La Bella y la Bestia - Shawn Mendes (ADAPTACIÓN) [TERMINADA]

Capítulo 33

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Si Shawn había sido malo alguna vez, no lo recordaba. Se comportaba increíble con su hermana, en la mañana trabajaba, en la tarde jugaba con ella mientras yo estudiaba y en la noche cenábamos todos juntos.
Y claro, cuando las risas de Aaliyah cesaban, Shawn se convertía en un amante sensacional.

Ambos debíamos admitir que mis suegros nos habían dado una gran oportunidad para probar nuestra suerte como padres, y aunque Shawn se quejara de las pataletas que hacía su hermana de vez en cuando, éramos como una familia. Una “familia” que se acabaría cuando los Mendes llegaran de sus vacaciones.

-- ¡Me rindo! – exclamó Shawn bajando las escaleras--. No sé cómo hace mamá para peinarla, no se queda quieta y todo queda torcido –se quejó.

--No es tan difícil –le dije divertida cuando se sentó a mi lado.

--Inténtalo tú –refunfuñó y encendió la televisión –. ¡Aaliyah, ven aquí!

Tras escuchar el grito de su hermano, la pequeña bajó corriendo las escaleras. Su fleco estaba enmarañado y de algún modo tenía una pincita verde; tenía las coletas disparejas, una más arriba que la otra, además de que las bandas no combinaban. Contuve la risa al ver el desastre que había hecho Shawn con el cabello de la pobre Aaliyah.

--Tendrá un gran trauma si sigues peinándola así –lo regañé mientras reía. Golpeó levemente mi hombro.

--No es mi culpa, nadie me enseñó a hacer esas cosas –frunció el ceño haciendo reír a la pequeña.

--Shawn, al menos deberías saber combinar colores –me reí.

Se cruzó de brazos y apoyó su espalda en el respaldo del sillón.

--No quería arruinarle el cabello a mi hermana, lo siento.

--Ve a buscar un peine y tus bandas, linda –le dije a Aaliyah, quien corrió escaleras arriba–. Nadie te está regañando, cariño –le dije a Shawn y besé su mejilla–. Sólo estaba molestándote, no seas tan sensible.

--No sé peinar a una niña –alzó los hombros–. A ti no debo peinarte.

--Ya, deja de lamentarte, señor Sensibilidad –bromeé.

-- ¡Aquí voy! – gritó la pequeña saltando desde el primer escalón.

Shawn volteó a verla y le sonrió, gesto que ella le devolvió sentándose en mi regazo. Aaliyah sostenía el peine mientras yo trataba de desatar su cabello.

--Shawn, observa –dije extendiendo la mano para que Aali me diera el peine–. Primero, debes desenredarle el cabello –pasé el peine por toda la longitud del cabello, el cual quedó totalmente liso.

Lo separé en dos partes iguales y elevé uno de los mechones para atarlo en una coleta al costado. Shawn observaba atento.

--Y luego haces lo mismo con el otro mechón –le expliqué mientras colocaba con una pincita su fleco–. Es una forma más decente de peinar a una nena.

-- ¿Puedo intentarlo? – preguntó Shawn. Aaliyah hizo una mueca haciéndonos reír, luego se dio vuelta y me abrazó.

--Gracias, Vicky --murmuró y se fue corriendo escaleras arriba.

Shawn miraba televisión pero parecía absorto en sus pensamientos. Subí los pies al sillón y al igual que él, me dejé llevar. La casa estaba demasiado tranquila, Shawn y yo no habíamos peleado por días; Karen llamaba siempre que podía. Era todo perfecto, hasta entonces, nada había salido mal. Un comercial interrumpió mis pensamientos, haciéndome llegar a una conclusión. Una mujer hablaba del embarazo adolescente, Shawn cambió de canal sin prestarle atención.