La Bella y la Bestia - Shawn Mendes (ADAPTACIÓN) [TERMINADA]

Capítulo 12

CELEBREMOS EL ESTRENO DE SM3 CON UN CAPÍTULO <3 (Mayo/2018)

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—Está bien —dijo juntando sus manos—. Es algo complicado...

—No le des más vueltas. A estas alturas nada me sorprende viniendo de ti —me miró mal.

— ¿Recuerdas lo que te conté de mis padres el día que no estábamos preguntando cosas en mi oficina? — asentí—. Mi padre me prohíbe ver a mi hermana y no sé cuándo podré verla otra vez.

Obviamente debía fingir que no sabía nada.

— ¿Cuántos años tiene ella?

—Ahora tiene 9. Me he perdido casi 5 años años de su vida, años en los que creció y debió tener un hermano mayor que la consintiera y la sobreprotegiera —dijo con lástima—.  Ni siquiera debe quererme ya...

Otra faceta que no conocía de él: el hermano sobreprotector y al parecer cariñoso.

—No creo que ya no te quiera, Shawn —dije con la cabeza gacha.

—Bien... como sea —dijo pensativo—. Mi padre hace poco me dijo que podría volver a ver a Aaliyah...

Nota mental: Cuñada, –si me caso–  Aaliyah.

— ¿Y eso qué tiene que ver con mi sufrimiento diario?

— ¿Me dejarías terminar? — asentí—. Entonces fui a esa subasta, y créeme, no encontré algo mejor que tú...

— ¿Qué quieres decir? — lo interrumpí —. ¿Soy poca cosa o qué?

—Para ser mi esposa, sí —dijo tranquilamente.

—Entonces vete a otra subasta, busca algo mejor que yo y déjame en paz —espeté enojada y de algún modo, celosa levantándome de de la silla.

—Puedes intentar escaparte, pero de una u otra forma te traeré de vuelta. Me costaste bastante como para desperdiciarte —confesó. Lo miré incrédula.

— ¿No estarás hablando en serio?

—No pagué quince mil dólares sólo para tenerte de adorno. Mis planes no eran sólo casarme contigo, pero eres muy pequeña y no puedo hacer todo lo que tenía planeado.

Pero, ¡¿qué mierda?!

—O sea que cambiaste tus planes y me arruinaste la vida.

—Podría decirse que sí. Supongo.

—Okey, digamos que sí. Ahora, supongamos que cuando el cura me pregunte si quiero casarme contigo, yo, supongamos, digo que no...

—Ni te atrevas —dijo enojado.

— ¿Qué pasa si digo que no?

— ¡Acabaré contigo! — gritó—. No me caso contigo porque te ame ni nada, sólo lo hago porque necesito ver a mi hermana.

Eso definitivamente me dolió.

—Pues búscate a otra que quiera casarse contigo —fui hasta el teléfono—. Tengo hambre, ¿puedo pedir o no?

— ¡Haz lo que se te dé la gana! — gritó y se acostó boca abajo en el sillón —. ¡Ya puedes gritarme que me muera! — habló contra el cojín.

— ¡Muérete entonces! — grité sentándome en la cama.

—Gracias, es lo que quiero hace años.

Me quedé pensando: ¿Qué sería de mí sin él? Me da un techo y comida, no me trata tan bien, pero no vivo mal. Estoy viva aún gracias a él.