sucede por una razón, y cuando Manny se negó a que Shawn siguiera viendo a Aaliyah nos escribió un destino, uno mejor del que habría podido imaginar.

Recuerda, siempre llueve, pero siempre sale el sol después. Antes de ser feliz, se debe sufrir un poco. Así que, si encuentras un bache en el camino, no te des por vencido.

Una huérfana termina un día en una subasta y es comprada por un joven. Al principio, el joven sólo ve en ella un boleto para recuperar a su hermana, así que la obliga a casarse con él. Todo el odio que él aparenta, el amor de ella es.

La chica decide confesarle su amor, él la aleja y le confiesa que no sabe amar; ella lo ayuda a salir de su hoyo negro. La Bella sufre un pequeño incidente, lo que motiva a la Bestia a confesarle su amor, a decirle que es su alma gemela y el amor de su vida.

El resto es historia, su historia. Una historia algo difícil de creer.

La Bella y la Bestia - Shawn Mendes (ADAPTACIÓN) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora