§ Macaroons §

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El sonido de la puerta se escucho como un eco hasta la cocina, era de noche y ya casi estaban por cerrar y Alec quería irse a dormir. Clary ya se había ido y...

- Hola? Perdón la hora, vi que estaba cerrado pero, ando de antojo.

- Ya voy. - grito.

Estúpida ventana a la cocina. Pensó Alec al entender que le hablaba a él. Giro y se dirigió al mostrador con mala gana pero... Cuando levanto la vista lo vio a él...

- Ah bueno, si sabia que eras tan lindo - lo miró de arriba abajo.

- Gracias. - soltó el joven sonriendo- Solo vengo a buscar esos macarrones que te quedaron ahí.

- Oh vamos... No queres quedarte? Te invito algo.

- Es enserio? - El chico empezó a reír.

- Si. No queres?

- Mmm... Bueno, tengo que volver al estudio..

- Estudio? - Alec se apoyó en el mostrador, mirándolo.

- De baile. Soy bailarín.

- Que hermoso! Podrías enseñarme algunos movimientos.

- Podría si... - El chico soltó una risa tímida y Alec empezó a emocionarse.

- Soy Alexander.

- Magnus.

- Hola Magnus - dijo divertido.

- Hola Alexander. - le respondió y luego ambos empezaron a reír.

- Por favor, decime Alec... - Abrió el vidrio del mostrador y lo miro esperando.- Queres uno de cada color o te gusta alguno en particular.

- Me gustan todos.

Se quedaron mirando por unos segundos. Mientras lo miraba sacó un guante transparente y se los puso en una mano. Alec comenzó a seleccionar uno de cada uno y los puso en una bandeja de cartón. 

- Bueno Magnus - empezó a envolverlos mientras hablaba.- Espero que los disfrutes y ya sabes, si queres podes bailar para mi y yo te digo si lo haces bien.

- Ah sí? Bueno, también podes cocinarme algo y te digo si lo haces bien.

Atrevido. Alec lo miró y se rio divertido. Nueva cacería?

- Cuando quieras, ya sabes donde encontrarme... - Le entregó la bandeja y el chico la tomo.- O si no te doy mi numero y podes venir a mi casa.

- Ah.. No das vueltas no? - Sacó su billetera y vio que sus nudillos estaban marcados. Tal vez de una pelea? Apretó sus labios en disgusto.

- Deja. Es de parte de la casa.

- Oh, bueno muchas gracias Alexander. - guardó su billetera y se giró para retirarse.- Buenas noches.

- No te pelees con nadie! - Le soltó con un repentino mal humor.

Magnus miró hacia atrás a un Alec que lo miraba fijamente. Le sonrió leve y se retiró. Por qué cuando veía una presa tenía que ser problemática? 

Camino hasta la puerta y la trabo, no quería ver a nadie más por el dia.

× [ La casa de té ] ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora