Capítulo 29

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-- ¿Puedes con eso o te ayudo? – preguntó Shawn estirando su mano para recibir mis globos.

--Hey, Mendes –me quejé–, puedo con esto.

--Lo sé, amor –respondió tomando mi bolso–. Pero no puedes llevar todo.

--Sólo son globos –bufé–. Sé que te abruma el hecho de que me los dieran a mí y no a ti ,–bromeé. Shawn negó con la cabeza y rió.

--Entra al auto y deja de fastidiar –me dijo abriéndome la puerta del copiloto.

--Tú eres el fastidioso –dije entrando al auto–. Dame mis globos –le ordené. Soltó una risita y me los entregó.

Mi estadía en el hospital se había prolongado un día más, ya que cuando me hacían los exámenes de sangre, los resultados no eran del todo claros y permanecí medicada y bajo observación.

Un día antes de mi salida, Karen y Aaliyah había ido a visitarme al hospital y me habían llenado de cariño toda la tarde. Aali había hecho varios dibujos que me entregó con un dulce beso en la mejilla, junto a un chocolate y globos. La familia de Shawn era bastante amigable y cariñosa, aunque en el fondo, aún rondaba por mi cabeza el hecho de que sus padres lo dejaran irse de casa sin más.

Durante esos días, Shawn se encargó de de recordarme cuanto me amaba y sólo se iba una vez al día para ducharse y cambiarse. Regresaba con diferentes flores y revistas para que no me aburriera.

-- ¿En qué piensas? – me preguntó Shawn frenando en un semáforo en rojo.

--Nada –alcé los hombros –. ¿Sabes?, espero que la próxima vez que regresemos de un hospital y traigamos globos, también traigamos un bebé con nosotros –dije agitando los globos y sonriéndole. Me devolvió el gesto.

--Estoy totalmente de acuerdo –respondió y avanzó ante la luz verde.

Luego de diez minutos de camino, las calles que estábamos recorriendo eran totalmente desconocidas para mí. ¿Qué se traía Shawn entre manos? No podía decir que almorzaríamos por ahí, porque no podía comer cualquier cosa ya que la mescolanza había casi destruido mi estomago.

-- ¿A dónde vamos? – pregunté intrigada.

--Ya se me hacía raro que no preguntaras –fue lo único que dijo.

No debía preocuparme, no era como que Shawn fuera a hacerme algo malo. No era momento para mis paranoias.

--No respondiste –insistí.

--A casa, Vicky  --respondió doblando a la derecha.

--No conozco por aquí –dije frunciendo el ceño–. Mi memoria está intacta, ¿verdad?

--Claro que sí –se carcajeó–. Sólo espera a que lleguemos.

Apoyé mi cabeza contra la ventana y observé las calles. Llevábamos más de veinte minutos en el auto y cada vez la ciudad se hacía más lejana.
No íbamos a nuestra casa, aunque Shawn habría podido llamarle “casa” a la casa de sus padres, la cual aún no conocía.

--No te duermas, cariño –murmuró–. Estamos por llegar.

Pestañeé y me enderecé. Íbamos por un camino de tierra, parecía que nos dirigíamos al campo o algo así. A lo lejos pude ver una enorme casa de ladrillo visto.

-- ¿En dónde estamos? – pregunté extrañada. Shawn sólo rió. Se estacionó en una de las plazas y apagó el motor.

-- ¿Qué piensas? – preguntó mirándome fijamente.

-- ¿Qué se supone que debo pensar? – pregunté abriendo la puerta del auto y bajé de este. Shawn imitó mi acción.

--Sólo dime, ¿te gusta o no?

La Bella y la Bestia - Shawn Mendes (ADAPTACIÓN) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora