Capítulo 23

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Desperté de golpe por culpa de un estornudo de Shawn, lo que lo hizo reír, atraerme más a su cuerpo y besar mi mejilla. Aún estábamos desnudos.

-Buenos días -susurró con voz ronca.

-Buenos días.

- ¿Cómo dormiste? - preguntó mientras acariciaba mi espalda desnuda.

-Excelente, pero digamos que el despertar no lo fue tanto -bromeé haciéndolo reír.

-Lo siento, no quería asustarte -dijo con sinceridad.

Alcé el rostro para mirarlo. Aún adormilada observé sus hermosas facciones, su cabello revuelto y sus ojos con un brillo especial y diferente.

-Estás perdonado -dije sonriente. ¿Quién le diría que no a este hombre? -. ¿Tú cómo dormiste?

-De maravilla -respondió besando mis labios -. ¿Desayunamos aquí? -asentí con emoción y volvió a besarme.

- ¿Quieres que lo pida yo?

-No, no te muevas -dijo tiernamente.

Estiró el brazo hacia la mesita de noche tratando de tomar el teléfono, pero quedó a centímetros de este.

- ¿Quieres que me mueva?

-Pero sólo un momento -condicionó. Me moví un poco y cubrí mi cuerpo con la sábana, lo que lo hizo reír. Sí, era estúpido cubrirme a estas alturas -. ¿Quieres algo en especial?

-Lo que quieras.

Pidió no sé qué cosa, no le presté atención a lo que decía, sólo estaba ahí, observando su tremenda belleza. Cuando terminó el pedido se acercó de nuevo a mí y me atrajo a su cuerpo.

-Dije sólo un momento, señorita -dijo y besó mis labios.

-Baboso -dije sonriendo y acariciando su mejilla.

Era la primera vez que usaba un término de esos y no lo hacía con rabia.

Paseábamos por el centro de la ciudad tomados de la mano, como una pareja normal. El sol se estaba escondiendo y Shawn iba tarareando alegremente una canción. Buscábamos un lugar para tomar un café.

- ¿Aquí? - me preguntó señalando un lindo café.

-Sí, está bien -dije siguiéndolo hasta el interior del lugar.

Era algo pequeño pero pintoresco, y la decoración era al estilo vintage.
Estaba casi a tope. Shawn se acercó a una de las mesas, corrió caballerosamente una de las sillas para que me sentara y luego se sentó frente a mí.

-Bienvenidos -nos saludó un hombre de unos cuarenta años y nos dio la carta-. Cuando estén listos, me avisan -sonrió y se retiró hacia otra mesa.

-Yo quiero un frapuccino -dije finalmente y dejé la carta sobre la mesa.

-Mmm -dijo Shawn pensativo-. Pediré lo mismo -sonrió y alzó la mano para llamar al hombre, quien llegó sonriente-. Queremos dos frapuccinos, por favor.

-Volando -respondió él y se retiró de nuevo.

Mientras esperábamos, Shawn se entretuvo viendo un partido de futbol en la televisión que había en una esquina del lugar.

- ¡Por Dios! - exclamó Shawn con desespero-. No sé cómo pudo fallar ese gol.

-No te alteres, es sólo un gol.

- ¿No viste eso? - preguntó señalando la pantalla-. No sabe patear una pelota, hasta yo lo habría hecho mejor -se cruzó de brazos. Me reí-. No me hace gracia, cariño.

La Bella y la Bestia - Shawn Mendes (ADAPTACIÓN) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora